La semana que terminó fue una locura. Inexplicablemente el Banco Central cambió su estrategia con respecto al tipo de cambio y lo que se vivió fueron marchas y contramarchas que enervaron los nervios de todo el mundo. Veamos:
Hasta el viernes 27/4 el Banco Central vendía sistemáticamente dólares en el mercado para evitar que suba su cotización poniéndole un techo al mayorista en 20,20. Aquel viernes subió las tasas 3% para llevarlas al 30,25% y frenar con eso el apetito por el billete verde. Esta semana, sin embargo, cambió de estrategia e intervino mínimamente en el mercado de cambios dejando que el dólar subiera arriba de 22. De hecho el jueves la devaluación de 1 sólo día superó el 7% hundiendo además las acciones argentinas y crispando los nervios de la población en general y del mercado. Esto obligó al Gobierno a coordinar acciones tendientes a frenar esta minicorrida.
El viernes 4/5 antes de la apertura del mercado se tomaron varias medidas:
- Conferencia de prensa del Ministro de Haciendo Dujovne y de Finanzas, Caputo. En la misma, para dar una señal al mercado, Dujovne aclaró que se vienen sobrecumpliendo las metas de déficit fiscal y que el Gobierno decidió redefinir la meta comprometiéndose a achicarla medio punto. Es decir, la antigua meta de déficit fiscal que era de 3,2% del PBI ahora será del 2,7% Por su parte Caputo confirmó que ya están cubiertas el 85% de las necesidades de fondos de este año con lo cual el financiamiento de 2018 está asegurado. Con esto quisieron dar la señal de que la macro está bajo control.
- Simulatánemanete el Banco Central por su parte tomó varias medidas ese día:
- Subió la tasa que estaba en 30,25% al 40%
- Redujo la Posición Global Neta (PGN) de los bancos del 30% al 10% Esto quiere decir que los bancos que antes podían tener el 30% de sus activos en otras monedas ahora solo podrán tener el 10% Esto tiene 2 efectos sobre el tipo de cambio. Por un lado limita la demanda de aquellos que estaban por debajo (si hubiera alguno) y por otro aumenta la oferta ya que obliga a vender a aquellos que están por encima.
- Aclaró que está dispuesto a intervenir en los mercados cambiarios, spot y futuros, todo lo necesario para controlar el tipo de cambio.
Como consecuencia de estas medidas el tipo de cambio se descomprimió y ese viernes se vió una baja de la divisa del 7% sin intervención del Banco Central.
Sin embargo estas medidas no son gratis. La tasa de interés está por las nubes y sabemos que eso no es una buena noticia ya que retrae el crédito y desincentiva proyectos. Por otro lado el cambio de reglas en la PGN golpeó muy fuerte la cotización de los bancos y algunos llegaron a perder 10% en el día arrastrando a todos los papeles de la bolsa.
Lo peor para mi es la incertidumbre que generan estas marchas y contramarchas y sobre todo la pérdida de confianza que generan estos cambios bruscos en el timón y las reglas de juego. Me cuesta entender por qué el BCRA vendió ingentes cantidades de reservas a $20 si después dejaría el tipo de cambio subir a 22.
Por ahora el primer objetivo, que era frenar la devaluación del peso, se cumplió. Pero la carrera es larga y si no se dan señales claras y contundentes la cosa se puede complicar mucho. De hecho las estimaciones de inflación para el 2018 ya están bien por encima del 20% y muy lejanas de la meta del 15%
La bolsa fue un termómetro de todo esto. El índice Merval cayó un 4,84% El dólar por su parte se devaluó un 4,85% con lo que el Merval medido en dólares perdió un 9,25% en tan solo una semana. Los bonos por su parte medidos en pesos tuvieron importantes alzas ya que la mayoría están denominados en dólares. Pero todos cayeron en su paridad aumentando el riesgo país. Sin embargo los bonos largos nominados en pesos fueron los que más cayeron.
Macroeconómicamente, ya lo dijimos, la consecuencia negativa de esta devaluación es mayor inflación. La positiva es un tipo de cambio más “competitivo” que beneficia mucho a las economías regionales y a las empresas con perfil exportador. Desde principio de año el peso ya se devaluó un 17% En el mismo lapso el Real lo hizo un 7%, el peso uruguayo un 1%, el euro prácticamente no tuvo cambios y el peso mexicano se apreció un 2% Esto mejorará sin dudas la balanza turística y las exportaciones al abaratarlas para el resto del mundo. ¡Esperemos que los efectos positivos sean mayores que los negativos!
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¡Hasta la semana que viene!