Paraguay está a las puertas de ser investment grade, se financia en moneda local a tasas de un dígito, crece año tras año y sin embargo, paradójicamente no tiene un sistema hipotecario.
Por supuesto que tiene un mercado inmobiliario atractivo por la reaparición del público argentino invirtiendo en torres de lujo, escapando de la volatilidad local. Es algo que los tiene francamente entusiasmados, y es muy lógico. Veremos si los paraguayos terminan por aceptar la tipología “departamento” como residencia permanente en lugar de sus gigantes casas.
Pero lo que le dará sustentabilidad al mercado paraguayo a largo plazo, no serán nuestros oportunistas inversores, sino el surgimiento del crédito hipotecario para la clase media.
Están trabajando seriamente al respecto, replicando modelos exitosos de Latinoamérica y, en mi opinión, en breve lo lograrán por cuanto están dadas las condiciones para que ello suceda.
Y es evidente que el advenimiento del crédito hipotecario accesible en todo mercado, genera un cambio cualitativo gigante. Millones de familias de clase media se podrán convertir en demanda potencial para inversiones reales y en volumen en proyectos residenciales.
Hemos visto que los fondos de inversión globales con presencia en Latinoamérica apuntan a ese tipo de emprendimientos.
Por mi parte recientemente estuve en Asunción y me entrevisté con actores importantes del mercado. No quise desaprovechar la oportunidad de señalarles la importancia de avanzar consistentemente, a diferencia de lo que hicimos aquí, donde supimos tener un tsunami de hipotecas que se desvaneció tan rápido como surgió.