El viernes pasado el stock en manos del BCRA ascendió a U$S 54.733 millones. El directorio del ente monetario tenía planeado recomponer la posición hasta el equivalente al 15% del PBI. Pero la dinámica inflacionaria y monetaria parece truncar los planes. Más dureza a fin de año.
Desde el Palacio de Hacienda le «avisaron» al Banco Central que en diciembre le venderían divisas por aproximadamente entre u$s5.000 y u$s6.000 millones. La caja del Tesoro está bajo estrés. Más allá de la contención del gasto real la caja aún hace agua por varios lados. Como es tradicional, las necesidades de financiamiento de la Tesorería se exacerban estacionalmente a fin de año, por el pago de salarios, aguinaldos y vacaciones del sector público. Cabe recordar que la estrategia económica es reducir gradualmente el nivel del gasto primario apostando a que el crecimiento hará el trabajo de reducirlo en términos del PBI. Así el rojo fiscal se financia, en gran parte, con endeudamiento y en menor medida con asistencia directa del BCRA.
El panorama luce más o menos despejado, dada las últimas colocaciones de deuda (el jueves pasado entraron u$s3.180 millones de la emisión del bono en euros 2023, 2028 y 2047). Se especula con que restaría alguna que otra emisión más para cerrar el año, además de la sostenida colocación de Letras en dólares. Lo cierto es que el Tesoro tendría los fondos para afrontar los vencimientos y compromisos de este año (parecen haberse sepultado los sueños del Ministerio de Finanzas de ir más allá con el endeudamiento y «colocar» de más para tener margen para 2018 por las dudas si la Fed genera alguna sorpresa). Por lo tanto el BCRA, a sabiendas de que deberá afrontar semejante expansión monetaria (implicaría unos $100.000 millones, o sea, más de 11% de la base monetaria) a fines de año, empezó a preparar el terreno y actuar con más firmeza dado que la desaceleración inflacionaria no se consolida. Subió la tasa de política monetaria al 28,75% (nadie descarta otro ajuste según como venga el IPC de octubre y noviembre) pero además cambió el cálculo de integración de los encajes de trimestral a mensual. Como contracara, a fin de año el BCRA podrá ostentar seguramente un nivel récord de reservas de más de u$s60.000 millones. En primer lugar hay que señalar que días atrás el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, afirmó que revisará la estrategia de compras de divisas para recomponer la posición de reservas. Hay que recordar que el BCRA manifestó el objetivo de llegar a tener el equivalente del 15% del PBI en reservas. Esto implica aproximadamente u$s84.400 millones. Hoy tiene poco más de u$s54.700 millones, o sea, aún tiene margen para seguir comprando: unos u$s29.700 millones. Pero el impacto monetario de las compras al Tesoro es lo que inquieta, por ello, desestiman en el corto plazo volver a intervenir en forma sistemática en el sector privado. Cabe tener presente que en lo que va del año el BCRA emitió $240.000 millones por compras de dólares al Tesoro, a quien además le envió (vía Adelantos y Utilidades) otros $123.500 millones. Como correlato, ya que la demanda de dinero se vio sobrepasada, contrajo vía Lebac $300.000 millones y otros $21.000 millones vía pases. Así la base monetaria solo creció $48.400 millones.
Si bien no le desvela el stock de las Lebac ni el pago de intereses, la batalla inflacionaria podría inducir al BCRA a implementar nuevos ajustes en su política contractiva y así preparar el contexto para los próximos tarifazos y su impacto en el IPC. O sea, un fin de año duro, con récord de reserva y con incógnitas inflacionarias.
Fuente: http://www.ambito.com/903213-reservas-diciembre-se-perfila-con-record-y-mas-contraccion