El flamante titular del Banco Central (BCRA) presentó un plan donde se comprometió a frenar la expansión monetaria hasta junio. Además, estableció una zona de no intervención cambiaria entre $ 34 y $ 44. Si el dólar pasa del límite superior, el organismo podrá vender hasta u$s 150 millones diarios para tratar de contenerlo. El objetivo es frenar la inflación y evitar la volatilidad cambiaria
El nuevo presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, anunció ayer una intensificación al control de agregados monetarios. Prometió que la creación de dinero se frenará desde el 1° de octubre hasta junio. Así, la cantidad de pesos en la economía se usará como ancla nominal en el corto plazo.
Se trata de un fuerte control de la base monetaria (BM) a la que Sandleris definió como los «billetes y monedas en poder del público más los depósitos de pesos de los bancos en el BCRA». El nuevo titular de la autoridad monetaria afirmó que seguirá subiendo los encajes bancarios en función del desarme de Lebac, por lo que a medida que se incrementen, el organismo tendrá que esterilizar pesos por otras vías para mantener su meta de no inyectar pesos a la economía.
Hasta ahora, este agregado monetario venía creciendo a un ritmo de 2,2%. A partir de la implementación del nuevo plan, el BCRA buscará que el promedio de la BM durante octubre no presente variación alguna en comparación con el mismo promedio de septiembre. No obstante, habrá días en los que haya contracción nominal y otros donde se registrará una expansión hasta alcanzar el promedio objetivo. En términos reales, la expansión de dinero tendrá un fuerte ajuste real por efecto de la inflación. De todos modos, el BCRA aclaró que el objetivo se ajustará en meses como diciembre y junio, cuando la demanda de pesos se incrementa por factores estacionales.
«Existe amplia evidencia de una fuerte relación entre dinero y precios», afirmó Sandleris, al tiempo que sostuvo que no tiene una meta de inflación. Más adelante reconoció: «El carácter antiinflacionario de ir a 0% de crecimiento de la BM es indudable, pero su efecto sobre la inflación no es instantáneo. Puede tomar algunos meses para que comencemos a ver cómo la inflación disminuye y el actual contexto de incertidumbre se resuelve».
El flamante titular del BCRA explicó que la meta de BM se llevará adelante mediante operaciones de Letras de Liquidez (Leliq) exclusivamente con bancos. Hasta hoy, la tasa de Leliq estaba en 60% y era la referencia de la política monetaria. «La tasa de interés de las Leliq fluctuará diariamente porque deberá ajustarse para que el BCRA pueda cumplir con su objetivo de 0% crecimiento de la BM», indicó. Desde ahora no habrá una tasa rectora para la economía y, aunque la de la Leliq va a moverse, el BCRA no espera que esto implique una volatilidad significativa en las tasas para el público.
Como complemento de la meta de BM, Sandleris detalló el esquema cambiario con «zonas de intervención», es decir, bandas de flotación. «Reconocer los beneficios de la flexibilidad cambiaria no implica ignorar que una volatilidad excesiva del tipo de cambio es problemática. Argentina es especialmente vulnerable ya que el tipo de cambio juega un rol clave en la formación de expectativas de inflación», expresó.
La zona de no intervención fue delimitada por el BCRA entre $ 34 y $ 44 por dólar. Ese intervalo se ajustará diariamente a una tasa de 3% mensual hasta fin de año y se recalibrará al comienzo del año próximo. Si el peso sobrepasa el límite superior, el organismo podrá subastar hasta u$s 150 millones diarios «para dotar de liquidez al mercado y prevenir oscilaciones injustificadas». Como resultado, «el BCRA va a retirar los pesos que obtenga a través de los dólares y no va a inyectarlos de otra forma».
Por el contrario, si el peso se aprecia hasta perforar los $ 34, el BCRA podrá comprar reservas internacionales y decidirá según las condiciones de la economía cuánto esterilizar dichas compras. Se trata de la única excepción a su objetivo de agregados. «La BM solo podrá crecer si hay claras señales de confianza en el peso y en ese caso tendrá como contraparte un aumento de las reservas», destacó Sandleris.
El plan presentado implica una gran restricción en los pesos circulantes. Sin embargo, Sandleris evitó referirse al impacto que la falta de liquidez puede tener en la economía real. Por el contrario, dijo que las medidas se estaban tomando para controlar la inflación y evitar la volatilidad cambiaria de los últimos meses que, sostuvo, «es lo que más daña a la actividad económica».