Guada Barriviera
En un contexto de tasas por las nubes y recesión persistente, la mayoría de las PyMEs (pequeñas y medianas empresas) desconoce que el mercado de capitales ofrece tasas muy competitivas frente a las bancarias para acceder a financiamiento.
Por lo general, una PyME tampoco sabe que las SGRs (Sociedades de Garantía Recíproca) son uno de los engranajes clave dentro de esta otra opción de financiación, ya que lo que hace una SGR es otorgar avales para respaldar los préstamos y/o cheques o pagarés bursátiles que decida negociar la empresa en Bolsa a través de cualquier ALyC (Agente de Liquidación y Compensación).
Por definición, las SGRs son entidades financieras que tienen como objetivo principal facilitar el acceso al crédito a las pequeñas y medianas empresas. Una SGR no presta dinero: emite garantías hacia los acreedores de la PyME, brindando mejores opciones de plazo, tasa y condiciones de crédito. La entidad de crédito se ve beneficiada porque la PyME, al contar con el aval, representa un deudor sin riesgo, lo que abarata, a su vez, el costo del crédito para la empresa. Si la operación financiera resulta fallida, la SGR es quien responde al pago de la deuda.
Las SGRs están compuestas por “socios protectores”: aquellos inversores -tanto individuales como institucionales- que aportan capital al fondo de garantía o de riesgo (que responde por las operaciones avaladas). Por otro lado, las PYMEs son “socios partícipes” de las SGRs, y éstas les cobran una comisión de alrededor del 4% anual sobre las garantías emitidas.
El socio protector cuenta con una gran ventaja fiscal: el dinero que aporta al fondo de riesgo por el término de dos años queda eximido del impuesto a las ganancias (IIGG), y a su vez, tiene una disminución al año siguiente del pago de anticipos de IIGG. Además, durante dos años, el socio protector recibe intereses por el manejo de activos que hace el portfolio manager del fondo.
En realidad, la envergadura del fondo de riesgo es lo que determina el tamaño de la SGR. Cada SGR no puede otorgar más del 5% de su fondo de garantía por PyME; a nivel global, un fondo no puede emitir avales por más de 4 veces su tamaño.
Un gran universo
En Argentina hay 853.886 PyMEs, según los últimos datos -al 1° de abril- del Ministerio de Producción y Trabajo. De éstas, 417.565, es decir, menos de la mitad (48,9%) están registradas en la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), con lo que tienen acceso a beneficios impositivos, como diferir 90 días el pago del IVA y descontar de ganancias hasta el 10% de lo que inviertan, entre otras ventajas.
Sin embargo, el dato más llamativo es que solamente cerca de 16.000 PyMEs (el 1,9%) está asociada a una SGR. Exactamente, el sistema cuenta con 15.946 socios partícipes a marzo, según datos proporcionados a este medio por CASFOG (Cámara Argentina de Sociedades y Fondos de Garantía).
En este momento, en todo el país, hay 36 SGRs y 5 Fondos de Garantía Públicos (FOGAR, FOGACH, FOGABA, FOGAPLAR y Garantía San Juan), de acuerdo con CASFOG. A marzo de este año, los socios protectores son unos 1700. Y el monto total de garantías vigentes a la misma fecha supera los 58.000 millones de pesos (58.004.735.975).
“Una SGR es el mejor vehículo que tiene una PyME para acceder a financiamiento, porque estas sociedades se especializan 100% en PyMEs y son, además, mucho más flexibles que los bancos a la hora de pensar en las garantías”, explica Cristian Villarroel, especialista en mercado de capitales y finanzas estructuradas para PyMEs en Mills Capital Group.
Matías Tanoni, responsable de financiamiento a empresas en Alchemy Valores, coincide: “la SGR es una herramienta que todas las PyMEs tienen que tener en cuenta a la hora de financiarse”.
En la misma línea, desde la unidad PyME de Invertir en Bolsa (IEB), Juan Pablo Kirasian, asegura que “la SGR es una pata muy importante en el sistema de financiamiento de las PyMEs. Gracias a ella, pueden acceder a tasas muy competitivas para financiar, por ejemplo, su capital de trabajo, en el mercado de capitales”.
