Argentina, Ecuador y Venezuela registran préstamos chinos por u$s 86.000 millones, casi tres cuartas partes del total correspondiente a América Latina
El financiamiento de China en la región crece a pasos agigantados pero con una particularidad: el grueso de los créditos se concentra en aquellos países con menor acceso al mercado de capitales y mayor riesgo país, como es el caso de Argentina, Ecuador y Venezuela.
Estos países registran préstamos chinos por un total de u$s 86.000 millones, casi tres cuartas partes del total correspondiente a América Latina, de acuerdo a cálculos de Fundación Mediterránea.
Según el centro de análisis político Diálogo Inter-Americano, el stock total de créditos otorgados por China a los países de América Latina asciende a u$s 118.700 millones hasta 2014. De esa suma, Venezuela obtuvo unos u$s 56.300 millones, lo que representa un stock de 26,9% de su PBI. La tierra de Chávez, que se encuentra al borde del default, tiene el riesgo país más alto de América Latina, con casi 3000 puntos.
En el caso de Ecuador, que mantiene un riesgo país de 750 puntos, el stock de créditos proveniente de China suma unos u$s 10.800 millones, el 11% de su PBI. En tanto, para la Argentina el financiamiento del gigante asiático representa un 4% de su PBI por un total de u$s 19.000 millones de dólares, aunque este monto no fue desembolsado en su totalidad.
Si bien el riesgo país de la Argentina se redujo un 20% en el año hasta los 580 puntos, todavía guarda una gran diferencia con países como Brasil (330 puntos), Uruguay (225 puntos) ó Chile (cercana a los 100 puntos).
Casualmente, estos países obtuvieron fondos que para el tamaño de sus economías son poco significativos. Si bien el primero de ellos recibió de China unos u$s 22.000 millones, este monto representa apenas el 1% del PBI brasileño. Por su parte, Chile y Uruguay suscribieron créditos por u$s 150 millones y u$s 10 millones respectivamente.
«La principal ventaja para algunos países de América Latina es que el interés por China en la región abre una nueva fuente de financiamiento con menos condicionalidades que las de los organismos internacionales y en algunos casos, compensa la falta de acceso a los mercados de capitales, como es el caso de Venezuela principalmente, pero también de Ecuador y Argentina», apuntó un informe de Fundación Mediterránea.
Las inversiones chinas no implican que el país siga una política asistencialista sino que utiliza mecanismos alternativos para cubrir sus deudas vinculadas con la provisión de insumos críticos y respalda sus créditos con las compras de bienes que realiza a estas economías. Los bancos chinos tienden a enfocarse en préstamos relacionados con sectores como energía, minería e infraestructura.
«Hay una situación particular o atípica en el caso de Argentina. Tiene un déficit en su balanza comercial con China superior a los u$s 5.000 millones en los últimos 12 meses. En este sentido, los créditos de largo plazo van a inducir un aumento de la importación de productos chinos, sumado al hecho de que la tenencia de yuanes va a generar un corrimiento de la demanda de productos importados de terceros países a China, por el hecho de que hay más dificultades para aceptar las monedas», dijo Jorge Vasconcelos, vicepresidente de Fundación Mediterránea. «No se trata de cortar vínculos, si no tratar de establecer menos asimetrías», agregó.
De acuerdo a la consultora, entre 2005 y 2011 el financiamiento de largo plazo otorgado por China a América Latina alcanzó los u$s 73.200 millones y superó al Banco Mundial (u$s 53.300 millones) y el Banco Interamericano de Desarrollo (u$s 67.700 millones).