La crisis del centro de Buenos Aires también podría ser vista como una oportunidad: trata de una enorme infraestructura edilicia diseñada para un uso que, en la intensidad que tenía, no volverá nunca más.
En efecto, el éxito del home office asegura que solo parte de esos edificios de oficinas se ocuparán nuevamente en la post pandemia.
Qué pasará con el resto? Deberán transformarse y el destino natural es el residencial en sus más amplios formatos. Los modelos más ágiles y flexibles son los que probablemente aparezcan primero, como el coliving orientado a la vivienda juvenil en alquiler, que tanto está creciendo en el mundo y que aquí aún es embrionario.
Es un negocio que requiere muy baja inversión. Usualmente se instala en edificios ya construidos que se reciclan para este formato de renta flexible.
Un dato no menor de mercado a tener en cuenta es que es esperable que los desarrolladores y operadores de coliving puedan acceder a inmuebles para sus proyectos, a precios que estén muy por debajo del valor de reposición dada la enorme oferta de edificios vacíos y sin otro destino posible.
A partir de ahí podrían salir al mercado a precios muy competitivos y así despertar el interés de los jóvenes por vivir en el centro.
Claro que no alcanzaría con unos pocos proyectos para revitalizar semejante área. Es necesario que aparezca una movida de impacto que pueda motorizar un verdadero efecto migratorio hacia el centro. Para ello es clave contar con el apoyo gubernamental del gobierno local y de las instituciones del sector.
Es algo que afortunadamente se está gestando y que, en caso de prosperar, será muy beneficioso para un ámbito tan apreciado por todos los argentinos: el centro de Buenos Aires, que también es el centro del país.
Real Estate: Nota semanal al 21.05.2021
Por Damián Tabakman.