Tanoni redondea la idea: “al tener la PyME el aval de una SGR, califica como si fuera una gran empresa, por lo tanto, el costo de ese aval termina siendo barato para la PyME”.
Un gran potencial
“La SGR es una herramienta muy buena, y la PyME no tiene que elegir entre una cosa o la otra, entre un banco o una SGR. La PyME, por lo general, tiene relación con uno más bancos para pagar sus sueldos, por ejemplo, pero la SGR es algo complementario al canal bancario y, de hecho, una vez que las empresas de este tamaño prueban el mercado de las SGRs, ya no se van”, señala Ariel Rothlisberger, gerente general de Unión SGR. “A diferencia de los bancos, en el mercado hay inversores para todos los plazos”, agrega.
Para Juan Manuel Truffa, funcionario del sistema financiero con 20 años de experiencia y socio de Pagos Futuros, una SGR no es competencia directa para un banco, ya que lo que aporta es la garantía y no el fondeo. “Las PyMEs deberían explotar más la vía de las SGRs porque son muy buenas, les sirven”, indica.
Según Truffa, en Argentina, en realidad, hay lugar para las dos cosas: los bancos y las SGRs, entre otras cosas, por el bajo porcentaje que significa dentro del PIB el sistema financiero. Diego Rajtman, gerente de Marketing y Producto de Garantizar SGR, apunta que “la bancarización de las PyMEs en Argentina es baja comparada con el promedio mundial”.
Los instrumentos avalados
A partir de un convenio de no competencia que firmó en el año 2014 con BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), el MAV (Mercado Argentino de Valores) se especializa en productos no estandarizados, orientados a las PyMEs y a las economías regionales. De esta forma, las PyMEs pueden negociar en el MAV cheques de pago diferido (CPD) y pagarés bursátiles, además de lanzar Obligaciones Negociables (ON) Simples. En breve, se sumarán la factura de crédito electrónica (FCE) y el e-cheq (cheque digital).
Los instrumentos avalados por SGR que se negocian en el MAV son, el cheque de pago diferido avalado, el pagaré avalado (tanto en pesos como en dólares) y las ON Simples (que también pueden ser nominadas en pesos o en dólares).
En 2018, el importe de cheques avalados representó el 75% del volumen total de cheques negociados (31.128 millones de pesos), ya que existen otros segmentos para los CPD -como los garantizados por el MAV y los no garantizados, también llamados «cadena de valor»-. Los CPD avalados tuvieron un crecimiento del 82% el año pasado frente a 2017, según datos de la CNV (Comisión Nacional de Valores).
En el último mes de mayo, el monto de CPD avalados negociados en el MAV fue de 346 millones de pesos. La tasa promedio fue del 45%.
“Notamos una profesionalización muy marcada en la negociación de cheques avalados en el mercado de capitales”, señala Matías Tanoni. “En Alchemy -agrega el experto- estamos ligados a varios rubros, especialmente, el del agro, la minería y la energía, y las grandes empresas pueden financiar a sus proveedores y a su cadena de valor de esta forma”.
Pero también existen las ON Simples, que son instrumentos de deuda emitidos por PyMEs, y que cuentan con avales de SGRs. La semana pasada se realizó la ON Simple número 107. Hasta el momento, el monto total de emisiones supera los 1000 millones de pesos (1.346.154.427), y hay10 ON de este tipo en lista de espera, por un total cercano a los 202 millones de pesos, según datos proporcionados por la CNV. Garantizar y Acindar Pymes son los principales avalistas. En tercer y cuarto lugar se ubican Aval Federal y SGR Cardinal.
“Con el desarrollo de la ON Simple buscamos desarrollar un instrumento eficiente para que las PyMEs de cualquier punto del país canalicen sus necesidades de financiamiento a mediano y largo plazo a través del mercado de capitales. La inclusión de las entidades de garantía limita el riesgo del instrumento, incrementando su atractivo y simplificando no solo el trámite dentro de CNV, sino también el régimen informativo para el emisor”, explica Martín Gavito, director de CNV y desarrollador de la ON Simple.
