Un clásico de Peronia: primero te invitan a blanquear, y una vez que estás en la jaula, te empoman con un impuesto. De caras al resultado electoral escuché a mucho analista ingenuo augurar una ola de reformas estructurales, a cambio, sin embargo, no me sorprendería observar en los próximos 60 días una generalizada secuencia de embates a la clase media, este gobierno populista y blando, carece de la audacia necesaria para hacer transformaciones contundentes. El lunes el mercado tendría que vender todo el stock de Lebacs y llevarles el billete a 70, así aprenden. Qué malo tuvo haber sido el kirchnerismo para que tengamos que celebrar al socialismo keynesiano de este Gobierno. Nada parecería ser oficial todavía pero el sólo hecho de que estén pensando en el impuesto a la renta financiera es sumamente negativo. Dicho tributo no generaría ingresos sustanciales, ¿será entonces que lo hacen sólo por rédito político? Se viene la reforma laboral, ¿estarán entregándonos a cambio de algún voto en ese frente? Me permito preguntarle al gobierno: ¿no hubiera sido digno aclarar lo que estaban pergeñando antes del blanqueo del 2016 o de las elecciones de octubre 2017, por qué decidieron guardarlo hasta ahora? Recuerdo a mucho funcionario publicitar por entonces la elocuente ventaja de bonos argentinos derivada de la exención de ganancias y bienes personales, sin embargo, a pocos meses ya parecería que andan con ganas de ir vorazmente a buscarlos, eso en mi diccionario se llama inseguridad jurídica. Sin embargo, mucho personaje oficialista intenta justificar al mencionado impuesto bajo la engañosa lógica de que, si el primer mundo los tiene, nosotros también deberíamos, after all, Cambiemos es la sublime llave hacia el desarrollo ¿o me equivoco?
Vivo en África, pero me quieren gravar como en Noruega. A esta falacia le respondo que, si quieren llevarnos al régimen tributario de países desarrollados, me anoto, pero antes sería justo que contemplen en simultáneo dos aspectos. Primero, deberían considerar los “no impuestos” prevalecientes en esas jurisdicciones y eliminarlos, por lo tanto, en Argentina, converger debería ser un concepto general, la parcialidad que casualmente siempre beneficia a la AFIP me suena a perverso y a que me toman de estúpido. Segundo, dichos países otorgan servicios de altísima calidad a sus ciudadanos, sin embargo, aquí en Argentina, parecería que el fisco nos provee prestaciones africanas, pero al mismo tiempo, te quiere llevar al primer mundo sólo en materia tributaria, este razonamiento entonces además de falaz insulta mi inteligencia. ¿Será ésta la Argentina del cambio que propone el presidente Macri en donde unas pocas ovejas obedientes y esquiladas bancan al resto? ¿No les parece ya que los individuos alcanzados por este impuesto contribuyen lo suficiente para bancar a un estado lleno de vagos? Un ciudadano que vive en blanco paga 60% de impuestos, pero parecería que al socialismo de Cambiemos eso ya le parece poco. Sería útil que el gobierno recuerde que el ahorro es lo que sobrevive a semejante voracidad. Todo argentino sabe que el sistema de jubilación es una estafa, cuando seamos ancianos, el estado después de habernos confiscado durante toda una vida contribuciones previsionales, nos dará a cambio una pensión de miseria. Entonces, a ese oficialismo que justifica el impuesto a la renta financiera “porque en el primer mundo existe”, le contesto, que mucho argentino ahorra hoy porque sabe que cuando sea viejo y no pueda trabajar más, sólo podrá vivir de su propio patrimonio dado que el estado lo defaulteará como ha hecho siempre. Y no me sorprendería que en un par de años vayan incluso por lo poco que sobrevivirá a la renta financiera: tu herencia; hermoso país tenemos y no lo olviden ni por segundo: Cambiemos es un gobierno socialista y el socialismo es una máquina muy contundente de destruir riqueza, no basta con contarnos que son honestos, también hay que ser inteligente, eficiente y hacer lo que hay que hacer, o sea, achicar nuestro agobiante gasto público de manera urgente. ¿Por qué no prueban con bajarle el salario a los ñoquis? Ah, me olvidaba, para un gobierno tan políticamente correcto, eso cuesta mucho, es más fácil entregarnos a nosotros, las ovejas de Peronia.
