Con una medida del 29 de mayo, afectó la provisión de piezas e insumos y frenó más la producción. Lo corrigió, pero ahora el problema es el endurecimiento de la cuarentena, dijo la consultora Analytica
El retorno a la “fase uno” de la cuarentena volverá a complicar la actividad económica, justo después de que el Banco Central corrigió parcialmente una decisión que había frenado lo que pudo haber sido en junio una recuperación algo más fuerte de la economía.
El error inicial, señaló en su último informe la consultora Analytica, fue la Comunicación A-7030 del BCRA, lanzada el 29 de mayo por la autoridad monetaria para frenar una caída de reservas que entre marzo y esa fecha ya era de USD 2.200 millones. La norma limitó el acceso de los importadores al mercado oficial de cambios, con el objetivo aparente de frenar un incipiente adelanto de importaciones en el marco de incertidumbre cambiaria de ese momento.
Dólares, barcos y “descalce”
De un lado, forzó a la empresa a calzar los pagos de importación con el arribo a puerto, lo que hecho provocaba un “descalce” de los importadores, que deben adelantar una parte de la compra al exterior. Del otro, obligó (y sigue obligando) a las empresas que requieren divisas para importar a “desarmar” antes cualquier posición que pudieran tener en el exterior.
El Central logró así su objetivo y en las dos primeras semanas de junio recuperó más de USD 800 millones de reservas, Pero las importaciones se frenaron y se frenó también lo que podía haber sido una recuperación del nivel de actividad. Como evidencia de eso, el informe muestra el “desacople” que hubo entre los índices de movilidad y de uso de energía eléctrica y la alta dependencia de varias actividades respecto de piezas e insumos importador.
Por caso, señala, la medida de cambio frenó la compra de abonos y plaguicidas, claves para la actividad agropecuaria y también la de productos farmacéuticos, “vitales” para el combate al Covid-19. Un cuadro del informe lista varias actividades altamente dependientes de insumos importados que, a su vez, producen insumos o partes para otros sectores, entre ellos productos orgánicos básicos, plásticos, vehículos automotores y remolques, licencias para el uso de activos intangibles, papel y cartón, productos laminados, motores y turbinas, etc. En conjunto, estima, el 80% de la producción de los sectores más afectados por la decisión del BCRA es insumo de otras actividades.
Al apagarse o funcionar a medias ese motor, la recuperación que se insinuaba en mayo se frenó en junio. “La actividad industrial se estaba recuperando y las complicaciones para la provisión de insumos importados la frenó en niveles de fines de mayo”, dice un pasaje del informe.
El Central ya corrigió el primer problema y a partir de la comunicación A-7052 posibilitó el acceso a dólares de los importadores al momento de embarque (y no de arribo) de los productos, aunque mantiene el requisito acerca de que para acceder a dólares deben desarmar sus posiciones en el exterior.
Pero mientras tanto apareció un nuevo problema, concluye el informe de Analytica: “el endurecimiento de la cuarentena en el AMBA agrega una restricción adicional y fija un nuevo piso para la actividad en julio”.