Desde el lanzamiento de esta herramienta, se ha duplicado la cantidad de PyMEs que acceden al mercado, que hoy representan el 46% del total de las emisoras. “Logramos federalizar el financiamiento gracias a la digitalización del proceso, pasando de emisiones centralizadas en 4 provincias en 2015 a 15 provincias en la actualidad, aunque todavía estamos lejos de alcanzar todo su potencial», se entusiasma Gavito.
Las SGRs y una coyuntura delicada
Desde abril del año pasado, producto en parte del estrés cambiario que empezó a afectar al país, la mora (en la jerga, las “garantías caídas”) viene creciendo entre las SGRs. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coinciden en que la mora se encuentra en niveles normales y controlables; que es acorde a la situación económica general.
Según el informe de marzo de SGRs de la Secretaría de Emprendedores y PyMEs que lidera Mariano Mayer, el promedio de mora semestral del sistema es del 4,5%. La SGR con mayor mora es Los Grobo, con el 20,3%. Integra PyMEs tiene 15,3% y Fidus, 14,3%. Las SGRs más grandes, Garantizar y Acindar PyMEs, tienen 4,2% y 4,3%, respectivamente.
Para Cristian Villarroel, el especialista en PyMEs de Mills Capital Group, “teniendo en cuenta la coyuntura económica actual del país, lo preocupante sería que no hubiera mora: significaría que la están ocultando”.
Desde Unión SGR, Ariel Rothlisberger, argumenta que “en 20 años, no quebró ninguna SGR y nunca se dejó de honrar una garantía: eso habla de la fortaleza del sistema”. Sin embargo, el gerente general puntualiza que, desde abril de 2018, “la mora empezó a ser un tema de conversación y las políticas de riesgo se ponen más duras”.
Pablo Pereyra, gerente general de Acindar Pymes -la segunda SGR de capitales privados más grande del país– coincide. “El comportamiento de las PyMEs viene siendo más complejo desde abril del año pasado, y la mora se incrementó significativamente en términos porcentuales”, advierte.
A nivel local, este 2019 es pura incertidumbre y es un año electoral. “Claramente, no hay sobredemanda de socios protectores”, describe Pereyra. Sin embargo, aclara, “no es algo que le preocupe al sistema”. Acindar Pymes tiene 47 socios protectores institucionales; el principal es Banco Santander, que aporta el 31%.
Diego Rajtman apunta que en Garantizar, la principal SGR argentina, ya que acapara el 70,8% de la participación de mercado medido en PyMEs con avales vigentes -asisten a 11.299 PyMEs- «notamos un aumento muy marginal en la mora. Tenemos una cartera muy atomizada, tanto a nivel geográfico como sectorial, lo que nos permite tener un nivel de mora inferior a la media del sistema. Además, la duration de nuestra cartera es superior a la media, lo que nos permite tener un monto de créditos estable”.
Respecto a los socios protectores, Rajtman agrega que “si bien somos conscientes que es un momento complejo, seguimos teniendo el aporte de los mismos, y además se nos siguen sumando nuevos socios; nuestro fondo de riesgo asciende a casi 9.000 millones de pesos. Y un factor clave por el cual los socios protectores confían en nosotros es nuestra solidez, la cual se refleja en las calificaciones de los organismos que nos monitorean”. Garantizar, además de ser la SGR más grande del mercado por volumen de garantías, tiene la mejor nota crediticia: AA, según FixScr, afiliada a Fitch Ratings.
Lo que falta
El sistema de SGRs es relativamente nuevo: nació en 1995, con la sanción de la ley 24.467. “El sistema es poco conocido dentro de los actores claves, como las propias PyMEs. Hay un gran desconocimiento de esta herramienta”, reconoce Rajtman, de Garantizar.
“Falta educación financiera”, coinciden todas las fuentes. Desde Acindar Pymes, Pereyra sintetiza lo que hace falta: “difusión, educación financiera y simplificación del acceso al crédito”.
Por último, Jorge Laya, secretario de CASFOG y miembro del Consejo de Acindar Pymes, se sincera: “Hay un desconocimiento general del sistema de SGRs, y creemos que los contadores, a través de los Colegios profesionales de Ciencias Económicas, deberían ser los principales voceros del sistema por la relación que tienen con tantas PyMEs”.
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