El “socialismo cloacal” de Cambiemos no se anima a achicar el gasto. Una reforma tributaria en el contexto de no reestructuración fiscal es empezar a resolver el problema al revés, y no funcionará, tengo la sensación de que el gobierno siempre esquiva la asignatura más importante de todas: reducción del gasto. Parecería que impuestos menos distorsivos reemplazarían a otros más distorsivos, lo cual está bien, pero eso en la Argentina de hoy es una condición de segundo orden. Argentina requiere primero una fenomenal reestructuración del estado que baje gasto e impuestos en forma conjunta. Pero si de golpe se baja el gasto o subsidios te contestan: “ojo que se arma quilombo, a mucha gente no le va a gustar”. Si embargo, si se grava a los mismos de siempre ahora con renta financiera, parecería ser políticamente gratis y saben por qué: ¿porque la clase media está compuesta de ovejas obedientes, permanentemente esquiladas por el despiadado estado argentino, que sólo saben trabajar, que no protestan, que no hacen piquetes y que bancan con su sacrificio a un estado corrupto e ineficiente lleno de ñoquis. Parecería que para Cambiemos, los ñoquis son intocables y, por lo tanto, van por las ovejas del rebaño, esas ovejas que lo votarán incondicionalmente. A fuerza de cloacas, viviendas y metrobuses, se intentará colonizar al conurbano y alguien deberá pagarlo para este incipiente ciclo político que me animo a definir como “socialismo cloacal”. Cambiemos no es otra cosa que populismo blando, no lo olviden ni por un instante y en esa coyuntura, las cloacas comprarán un montón de votos que hoy todavía pertenecen al mundo K. En este contexto, no compro ni por un segundo que la sociedad argentina haya cambiado, la victoria de Cambiemos es sólo un switch de moda, como alguna vez fue el alfonsinismo, el menemismo y hasta el kirchnerismo, que hoy groseramente humillamos todos. Me resulta imposible imaginar que una sociedad así de colapsada en sus principios más básicos pueda experimentar semejante transformación en sólo dos años. El gran desafió que nos espera a la vuelta de la esquina es trascender a esta moda socialista de globos amarillos en algo superador a largo plazo, aspecto que debería comprometer a todos los argentinos. Me cuesta imaginar que esta sociedad mediocre, cortoplacista y ahora festivamente burlona, esté a la altura de semejante desafío. Espero sin embargo, que el impuesto a la renta financiera sea sólo la creación de mi crispida imaginación.
De la renta financiera a un ataque generalizado de purismo. ¿Marchando un psicólogo para todos? Los argentinos no votan ideologías, votan shocks de consumo, aspecto que nos convierte en una sociedad fácilmente sobornable, políticamente inestable y electoralmente procíclica. Mucho argentino hoy se burla de los K en cana, pero ese mismo individuo los votó cuando la soja en 650 lo sobornaba electoralmente a puro shock de consumo y fútbol para todos, de la misma forma que hoy lo hacen las cloacas y los préstamos hipotecarios, esta vez, financiados con deuda externa. Me pregunto si existe algún poderoso libre de culpa que “pueda arrojar la primera piedra”. Y en este contexto, percibo a los argentinos «judicialmente muy eufóricos», cuidado, vivir este delicado proceso de esa forma no nos libera de la responsabilidad que implica haber votado kirchnerismo con 54% de aceptación, cuando de golpe ahora está de moda ser purista y acusador. Me resulta sorprendente observar cómo de la silenciosa y cómplice obsecuencia mayoritaria ahora mutamos a un burlesco ataque de moralidad. No hace falta humillar públicamente a nadie para exigir que quien cometió un delito, se haga cargo y pague si corresponde, con su libertad y patrimonio. Advierto mucho personaje humillando a gente hoy en cana, ahora son todos guapos, sin embargo, muchos de los que hoy se ríen ni hablaban cuando el kirchnerismo tenía poder. El proceso de rendición de cuentas es muy necesario, pero relatarlo como un show mediático nos hace mal, lo que hoy vemos es el reflejo de nuestro silencio permisivo, hemos sido pasivos cómplices durante una década entera del saqueo fiscal de la Argentina, apuntar con el dedo a unos pocos no nos exonera de semejante vergüenza. Y esta euforia “preocupantemente burlona” nos muestra tal cual somos: emocionales, psicológicos, bipolares y peligrosamente desequilibrados, el socialismo amarillo de este gobierno debería subsidiar un diván para cada uno de nosotros. Mucho argentino desentendido que ayer votó kirchnerismo y hoy celebra haciéndose el tonto, es el mismo que si pudiera coimearía al cana de al lado cuando le hace una multa de tránsito, pero a la vez se golpea el pecho en este efervescente brote de patriotismo judicial. En una república digna el eventual corrupto merece el mayor rigor de la ley, pero aun así tiene el derecho a ser respetado y les recuerdo, se lo presume inocente hasta tanto haya sentencia firme. No hay un sólo artículo en la Constitución Nacional que nos otorgue el derecho a la humillación pública. Entonces, como sociedad que permitió, festejó, aceptó y toleró 12 años de gobierno K, no estamos en condiciones de burlarnos de nadie, deberíamos llamarnos al silencio en respeto al formidable daño que obsecuentemente permitimos a nuestro país.