La salida de Guzmán del Ministerio de Economía y el breve paso de Silvina Batakis deterioraron las expectativas e impactaron en el sistema de precios. El mercado espera un piso anual de 90 por ciento.
Durante ese mes pasaron dos ministros de Economía: Martín Guzmán y Silvina Batakis, el dólar libre y el contado con liquidación llegaron a tocar techos de casi $340 y la brecha cambiaria orilló el 170 por ciento. Y todo eso en medio de un proceso de inercia inflacionaria y un piso de suba de precios que no baja del 2% mensual desde hace dos años.
Esas son algunas de las razones que enumeraron los economistas en diálogo con Infobae, luego de conocerse el IPC de julio de 7,4%, que además implicó una interanual de 71 por ciento. El mercado y el Gobierno esperan otro dato grave de precios para el mes en curso y las expectativas privadas ya hablan de un 90% anual cuando finalice el 2022.
Para María Castiglioni Cotter, el dato mensual “marca la gravedad del asunto y confirma lo que veníamos relevando, con aumentos fuertes en todos los rubros, liderados como esperábamos por turismo, restaurantes y hoteles. También un fuerte impacto de tarifas, y salud muy fuerte. La dinámica es muy complicada”, mencionó.
“En muchos rubros los aumentos fueron muy fuertes. En alimentos si bien en lo que va del año arrastran un número mayor al promedio, aunque en los últimos meses por debajo. Este es un tema muy sensible porque marca el límite de la indigencia”, explicó.
Sobre las causas que explicaron el dato, Castiglioni Cotter apuntó que a en la primera semana tuvo impacto algo que se conoció en la última parte de junio. “En esa semana hubo impacto de la crisis de los bonos en pesos, la disparada de los tipos de cambio financieros pero sobre todo las últimas restricciones adicionales para las importaciones”.
“Muchos electrodomésticos, productos para el hogar y pasajes subieron sus precios y hubo un impacto en volúmenes”, continuó la economista de C&T Asesores Económicos. “Después en julio estuvo el efecto de la suba de los tipos de cambio, la discusión con el campo y la corrida que tuvo un impacto en todos los rubros. Y la ropa, que por escasez de productos, impactó en textiles”, dijo.
En ese sentido, marcó como último factor “la huida del peso hacia bienes durables, que se notó en turismo y electrónica, más la dinámica de base que ya tiene la economía producto de todos los pesos que tiene dando vuelta”, concluyó.
Por su parte, el director de Analytica Ricardo Delgado, dijo que el dato de julio “estaba dentro de lo previsto”. “Hubo impacto en los rubros bien estacionales de vacaciones de invierno, era bastante esperable. Los alimentos crecieron al 6%, es un número alto pero ante una devaluación clásica, hubiese subido mucho más”.
“Otros rubros aumentaron por encima del promedio, evidentemente la formación de precios siguió expectativas de devaluación y empezó a correr al ritmo del dólar financiero. En esos sectores siguen habiendo un proceso de formación de precios complejo que hay que mirar”, dijo Delgado.
“En muchos rubros los aumentos fueron muy fuertes. En alimentos si bien en lo que va del año arrastran un número mayor al promedio, aunque en los últimos meses por debajo” (Castiglioni Cotter)
“Es un dato complejo por lo que implica para indicadores como la pobreza, pero si hubiésemos tenido una devaluación oficial, ese dato hubiese sido mucho peor, lo que significa que hay precios que se siguen formando por tipo de cambio oficial”, concluyó el economista.
Matías Carugati, economista de la consultora Seido consideró que “el dato del Indec no nos sorprende. En Seido nosotros habíamos medido 7,5% mensual”. “Más allá de las subas en bienes y servicios estacionales, lo grave es una inflación núcleo arriba del 7% mensual. Todo el ‘affaire Guzmán’ aumentó mucho la incertidumbre y la mayoría de los precios se acomodaron un escalón más arriba”, continuó.
“Aún cuando agosto sea mejor, en comparación contra julio, no creemos que la inflación baje sustancialmente. Aunque eso está por verse, ya que nuestra medición refleja que la inflación no aflojó casi nada en lo que va de agosto”, dijo.
Respecto a las causas, Carugati identificó al “resultado de los desarreglos económicos y corrección de al alza de las expectativas de inflación frente al cambio de gestión”.
