Por Gustavo Neffa
La pregunta del millón sigue dando vuelta en la city: ¿alcanzan los dólares de la cosecha y del FMI así como el corset que le puso el BCRA al sistema monetario y la mayor facilidad para los bancos para absorber Leliqs a cambio de una suba de tasas pasivas?
La clave será el comportamiento de la demanda de pesos o bien la contracara, que es la dolarización de los portafolios, ya que la economía se encuentra saliendo de un período estacional de baja liquidación de divisas que trajo más de un dolor de cabeza en el último mes, pero que pronto será revertido en base a una muy buena cosecha y un tipo de cambio que invita a liquidar.
En marzo se interrumpió la combinación de dólar estable y tasas cada vez más bajas. Pero en el acumulado año, la devaluación de la moneda no fue muy diferente a la inflación acumulada, asumiendo que de nuevo habrá un dato mensual de más del 4% para marzo, un mes que le dio volatilidad no solo a la Argentina sino también a Turquía y Brasil luego de un primer bimestre espectacular por la compra de gangas a precios castigados por la desaceleración global.
Pero el problema es que Argentina de nuevo se desacopló de sus pares emergentes en las últimas semanas, con un riesgo país que vuelve a estar por encima de los 800 puntos básicos y CDS a 5 años en 840, a pesar de la sensible baja de las tasas de referencia los EEUU. y mayor apetito por el riesgo en general (índice de volatilidad “VIX” tocando nuevos mínimos.
Los ADRs tuvieron bajas en dólares totalmente a contramano del mundo desarrollado y emergente, a pesar de la inminente incorporación en mayo de nuestro país como emergente por parte de MSCI, lo que debería atraer inversión de portafolio.
El riesgo se encuentra en el stock de Lecap y los bonos en pesos. Ni hablar de stock de plazos fijos que posee un plazo de vencimiento promedio muy corto.
Las Lecaps explican el 75% de las necesidades financieras del 2019 y está en gran parte en manos de institucionales, pero eso no significa que la demanda siga siendo la misma a futuro.
Las Letes en dólares, en cambio, son en gran parte de inversores minoristas o de fondos comunes de inversiones creados para ellos y existe dinero del FMI para que este año se achique su stock.
Las reservas internacionales se encuentran en niveles récords, pero las realmente líquidas o netas no superan los u$s 16 mil millones y las necesidades el año que viene, en donde el FMI solo aportará u$s 5,9 mil millones supera con creces esa cifra. La clave será el porcentaje de rollover en la licitación es de las letras en ambas monedas de corto plazo y las tasas a convalidar que, al menos en dólares, irán en aumento (a no olvidarse que se licitaron Letes con tasas de corte de más del 7% el año pasado).
La política mete la cola aquí, con una baja en la imagen negativa de CFK, una suba de la imagen negativa para Macri y un fortalecimiento de la ancha avenida del medio hoy liderada por Lavagna, aunque no le alcancen los votos para disputar un ballotage, asumiendo que CFK se presenta. Faltan definiciones para despejar el panorama, y una muy importante es quien será nuestro próximo presidente, con una votación muy polarizada y teñida de imágenes negativas como pocas veces ocurrió de ambos lados.
¿Hay buenas noticias? Sí: la continua progresión en el achicamiento del déficit fiscal primario (llegaría a medio punto del PBI este año, no será cero), el quinto mes de superávit comercial con entrada de dólares genuinos, una cosecha extraordinaria que agregaría unos 7 mil millones de dólares adicionales este año y mejoras en materia de actividad para los sectores más castigados: a modo de ejemplo, la industria manufacturera creció mes a mes por segundo mes consecutivo en febrero al igual que la construcción, además de permisos de edificación que rebotaron fuertemente. Ya se empiezan a observar los beneficios de costos en dólares más baratos y empresas interesadas en invertir en otras empresas argentinas. La mejora en los costos en dólares del construcción compensa en parte la baja de la en obra pública y el congelamiento virtual de los créditos hipotecarios.
No son pocos los desafíos y aún falta mucho: siete meses por delante de una votación presidencial en Argentina siempre es motivo de volatilidad y pedido de cobertura, aunque esta vez parece que algunos problemas estructurales se solucionaron y existen otros sin resolverse. El riesgo y la oportunidad son la cara de una misma moneda en un año no apto para cardíacos.
Fuente: https://www.ambito.com/el-riesgo-y-la-oportunidad-son-la-cara-una-misma-moneda-n5025365