Las restricciones presentes en cada decisión oficial comienzan a perder efecto. En las cotizaciones alternativas, el dólar ya se negocia a 200 pesos
Hay dos planes de estrictos controles en marcha: el del precio del dólar y el del congelamiento de precios de casi 1.500 productos de consumo masivo. Los dos controles podrían entrar en colisión. Cuando se restringió la compra del dólar contado con liquidación, el dólar MEP en el mercado oficial cotizaba a $ 168. Ayer cerró a $ 178,83. En 15 días subió $ 10,83 (+6,44%), a pesar de las intervenciones, porque el Banco Central no puede evitar que se deslice diariamente. Cuando cerraron las importaciones no entregándole divisas a los importadores y restringieron las compras de bonos con una medida que equivalía a un parking de 30 días y un límite importante de USD 50.000 nominales por semana para operar el AL30D, hubo dos semanas de calma, con advertencias para operadores y bancos. Esos llamados dejaron de surtir efecto y las entidades perdieron el respeto a los organismos controladores por la enorme presión de sus clientes.
La suba de ayer del “blue” a $ 190 (+$2,50) es la punta del iceberg porque este dólar no fue el que inició el movimiento ascendente, sino que se tuvo que adecuar a la ola alcista de los mercados alternativos que pusieron al MEP y al contado con liquidación más caro que el dólar libre.
La restricción a importadores fue favorable para el Banco Central porque le permitió comprar reservas, pero se instaló como una bomba de tiempo para el control de precios porque es una herramienta que provoca desabastecimiento. El miércoles y jueves, por caso, las imágenes de los supermercados con más gente de la habitual llenando los changuitos, anticipaban lo que el consumidor piensa de los controles: que van a faltar productos y que los va a tener que pagar más caros. Presienten, que muchos alimentos van a subir más que el dólar.
Hoy los consumidores no creen en los controles. Vivieron más experiencias que los políticos. Los más veteranos recuerdan que el único control exitoso duró un mes. Fue cuando Juan Domingo Perón convocó al Pacto social y logró bajar la inflación de 1973 a 17%. El año anterior había sido de 60%. El efecto fue efímero. La experiencia terminó con el Rodrigazo y la hiperinflación tres años más tarde.
Hoy el Banco Central se ve contaminado por esas experiencias y tuvo que intervenir con el AL30D en casi USD 10 millones cash para que el MEP y el contado con liquidación cierren en $ 178,83 y $ 178,83 respectivamente (+23 centavos).
Pero no conforme con lo que pasaba en la plaza oficial, al ver el desborde del MEP en la plaza del GD30 donde se operaba con absoluta libertad con un valor de $190,50, hizo subir al bono a 15 minutos del final USD 40 centavos para bajar el precio del MEP a $ 188,50. Es decir, violó sus propias reglas e invadió los mercados libres.
En el Senebi, el contado con liquidación en las negociaciones directas entre clientes y operadores, tuvo varios precios. Contra acciones se llegó a pagar $ 200. Este es el dólar más caro por el costo de transferencia de los activos. Los que mejores precios netos tienen son los operados con Ledes que vencen a fin de mes y cotizaron a $ 198. El MEP, en esta plaza que no publica sus cotizaciones en las pantallas, se pagó $ 190. La diferencia de $ 1,50 con el MEP del GD30 se debe a esa sorpresiva intervención de los últimos 15 minutos que intentó marcar un precio simbólico de $ 188,50 pero que no es representativo por el bajo volumen.
El congelamiento de precios, con el que se pretende bajar artificialmente la inflación haciendo figurar los precios de los listados oficiales en la encuesta del INDEC, no solo tiene como consecuencia el desabastecimiento, sino que descontroló al dólar que quedó muy firme para hoy. El “blue” el dólar que eligen los ahorristas por caso, se pagó a $ 187 y se vendió a $ 190 y quedó en alza para hoy al igual que los dólares financieros.
El BCRA para paliar la situación en las últimas dos ruedas del mercado mayorista, permitió que los importadores hagan compras y no pudo llevar divisas a sus reservas que subieron USD 16 millones a USD 43.005 millones. Pero acá hay otro peligro oculto. El dólar oficial para comercio exterior subió 7 centavos a $ 99,38. Pero en Brasil, a pesar de la licitación de USD 500 millones del Banco Central el martes pasado, el dólar aumentó 1,88% a 5,67 reales y está a 20 centavos del récord histórico de 5,87 del 3 de agosto pasado. La Bolsa de San Pablo se derrumbó 2,75%.
El problema para la Argentina es el tipo de cambio multilateral, ya que ambos países comercian entre sí utilizando sus propias monedas y luego compensan el saldo de las operaciones en dólares. El daño que le hace al país el atraso cambiario contra un real subvaluado es enorme porque es el principal socio. Siempre que se produjo una brecha entre ambas divisas, la Argentina terminó devaluando para compensar el déficit de la balanza comercial. El problema, es que Brasil al permitir que se perfore el techo del gasto público, hizo subir el riesgo país en 6,05% a 228 puntos básicos y aceleró la salida de capitales de fondos del exterior provocando esta brusca devaluación que se venía gestando desde hace tiempo.
Los bonos de la deuda con legislación extranjera pagaron su tributo al bajar de precio y aumentar el riesgo país en 14 unidades (+0,90%) a 1.652 puntos básicos y se ubicó en el récord del año al superar el riesgo del 20 de marzo pasado. Entre los bonos en pesos, los que siguen la cotización del dólar oficial subieron hasta 0,83% porque ven la devaluación más cerca.
En el mercado de futuros, donde el Banco Central descarga su artillería vendiendo en distintos fines de mes, subió en todos los plazos a partir de fin de noviembre donde la suba fue tímida (+0,03%). Pero fin de febrero aumentó 0,19% a $ 119,15. Las presiones de devaluación son cada vez más altas. Nadie cree que el tipo de cambio oficial quede inmune tras las elecciones de noviembre. Esta falta de confianza en el peso se traslada al control de precios en el que pocos creen que resista a enero próximo.
La Bolsa, a todo esto, con un excelente monto de negocios de $ 2.004 millones, soportó firme la toma de ganancias después de 10 ruedas de alzas. El S&P Merval terminó con una leve caída de 1,67%. Las acciones que más subieron fueron las de Transener (+7,31%), CableVisión (+5,58%) y Central Puerto (+3,30%). En el lado de los perdedores estuvieron Loma Negra (-2,29%) e YPF (-2,02%).
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron nada menos que $ 4.206 millones. Las caídas superaron ampliamente a las alzas. Los certificados que más padecieron fueron los de Despegar (-4,1%), Loma Negra (-3,9%) y Ternium (-3,6%). Entre los escasos aumentos lo mejor pasó por Central Puerto, que subió 2,8%, y Edenor y Corporación América, ambos con alzas de 2,6%.
Para hoy se espera otro día intenso con el dólar y todos los jugadores miran al Banco Central para ver si va a extender su intervención al mercado libre, lo que le costaría las divisas que pensó ahorrar cuando a principios de mes cambió las reglas de juego.