A pesar de la precaria calma cambiaria, muchos inversores se animan a apostar por hacer ganancias en divisas con activos en pesos. Como en toda inversión de riesgo, los resultados no están garantizados
La baja de los tipos de cambio paralelos desde octubre a esta parte y la afirmación del ministro de Economía, Martín Guzmán, respecto a que buscará usar el dólar como un ancla al moverlo este año a una velocidad menor a la de la inflación hicieron que el adorado dólar se transforme en una mala inversión de corto plazo. En los últimos meses, y de la mano más que nada del boom de inversiones indexadas por inflación, las apuestas del mercado han estado destinadas más que nada a colocaciones en pesos con el aliciente de que las ganancias se cuentan en dólares.
El carry trade volvió al mercado financiero local. La también llamada “bicicleta financiera” consiste en vender dólares para colocarlos en inversiones de corto plazo en pesos con el objetivo de ganarle a la evolución de la divisa y tener la capacidad de comprar más dólares cuando termina de girar la rueda. Es una estrategia que, con variantes según el instrumento que se elija y los momentos de entrada y salida, viene dando muy buenos resultados en los últimos meses.
Claro que se trata de una inversión de riesgo: a una ganancia potencial importante se le opone como posibilidad, una potencial pérdida también dolorosa.
Pero, para hablar de rendimientos pasados que nunca predicen rendimientos futuros, tenemos los casos más recientes. Por ejemplo, la semana que terminó este último viernes el dólar MEP que se opera en la Bolsa subió 1,09%, lo que volvió perdedora a la estrategia al menos contra las tasas más cortas. Ahora, en las últimas dos semanas, cayó 3,7%, permitiendo un muy buen rendimiento.
La estrategia de carry a la que se están animando muchos inversores en el mercado local es una bastante particular y arriesgada. “Para hablar de carry trade tradicional tendríamos que estar viendo tasas de interés fuertemente positivas -superiores a la inflación esperada- y la disponibilidad de muchos instrumentos para hacerlo, como en su momento fueron las Lebac, eso no está ahora. Hay un retroceso en el tipo de cambio, es cierto, y yo no espero una escapada del dólar hacia adelante, pero es una situación de bastante riesgo”, dijo José Bano de Invertir Online.
“Hoy no tenés ningún instrumento de corto plazo que tengan tasas altas, ampliamente por encima de la inflación. Tenés bonos CER, pero los cortos están en tasa negativa, o sea que están rindiendo menos que la inflación”, agregó.
Para Giselle Colasurdo, especialista en mercado de capitales y youtuber financiera, se trata de una opción que puede ser válida para quien conozca los riesgos. “El mejor instrumento para hacerlo tiene un plazo de 90 días, y acá pueden pasar muchas cosas en 90 días”, comentó. Pero yendo a los procedimientos, existen distintas formas de intentar la estrategia. Algunas de ellas ya están agotadas.
Algunos ejemplos
La primera, más sencilla, es de cortísimo plazo y usa cauciones bursátiles. Tiene a favor el menor tiempo que resta la posibilidad de encontrar factores inesperados, pero también en contra que en los trades de corto plazo es muy difícil acertar el timing.
Es común comparar a la caución bursátil con plazos fijos en la Bolsa, aunque su lógica sea distinta, porque es una colocación a plazo que paga una tasa predeterminada en pesos. En los hechos, se trata de ceder dinero a un tercero -un préstamo- que utiliza esos fondos para invertir. Al final del contrato esos fondos más una tasa de interés. Para garantizar el pago, los tomadores de cauciones tienen que dejar en forma de aforo activos de mercado como bonos, acciones y letras.
Lo interesante es que a diferencia del plazo fijo la caución se puede pactar a plazos menores al mes. Por ejemplo, este viernes último, una caución bursátil a 7 días pagaba 32% nominal anual, algo más de un 0,61% en directo en una semana.
La apuesta es muy sencilla, si el dólar MEP -el único al que se puede entrar y salir sin límite de montos, siempre y cuando no se esté impedido de operar- se mantiene estable o baja durante el tiempo que dura la inversión, se puede recomprar más dólares al final del contrato.
¿Cómo le fue en los últimos 7 días a la caución como instrumento de carry? Perdió frente a un alza del 1% del MEP.
Una segunda opción es ir a la otra tasa lógica, la de los plazos fijos en pesos tradicionales a 7 días. Están en torno al 37% anual para personas humanas en depósitos de menos de $1 millón. Es un rendimiento mensual directo del orden del 3% en 30 días. De nuevo, una estabilidad del tipo de cambio MEP o un retroceso.
¿Cómo le fue en los últimos 30 días al plazo fijo como instrumento de carry? Ganó, frente a una baja del 3% del MEP.
La tercera opción, la más segura en cuanto a su rendimiento en pesos por encima del avance de los precios y la más larga en cuanto a su duración, son los plazos fijos indexados. Los que ajustan por UVA. Forzados por normativa a ofrecerlos, los bancos pagan el ajuste UVA más una tasa del 1%. Es decir, si o sí le ganan a la inflación.
Claro que tienen una duración mínima de 90 días que hace a la apuesta casi de largo plazo en la frenética realidad local. En ese período, mientras el dólar MEP no supere el avance de la inflación más el rendimiento, el resultado es positivo.
¿Cómo le fue al carry con plazos fijos UVA en los últimos tres meses? Ganó. Y por goleada. Rindió más de 11% en pesos contra una baja del MEP del 3% en el mismo período.
Hasta ahí la historia de cómo se hicieron esas ganancias. Más allá de todos los cálculos y previsiones que se puedan hacer sobre el futuro, nada garantiza que se repitan en los próximos meses. Pero a juzgar por el crecimiento de los depósitos indexados algunos se animan a intentarlo también en el futuro.
Una herramienta fuera de juego
A la mejor herramienta para carry aún en este contexto, la sacaron de la cancha. Y no fueron regulaciones del Gobierno, sino apuestas en ese sentido de todo el mercado -grandes y chicos- que desde hace meses optan por los bonos y letras CER que, como el UVA, ajustan por la inflación. Claro que fueron tantas las compras y subieron tanto de precio que ya no sirven como instrumento de corto plazo.
“Hoy el TX21, un bono que vence este año, paga un rendimiento negativo del 7,6%. Es decir, paga inflación menos un castigo. En sí, no da el margen suficiente”, explicó Bano.
Y la alternativa para minoristas, fondos comunes de inversión que inviertan en bonos CER, tampoco permite estas apuestas.
“Con toda la curva CER a tasas negativas está descartada esa opción”, dijo Giselle Colasurdo.