La «bola de nieve» de las Lebac ya no genera tantos reparos. Los pasivos (base monetaria, Lebac, Leliq y pases) del Banco Central (BCRA) están respaldados en un 55% por las reservas internacionales, fortalecidas por la estrategia de acumulación que Federico Sturzenegger puso en marcha desde que asumió la presidencia de la entidad.
«En 2010 o 2011, el ratio de reservas sobre pasivos monetarios era de 1 a 1. Esa relación se fue deteriorando hasta llegar al 27% a fin de 2015. Recuperar ese nivel no es fácil y lleva bastante tiempo pero la mejora es evidente porque prácticamente se duplicó la relación», indicó Belisario Álvarez de Toledo, porfolio manager de Consultatio Asset Management. Y agregó: «Si bien es deseable que siga subiendo, la relación de este momento es saludable. No es necesario llegar a un ratio de 1 a 1 porque la demanda de pasivos monetarios está, en cierto punto, cautiva. Sería casi imposible que hubiera una corrida y todos los tenedores de Lebac, Leliq y pases salieran a desarmar sus posiciones»
Sturzenegger suele repetir que es importante cotejar los pasivos monetarios con el nivel de reservas, es decir, con el activo de la entidad. Entre marzo de 2016 y el comienzo del mismo mes de este año, el BCRA compró dólares por $ 772.648 millones (7,2% del PIB) y el stock de Lebac y pases pasivos alcanzó los $ 1.363.030 millones (12,8% del PIB). Por lo tanto, los pasivos monetarios netos de reservas adquiridas en los últimos dos años llegaban a $ 590.381 millones, es decir, 5,5% del PIB. Ese ratio es un 1,6% inferior al que había en marzo de 2016. El BCRA se refirió a este cálculo en su último informe mensual de política monetaria, correspondiente a febrero, y afirmó que «continúa desendeudándose en términos netos en relación al PIB, mejorando su hoja de balance».
Esta relación de respaldo entre las reservas y los pasivos monetarios se mantiene aun cuando en las últimas ruedas cambiarias la autoridad monetaria sacrificó u$s 1168 millones para contener la escalada del tipo de cambio. Al respecto, Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, sostuvo: «Los dólares que tiene el BCRA generan un rendimiento a medida que el peso se va depreciando. Además, si el ratio entre las reservas y los pasivos mejora, se necesita una tasa menor para esterilizar vía Lebac los pesos que se emiten para acumular divisas. En el mediano plazo, el poder de fuego del BCRA es muy fuerte todavía. Ahora bien, si la dinámica actual se mantuviera por mucho tiempo (algo que no estamos esperando), a la larga, el flujo siempre le gana al stock».