Fue interesante ver esta semana el estado de ánimo de mis colegas en sus exposiciones en el congreso inmobilario organizado por la Dra. Oriozabala.
Mal año, obviamente, para el olvido. Pero los desarrolladores mostraron simultáneamente realismo, pragmatismo y solvencia.
Sí, se vendió poco aunque la oportunidad de construir barato es obvia para todo el mundo. No obstante ello, nuestra gimnasia para afrontar crisis hace que los desarrolladores tengan capacidad para continuar las obras aunque no se venda, sin desesperar, pensando a largo plazo y trayendo su capital propio para solventar los desfasases de caja.
Todos coincidieron en que no es momento de tomar decisiones apresuradas. El sol, más temprano que tarde volverá a salir. Y obviamente quienes hayan apostado por los ladrillos ahora, que es barato pero pocos se animan, saldrán ganando.