Hace tiempo ya que desde Rosario Finanzas venimos diciendo que si bien la economía no es una pinturita, tampoco es un desastre y hay muchas señales alentadoras. Lamentablemente la sequía que sufrimos y el mundo que no ayuda (problemas en Brasil, Italia y España, el costo de endeudamiento subiendo en el mundo) hace que el día a día se torne muy complicado.
Pero creemos que el principal problema es más político que económico y desató una crisis de confianza debido a los errores que viene cometiendo el oficialismo y a la mezquindad de gran parte de la oposición que en lugar de ayudar busca que los cometa o que le al Gobierno le vaya lo peor posible. Para prueba basta un botón dice el dicho y ese botón es el tema tarifas, muy mal manejado desde el Gobierno pero agravado por la actitud que tomó la oposición que en lugar de contribuir y buscar la mejor solución para el ciudadano buscó que el Gobierno de Macri pagara el mayor costo político posible.
En este contexto se enmarca el acuerdo con el FMI. Es muy importante el monto de dinero que nos prestan pero más importante aún son las medidas que se acordaron y las señales que se dan al mundo y a los propios argentinos en busca de recuperar la confianza. Repasémoslas
- Préstamo de USD 50.000 millones del FMI. Además el BID pondría USD 5.000 millones más. Se estima que con otros acuerdos que se están negociando el monto final podría superar los USD 70.000 millones.
- Medidas acordadas con relación al Banco Central:
- BCRA dejará de financiar el Tesoro, lo que coloquialmente decimos “dejará de darle a la maquinita”. Esto es fundamental para bajar la inflación ya que elimina la creación de dinero para financiar al Tesoro y por ende poner pesos en la calle sin que haya aumento de la producción.
- BCRA dejará flotar el tipo de cambio al alza y a la baja. Esto implica que no volverá a comprar los dólares que traiga el Tesoro y las provincias cuando emitan deuda para evitar que se aprecie, lo que elimina otro factor de creación de moneda y de base monetaria.
- Por último el BCRA será quien defina las metas de inflación. Ya se aceptó que la inflación de 2018 va a estar bien por arriba de las metas propuestas. Es por eso que se definieron nuevas metas para los años 2019, 2020 y 2021 del 17%, 13% y 9% respectivamente. Estas metas están ligeramente por debajo de las expectativas de mercado relevadas en el REM que hace mensualmente el mismo Banco Central.
- Cambio de USD 25.000 millones de letras intransferibles del BCRA por bonos líquidos. El gobierno de Cristina Kirchner utilizó para cancelar deuda y para financiar su déficit fiscal reservas del Banco Central dejándolo prácticamente vacío. A cambio de los dólares de las reservas les dejaba estas Letras Intranferibles que tenían ningún valor. Con este Swap se hará el camino inverso y se reconstituirán las reservas líquidas del banco.
- Desarme de las lebacs: con los dólares del swap de letras intransferibles por los bonos líquidos se irán recomprando lebacs y con esto disminuyendo su peso.
- Reforma en el Congreso de la Carta orgánica de la entidad para que el punto a) se institucionalice y el BCRA gane en independencia.
- Medidas acordadas con Hacienda:
- Reducción de las metas de déficit fiscal primario. El año 2019 será de 1,3%; el año 2020 deberá haber un superávit de 0,5% del PBI. Esto implica en la práctica acelerar el gradualismo. Es el sendero que marcaba el Gobierno pero un poquito más rápido.
- Se acordaron cláusulas de emergencia social para que ante determinados eventos que lo justifiquen se puedan relajar las metas fiscales para atender a problemas sociales.
Resumiendo las medidas, el acuerdo implica un Banco Central más independiente que se encargue puramente de luchar contra la inflación y dónde se le limita la posibilidad de financiar al Tesoro lo que generaba expansión de la base monetaria y por ende más inflación. Al mismo tiempo implica que Hacienda deberá encontrar la forma de recortar más rápido gastos de manera de reducir el déficit fiscal que es la fuente de la inflación y del endeudamiento.
Cuando uno mira las condiciones del acuerdo, se nota que es más que razonable. De hecho lo triste de esta historia es que el Gobierno va a hacer ahora lo que se le venía pidiendo desde diversos sectores y nunca había escuchado. Tuvo que sobrellevar una crisis para escuchar estos pedidos de acelerar el gradualismo ya que Argentina depende mucho de la bonanza externa. Cuando esta se corta, sufrimos.
Para ir finalizando, más arriba decía que tan importante como las medidas son las señales que brinda este acuerdo. La señal es clara. El mundo sigue confiando en Argentina y está dispuesto a ayudarnos con tal de no volver a medidas populistas.
Hoy finalizando el viernes vemos que el mercado finalmente alcanzó una tibia calma. El Banco Central retiró la oferta de vender USD 5.000 millones a $25 que venía poniendo hace 2 semanas y funcionaba como dique de contención del tipo de cambio. Había mucha expectativa sobre que iba a pasar con el tipo de cambio y hubo calma. El mayorista se llegó a negociar a 25,62 de máximo para finalizar a 25,31. Ayudó mucho que el Real brasileño se apreció 5,23% ya que si seguía la tendencia de esta semana la cosa se hubiera puesto más complicada.
Por el lado de los bonos y las acciones todos subieron. Los bancos fueron los grandes ganadores de la jornada creciendo hasta un 7% y las energéticas un 4% en promedio. El índice accionario ROFEX20 que mide el comportamiento de las 20 acciones más líquidas de Argentina subió un 3,97%
Dentro de los bonos se destacaron obviamente los emitidos en dólares ya que mejoraron su paridad por el menor riesgo que representa Argentina y por la suba del dólar.
En definitiva el acuerdo con el FMI trajo calma al mercado y permitió recuperar la confianza perdida. Pero no nos confiemos, sólo se compró tiempo para hacer los ajustes que tenemos que hacer, guste o no la palabra. Ya el mes de mayo demostró que si el Gobierno no hace el ajuste, el ajuste lo hace el mercado y esto suele ser siempre lo peor para la gente.
Tenemos que aprender que en economía nada es gratis y todo lo que parece gratis alguien lo paga. Hasta que no podamos vivir con los ingresos que tenemos, la situación va a ser bastante complicada. Estamos por el buen camino. Solo hace falta que el gobierno escuche más y la oposición se ponga los pantalones largos. ¡Ojalá esta vez lo aprovechemos!