Por su lado, Juan Luis Bour, de la Fundación FIEL, dijo que “vamos a tener inflación alta por varios meses ya que ajustar precios relativos sin ajuste fiscal es complicado. Lo positivo, el Banco Central toma nota y ajusta las tasas a pesar del costo que se autoimpone (cuasifiscal). Lo relevante, el proceso para frenar inflación recién parece comenzar de modo que falta mucho”, mencionó ante Infobae.
La lectura sobre las razones que explican el dato del IPC de julio está relacionada “al aumento de la brecha más la emisión de pesos en junio y julio (más la incertidumbre por la falta de apoyo a Batakis, más la demora del BCRA en ajustar, etcétera”, dijo.
“Los alimentos crecieron al 6%, es un número alto pero ante una devaluación clásica, hubiese subido mucho más” (Delgado)
El director de la consultora Epyca, Martín Kalos, en tanto, “dado que no hubo una devaluación brusca y precios que siguen atrasándose como tarifas, con un dólar que se atrasa por goteo, con salarios que suben por abajo de la inflación, es preocupante que la inflación se acelere”.
Como causa, el economista identificó “esa medida de 25 de junio del BCRA que dejó sin referencia de precio a muchos importadores. Pero a la vez marca una aceleración que no tiene por qué desacelerar por sí sola. Muchas causas que la fogonean están ahí todavía, no solo las trabas para pagar importaciones sino mucha incertidumbre”, dijo.
“En todo caso va a ser una desaceleración no exenta de vaivenes. Estamos yendo a un piso de 90% anual. Es un problema grave y los llamados a consejos del salario y refuerzos son paliativos si la inflación no logra ser contenida”, concluyó Kalos.
En tanto que Pedro Martínez Gerber, economista de la consultora PxQ aseveró ante este medio que “en la medición de julio veníamos observando algo similar a lo que arrojó el IPC. A nosotros el cierre mensual nos daba 7,2% con alimentos y bebidas subiendo 6,3% y un aporte significativo de recreación y cultura y prendas de vestir y calzado”.
“A nivel semanal, la mayor variación se observó en la semana del 3 al 7 de julio, con la disparada del tipo de cambio paralelo tras los cambios en el Ministerio de Economía. En la primera semana de agosto volvimos a ver una aceleración de la inflación (3,2 por ciento). Si bien se mantiene por debajo de la variación observada tras la salida de Guzmán (esa semana fue 3,7%), es la segunda observación más alta del año”, concluyó.
“La renuncia del hoy ex ministro Guzmán fue aprovechada por sectores formadores de precios para remarcaciones significativas” (Letcher)
El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Hernán Letcher opinó que “la renuncia del hoy ex ministro Guzmán fue aprovechada por sectores formadores de precios para remarcaciones significativas y arbitrarias que pretendieron justificarse en problemas de ‘cobertura’ por las restricciones impuestas sobre el acceso a dólares para importaciones”.
Y aseguró que “el ‘efecto guerra’, que había tenido mucha importancia en los meses previos mostró un comportamiento inverso. En el mes de junio se había empalmado al ciento por ciento el impacto de incrementos de precios internacionales sobre los productos alimenticios en la Argentina. En julio, en cambio, los precios internacionales mostraron una retracción de 4% pero los precios locales aumentaron 6% (y 7% los que incluyen insumos de los principales cultivos exportables)”, mencionó.
Por último, el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) Nadin Argañaraz aseguró que “analizando los últimos ocho meses, el principal hecho a destacar es que la inflación alcanzó un máximo mensual en marzo y en julio volvió al nivel de mayo”, apuntó.
“En la primera semana de agosto volvimos a ver una aceleración de la inflación (3,2 por ciento)” (Gerber)
Además, hizo una comparación entre las tendencias de un grupo de países y sus dinámicas inflacionarias con lo que sucede en la Argentina. “La dinámica fue similar (a esos países) en Argentina hasta el mes de junio. Pero en julio subió hasta el 7,4% mensual. La brecha entre la inflación mensual argentina y la mediana de la muestra considerada subió a 6,6 puntos porcentuales en junio, la más elevada de los últimos ocho meses”, fue una de sus conclusiones.