Respecto de la anunciada modificación a la ley de alquileres, cabe señalar que en ese sector los problemas surgen como resultado de dos factores.
La oferta de inmuebles, que se refleja en la crisis del sector de la construcción; y la demanda de viviendas, que es la pérdida de poder adquisitivo que está sufriendo la población, que son los inquilinos.
El proyecto de ley apunta a resolver lo urgente, que es el problema de los inquilinos. Pero si no se trabaja sobre la oferta, nos vamos a encontrar con un problema de frazada corta.
Estamos viendo cómo hacemos que no suban los alquileres, en un país donde hay cada vez más inquilinos y cada vez menos inmuebles.
La solución que implique no solo alquileres más accesibles, sino inversión y empleo, tiene que venir por el lado de aumentar la oferta, de reactivar la actividad de la construcción, de canalizar el ahorro de miles de argentinos que compran dólares y de hacer que vuelvan a comprar ladrillos, pero no ladrillos viejos, ladrillos nuevos.
Nos tenemos que dar, como sociedad, un programa para reactivar la construcción de viviendas. Sobre todo de cara a la etapa que estamos iniciando en el país con un nuevo gobierno.