Con motivo del Salón Inmobiliario de Punta del Este, realizado en el hotel Enjoy la semana pasada, tuve la oportunidad dar una conferencia frente a Eric Trump (hijo del presidente de EEUU y responsable de la Torre Trump que se está construyendo en esa ciudad) y a las autoridades gubernamentales uruguayas.
Fue difícil, porque cuando uno llega a Punta del Este ve un enorme volumen de oferta, y todo luce muy caro.
Es un mercado totalmente dependiente de Argentina, que está con los ánimos por el piso, quizás empeorando.
Los uruguayos lo saben y procuran abrirse otros mercados, además de dar importantes beneficios impositivos.
Alcanza ? La repuesta racional es que no. Pero la realidad es otra: Punta es el gran destino turístico del cono Sur, irresistiblemente aspiracional. Y como lo desafiante desencadena el instinto emprendedor, brotan proyectos en Punta de calidad internacional inigualable en toda la region: Trump, Cipriani y Fendi, sin nada que envidiarle a lo mejor de Miami.
Yo mismo, que me considero un inversor criterioso, acabo de comprar con unos socios, Loma Verde, una joya en la Brava, para hacernos el emprendimiento de nuestros sueños.
Punta del Este, objeto del deseo.