Continúa la mejora en la percepción de riesgo de los activos argentinos, aunque los analistas prevén una cuota extra de volatilidad para este año electoral
Aunque para fines de 2018 no había señales en el corto plazo de normalización en los precios de la deuda argentina, desde que comenzó el año los bonos mejoraron y el riesgo país comprimió 123 puntos desde sus máximos.
Ayer, en una rueda volátil y con poco volumen operado en la bolsa porteña, los títulos públicos en dólares volvieron a cotizar al alza y el EMBI Argentina, que elabora la banca JP Morgan, cerró en 697 unidades, por debajo del piso de los 700 puntos y en un nivel mínimo en el último mes y medio.
La variación respecto al cierre de los mercados del viernes fue de 6 puntos, una baja del 0,85%.
El indicador de JP Morgan es el costo de financiamiento del país, o sea la sobre tasa que tiene que pagar si quiere salir al mercado financiero por sobre los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que actualmente se ubican en el 2,71% anual.
El riesgo país argentino había alcanzado los 698 puntos el 3 de diciembre, previo a una escalada que empezó el 8 de noviembre, momento en el que había pasado la barrera de los 600 puntos.
«Los bonos en dólares comenzaron el día ofrecidos, pero apareció la demanda a media jornada y terminaron con subas de 25 centavos promedio a lo largo de toda la curva. Del tramo pesos siguen demandados los ajustables y floaters, mientras que las tasas de Lecap se han acomodado en niveles de 40/41% flat a lo largo de la curva», destacó Sebastián Cisa del Grupo SBS.
Pese a las señales de compresión, los analistas esperan volatilidad a medida que se despliegue el pulso electoral que va a caracterizar a este año. «Estimamos un impacto de suba de 300 puntos básicos en el riesgo país en el escenario donde Cristina gana las elecciones, y de una caída de 200 puntos básicos si la victoria es de Cambiemos», afirmó Exequiel Zambaglione de Max Valores. «Es decir que el escenario electoral implica una volatilidad de 500 puntos básicos en el riesgo país», dijo.
El termómetro del riesgo país marcará el futuro del año bursátil. «La compresión del riesgo país seguirá siendo clave para empujar mejores valuaciones. En este punto, el análisis se debe dividir en dos: el económico y monetario que parece estar en el camino correcto (no hay dudas que hay buenas señales en este camino, y la compra de reservas fue una de ellas la semana pasada), y el político», dijo Pablo Castagna, de Portfolio Personal Inversiones.
«Apuntamos acá, en principio, a un riesgo país en la zona de 600-650. Para más quizás deban existir antes otras noticias más concretas, y/o otras probabilidades de ocurrencia», sumó.
Chato debut
Ayer debutó el flamante índice S&P Merval, con una rueda sin demasiado brillo. La bolsa porteña cerró con una caída de 0,3% y acumuló su segunda baja al hilo. «Como es de costumbre los papeles privados acompañaron el sesgo negativo que llegaba desde el norte», dijo Eduardo Fernández, de Rava.