El «libre» empezó con presión alcista pero luego se tranquilizó. El oficial casi ni se movió, con oferta de exportadores y algunas ventas del Central
La evolución de la brecha entre el dólar «libre» y el oficial pasó a ser el dato central que miran los inversores tras la implementación de los controles cambiarios. En la segunda desde que se implementó la medida, el resultado terminó siendo satisfactorio para el Gobierno. La distancia entre ambos tipos de dólar se mantuvo por debajo del 10%.
El dólar mayorista prácticamente no se movió durante toda la jornada e incluso hubo una intervención menor del Central para prevenir cualquier posibilidad de repunte. La cotización cerró prácticamente en el mismo nivel que la jornada anterior, a $ 55,99. En tanto, el Contado con Liquidación y el «libre» cerraron en valores cercanos a los $ 60, pese a haber tocado los $ 62. De esta manera, la distancia fue de unos $ 4, es decir el equivalente a 7%.
La «brecha» es lo que irá marcando en las próximas jornadas si el «paraguas» cambiario, como lo denominó el titular del Central, Guido Sandleris, funciona o no adecuadamente. En la medida que la misma aumente mucho más allá del 15% comenzarán a aparecer las distorsiones típicas de estos mercados controlados. Por ejemplo se corre el peligro de que aumente fuerte la demanda en el mercado «formal» para luego salir a vender en el «libre».
Al menos en el cortísimo plazo parecería que ambos mercados pueden tener un comportamiento equilibrado. En el caso del oficial, están las liquidaciones de divisas del campo por las exportaciones pasadas y eso representa una oferta relevante en las próximas jornadas. Y en lo que respecta al mercado «libre», por ahora no es significativa la participación de compañías que optan por comprar dólares para sacarlos del sistema. Pero sí existe el peligro de que crezca a medida que pasan los días.
¿Por qué pasa a tener tanta relevancia la brecha entre el dólar «oficial» y el «libre»? El economista Emiliano Libman posteó en redes sociales una explicación: «Si el precio sube, es porque los demandantes de dólares están dispuestos a pagar ese mayor precio para ahorrar». Agrega, por otra parte, que «si la diferencia se agranda, las operaciones se desplazan del oficial al paralelo, con lo cual pueden emerger presiones para devaluar el tipo de cambio blanco».
Claro que para el Gobierno lo relevante es que el sistema anunciado el fin de semana aguante lo mejor posible hasta las elecciones presidenciales. Y no será fácil lograrlo, teniendo en cuenta que las expectativas se siguen deteriorando y que la incertidumbre seguirá en aumento a medida que se acerque el 27 de octubre.
Por lo pronto, el comportamiento de las variables financieras sigue preocupando. Las reservas del Banco Central cayeron ayer otros U$S 1.000 millones, producto sobre todo de la continuidad de retiro de los depósitos en dólares y también marginalmente por la intervención en el mercado cambiario, aunque no se informó el monto.
La estrategia es mantener lo más planchado posible al dólar para calmar los ánimos y que se reduzca el «goteo» de depósitos en moneda extranjera, que superaban los USD 32.000 millones antes de las PASO y ahora ya se ubican debajo de los USD 28.000 millones.