El peso repitió ayer lo que ya puede pasar a considerarse su costumbre de este año: volvió a pelear el liderazgo entre las monedas más devaluadas del mundo contra el dólar, a pesar de que el Gobierno, que procura evitar que se reactive la corrida, intentó dosificar su caída incrementando en un 50% la oferta de divisas que regularmente realiza al mercado desde que recibió los fondos del FMI.
Se hundió 2,4%, con lo que pasó a acumular una caída del 11,2% en junio y del 33,6% en lo que va del año, acercándose nuevamente a los niveles mínimos que marcó a mitad de mes y generaron el recambio de conducción en el Banco Central (BCRA).
La entidad monetaria, al tanto de la renaciente presión, intentó dar una señal tranquilizadora anunciando al mediodía al mercado que ampliaría su oferta de US$100 a 150 millones tanto ayer como hoy, intentando que el refuerzo que la demanda suele mostrar cada fin de mes repercuta poco sobre el precio del billete.
La subasta, abierta a bancos a diario entre las 13 y 13.05, mantuvo el patrón de las anteriores: los bancos se alzaron con todos los dólares ofrecidos, que adquirieron a un precio promedio de $27,74, 47centavos o 2,1% superior al pactado anteayer.
Pero la señal de precio pasó inadvertida para un mercado muy demandante que siguió empujando la cotización al alza. El dólar mayorista cerró a $28,10 para la venta, «66 centavos arriba del final previo», describió Gustavo Quintana de PR Cambios.
Con este empuje, el billete al público cerró a un promedio de $28,68, 63 centavos arriba del cierre previo.
«La subasta se hizo cuando el mercado llevaba operados solo US$365 millones y, viendo los precios de fin del día, significó que el Tesoro debió asumir una pérdida de $ 50 millones. Este esquema de hora fija da previsibilidad a los bancos para hacer su negocio, pero no es adecuado si querés tener incidencia sobre el valor de la divisa», observó el analista Fernando Izzo, de la corredora ABC.
La nueva escalada del billete al contado disparó a su vez la demanda de coberturas cambiarias, que alcanzó un nivel récord. «Los futuros abrieron más demandados aún, aunque la oferta del pase junio/julio de bancos oficiales, estimada en US$400 millones, presionó las tasas implícitas, que perdieron unos 200 puntos en los plazos más próximos», describió en su informe GL Capital.
El inusual movimiento, revelador de un nuevo brote de tensión, llevó el volumen negociado en futuros a un nivel récord equivalente a US$2600 millones en Rofex», apuntó Javier Marcus, gerente de Southern Trust. Parte del impulso del mercado se lo da el intento del BCRA de refinanciar posiciones tomadas por US$2300 millones ya que corresponden al momento en que Federico Sturzenegger intentó controlar la corrida sin sacrificar más reservas, ofreciendo dólares a precios que fueron de $24 a 25,60, es decir, entre 8 y 15% menos a los que deberán liquidarse mañana.
Corrida no, más escaramuzas
La duda que se instaló en el mercado es si el nuevo desbalance entre oferta y demanda puede reactivar una corrida, algo que los analistas por ahora -con cautela- descartan.
«Es muy probable que veamos nuevas escaramuzas, en especial, si hay más volatilidad afuera. Pero la de hoy [por ayer] solo muestra que seguimos en el epicentro de una crisis de confianza que juzgo excesiva pero es una realidad. Creo que los inversores quieren ver para creer», dice el economista Miguel Zielonka, director de la consultora EconViews .
Para su colega Santiago Manoukián, «las presiones devaluatorias siguen firmes, en un contexto en que la demanda crece por el fin de mes y retoma impulso por la incertidumbre local. Esto impacta de lleno en un mercado que nos recuerda en estos casos que sigue desbalanceado».
Acciones subidas al rebote global
La castigada Bolsa porteña rebotó ayer, aunque los precios de muchas de las acciones argentinas (con excepción de los bancos, que a su vez lideraron la recuperación local) continuaron moviéndose a la baja en Wall Street, en donde volvieron a cerrar con pérdidas que esta vez llegaron al 1,5%. El índice Merval, principal referencia de precios, avanzó el 3,6% en promedio tras su derrape cercano al 9% de anteayer, que lo había llevado a acumular una pérdida del 16% en las cuatro sesiones anteriores.