Las necesidades incluyen renovar el Global 2019 y el repo con bancos, entre otros vencimientos. Si solo cubren 60% de las Letes, el total pasa los u$s 16.000 millones
La inquietud en los mercados y el miedo que no llega a desvanecer el fantasma del default se centra, principalmente, en las dudas sobre si los fondos disponibles para 2019 son suficientes para afrontar las necesidades de financiamiento.
La posibilidad de que el FMI provea más fondos el año próximo, que implicaría contar con hasta u$s 29.000 millones de la mano del adelantamiento de los desembolsos estaban previstos para 2020 y 2021, sería clave para cerrar la brecha de financiamiento.
Así, la pregunta del millón se resume entonces a si con el dinero que el Fondo Monetario podría reforzar en 2019 para la Argentina alcanza. En la apuesta de máxima, a los u$s 11.700 millones previstos en los desembolsos pactados en junio para el año próximo se podrían agregar otros casi u$s 17.300 millones, monto que surge de los tramos que estaban previstos en el plan original para 2020 y 2021.
El cálculo de las necesidades de financiamiento del Gobierno incluye un supuesto que, de no cumplirse, modifica radicalmente el escenario oficial previsto: la total renovación de los vencimientos de bonos, Letes y del Repo (préstamo con los bancos) en 2019. De esta manera, asumen que se necesitan colocaciones nuevas por sólo u$s 2500 millones el año próximo, una cifra que a priori luce más que manejable.
Si a este monto se suma la exigencia del rollover en el mercado internacional del Global 2019 por u$s 2800 millones, de los bonos que vencen en el mercado doméstico por u$s 3900 millones y del repo con los bancos por u$s 2900 millones (que una fuente de Economía dijo que están aún «verdes), las necesidades de financiamiento con el sector privado ascienden a u$s 12.100 millones.
Los cálculos que manejan en el Estudio Broda le agregan una complicación al escenario: de renovarse solo 60% de las Letes, se le agregan otros u$s 4480 millones a los u$s 12.100 millones. De esta manera, el financiamiento a conseguir llegaría a u$s 16.580 millones en 2019.
Con un adelantamiento de los desembolsos por u$s 11.580 millones, que serían el equivalente a los desembolsos de 2020 (y no los de 2021), quedarían para conseguir u$s 5000 millones que se podría lograr en el mercado doméstico, según estiman en el Estudio.
Si bien cuando se pactó con el FMI se determinó que los desembolsos serían tomados como «precautorios», en el sentido de que el Gobierno podía decidir recurrir a ellos o no, de acuerdo a la evolución de los mercados y la posibilidad de emitir (a tasas razonables), por ahora el programa financiero, tanto en el de este año como el del próximo, todos los desembolsos están incluidos.
Así, para 2019 ya dan por seguro la posibilidad de obtener unos u$s 11.700 millones, de acuerdo a lo pactado en junio. Si a esto se agrega el adelantamiento de los desembolsos de 2020 y 2021, por casi u$s 17.300 millones, no sería necesario recurrir a los mercados en absoluto, siempre y cuando las cuentas evolucionen como lo previsto y se logre reducir el déficit fiscal primario a 0, tal como anunció Dujovne el lunes.
Una fuente oficial había reconocido que estimaba que no era necesario adelantar todos los desembolsos, pero el tiempo y las negociaciones con el FMI dirá.
La diferencia en la renovación de las Letes emerge como clave en el programa financiero. De hecho, los analistas marcan que la dificultad que se empezó a concretar en las renovaciones del segundo trimestre de este año fue la señal de alarma que encendió la preocupación oficial e hizo que el Gobierno definiera recurrir al FMI en búsqueda de un respaldo financiero. Consiguió un stand-by excepcional por u$s 50.000 millones, que ahora se renegocia.
Para esto Nicolás Dujovne estuvo en Washington martes y miércoles, días en los que se encontró con Christine Lagarde para iniciar las conversaciones de un nuevo acuerdo marco.
Cuando el ministro fue consultado ayer por periodistas si se intentaría ampliar el préstamo por u$s 50.000 millones a tres años pactados en junio respondió: «No voy a dar detalles. Estamos trabajando cómo asegurarnos de que el programa sea suficiente para generar la previsibilidad respecto a nuestro programa financiero».
Sí descartó que se esté negociando con el Tesoro de Estados Unidos la posibilidad de un fondeo para la Argentina y también de que se esté buscando financiamiento «extra» por fuera de por el FMI.