A mi juicio el año próximo será el año del cambio cualitativo de expectativas en Argentina en el buen sentido luego de un largo ciclo de retracción y abaratamiento. Nuestro país es cíclico, de modo que el rebote no debe sorprendernos. Por supuesto que beneficiará a quienes apostaron por los ladrillos durante los últimos años en los cuales se vendió muy poco, no contamos con financiamiento y la macro no ayudó, así como tampoco la política.
Por un lado el gobierno aportará su granito de arena con medidas positivas para el sector. Afortunadamente están en la agenda de la alta política nacional temas sensibles para nuestro sector como la ley de alquileres, el blanqueo y el crédito hipotecario.
En los primeros meses del año entrante tendremos buenas noticias en estas cuestiones, que se juntarán con buenas noticias políticas y económicas, como por ejemplo el acuerdo con el FMI.
Se consolidará entonces la senda de crecimiento del país que venimos viendo en la post pandemia y el sector inmobiliario dejará de ser atractivo por lo barato para volverse interesante como resguardo de valor, inversión a largo plazo y sobre todo para brindarle viviendas e infraestructura y edilicia a las principales actividades humanas.
Real Estate: Nota Semanal al 10.12.2021
Por Damián Tabakman.
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