Según los números oficiales, el Gobierno llegaría holgado a la meta de 3,2% este año. De continuar el ritmo de crecimiento de los ingresos tributarios, y de respetarse el límite presupuestado de gastos, se lograrían $ 20.000 millones extras para el 2018.
Los muy buenos datos de la recaudación impositiva de 2017 hicieron que ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, revisara sus números fiscales para este año con cierto optimismo. El alza de 29,2% en los ingresos tributarios obtenidos por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) el año pasado (unos 2.537.661 millones de pesos) representa porcentualmente entre cinco y seis puntos más que la inflación. Si la tendencia continuara en 2018 sin mejorar ni bajar el ritmo de crecimiento de la recaudación, para fines de este año la recaudación podría aportar entre 20.000 y 30.000 millones de pesos más que lo calculado originalmente y aprobado en el Presupuesto para este año aprobado la semana pasada por el Congreso Nacional. Según esta ley, los ingresos que debería obtener la AFIP tendrían que crecer en el acumulado de los 12 meses de 2018 un 19%, con lo que siguiendo la tendencia de 2017, el alza porcentual se podría ubicar, sin mayores esfuerzos, entre 23% y 24% de crecimiento. Lo suficiente como para que desde el ítem ingresos tributarios, responsabilidad de Alberto Abad, no haya sobresaltos fiscales para Hacienda.
Sólo quedaría entonces un frente por resolver: el del aumento del gasto público. Aquí el Gobierno propone casi mantener el ritmo actual, con un incremento real leve de 1,3% y un acumulado de 16% por encima del 2017. El déficit financiero crecerá un 7,6% (por debajo de la inflación) y equivaldrá al 5,5% del PBI. Si el Gobierno alcanza este objetivo autoimpuesto, no debería ya tener problemas en lograr la gran meta macroeconómica que se fijó Mauricio Macri para 2018: que el déficit fiscal pase del 4,2% proyectado para este año a 3,2%. Serían unos 130.000 millones de pesos menos de déficit en un año.
El resultado final de 2017 parecería comenzar a darle un guiño a Dujovne. El dato definitivo del ejercicio anterior arrojaría un déficit más cercano a 4% que a 4,2. Los datos acumulados a noviembre implicarían que le sobrarían unos 30.000 millones de pesos, los que contablemente pasarían a ayudar el cierre de desequilibrios entre recursos y gastos de 2018. Dujovne había diseñado el esquema fiscal para 2018 a partir del combo de reformas previsional, tributaria y el pacto con las provincias, lo que debería haberle aportado directamente los 130.000 millones que necesitaba contablemente para lograr el 3,2% ordenado por Macri. Sin embargo, los recortes que el Gobierno tuvo que negociar con la oposición hicieron que el resultado final de los ingresos programados y gastos calculados se recortara en más de $40.000 millones. El propio ministro incluso deslizó en una rueda de gabinete que obviamente aceptaba los recortes, pero le aclaraba al ala política que si se quería llegar al 3,2% de déficit este año, debían comenzar a diseñarse más recortes de gastos por encima de lo presupuestado.
Sin embargo, los dos datos que llegaron en los últimos tiempos a su escritorio lo tranquilizaron. La herencia fiscal de este año será más benigna y la recaudación impositiva es superior al ritmo de crecimiento presupuestado. En este sentido, particularmente optimista es el dato del alza del IVA en diciembre, con un incremento de 31,2%, por encima del 24% de inflación que se espera para este año. Si se lograra el 4% de déficit en 2018, el sobrecumplimiento implicaría un «ahorro» extra e indirecto de entre $20.000 y $30.000 millones, el número preciso que necesitaba Dujovne para que su «mecano fiscal» para 2018 cierre cerca de los $123.000 millones de ahorro, aún con los recortes sufridos a las versiones originales de las reformas previsional e impositiva. Si además la AFIP le garantizara otra cifra similar al despegarse la recaudación presupuestada con la real, el ministro respiraría aún más aliviado.
Sabe Dujovne que no podrá esperar nada de los anuncios de ayer de rebaja de los subsidios a las tarifas de transporte público. Si bien es planteado como un incremento general de 33%, casi 10 puntos porcentuales por encima de la inflación de 2017, la alquimia de beneficios armada por el Ministerio de Transporte de Guillermo Dietrich haría que el número fiscal final sea neutro para el gasto público. Esto es, ni afectarían ni perjudicarían el mecano armado por Dujovne para lograr el 3,2% de déficit final para este año.
Fuente: http://www.ambito.com/908304-recaudacion-y-deficit-2017-los-dos-datos-que-le-dan-esperanza-a-dujovne