Así se desprende del resultado difundido ayer por la Secretaría de Hacienda, que además presentó un rojo financiero (con el pago de servicios de la deuda) de $ 13.284 milllones, frente a los 4842 millones de septiembre de 2013.
Este empeoramiento se dio pese a que aumentaron las transferencias al Tesoro en concepto de "rentas de la propiedad": $ 16.909 millones (10.545 millones del Banco Central, 6196 millones de la Anses y 152 millones del PAMI), frente a 13.398 millones de septiembre de 2013 (7417 millones, 5844 millones y 117 millones, respectivamente). Si se excluyeran las rentas de la propiedad, que crecieron 26% en forma interanual, el déficit habría sido de unos $ 24.000 millones.
Analistas consultados por LA NACION prevén que el déficit primario ronde entre el 4% y el 6% del PBI este año, lo que complica el equilibrio del Banco Central por la creciente presión financiera del Tesoro. Esta situación no cambiará a menos que el Gobierno alcance un acuerdo relativamente rápido con los holdouts en 2015, agregaron los economistas.
El presupuesto prevé un déficit de 1%, pero los especialistas pronostican que esa cifra será ampliamente superada en un contexto electoral.
Daniel Artana, economista de FIEL, sostuvo que "corregidos por inflación, los ingresos totales caen 3% y los gastos crecen el 2,4%, por lo que el déficit en los primeros nueve meses del año viene duplicándose en relación con el PBI, un resultado shockeante y que va camino a empeorar". Artana dijo que un posible alivio dependerá de un arreglo con los fondos buitre.
Con un gasto primario que creció 41,4% en septiembre, según Martín Polo, de la consultora Analytica, "continuó el deterioro de las cuentas públicas, ya que aun contabilizando los ingresos por rentas de la propiedad, el resultado primario marcó un déficit récord para este mes; de esta manera, en lo que va del año el resultado primario informado por el Gobierno marcó un déficit de $ 400 millones, que se contrapone a un superávit de casi $ 7000 millones en el mismo período del año pasado".
Según Polo, "hubo cierta recuperación en los ingresos tributarios impulsada por la mejor performance de las retenciones y Ganancias, y por el lado del gasto también se observó cierta moderación, aunque se mantiene un alza superior al 40% interanual".
Julián Folgar, de ACM, afirmó que "el resultado evidencia una vez más la importante divergencia entre la trayectoria de los ingresos impositivos y el gasto primario; ya hasta octubre inclusive la recaudación impositiva creció a un ritmo acumulado de 35,3%, mientras que el gasto primario en los primeros nueve meses del año lo hizo al 44%". La brecha -agregó- "explica un resultado fiscal primario ajustado, sin las rentas de Anses y las utilidades del BCRA acumulado de $ 94.019 millones, equivalente al 2,4% del PBI, que se amplía a $ 117.730 millones, o 3% del PBI, si se incluye el pago de intereses".
El analista indicó que teniendo en cuenta la nueva ampliación presupuestaria del gasto por $ 39.952 millones resuelta anteayer por decreto, esperan para "el cierre del año un déficit primario ajustado entorno de $ 173.000 millones, equivalente al 4,3% del PBI, y financiero de $ 206.000 millones, del 5,1% del PBI, pero con claros riesgos a la baja".
Por su parte, la directora del estudio Bein, Marina Dal Poggetto, dijo que "el agujero fiscal es gigante y terminará el año en $ 60.000 millones sin el aporte de la Anses y el Banco Central". Lo preocupante -agregó- es la poca claridad en torno del financiamiento de este déficit. "Ahora la fuente es la deuda interna, pero la expectativa es que se financie con crédito externo si hay arreglo con los holdouts. Pero en ningún caso es recomendable tamaña brecha."
La economista Luciana Díaz Frers dijo que "la emisión en octubre se moderó un poco, pero el año va a terminar mal, con mucha deuda interna y poca externa, lo que en sí no estaría mal si hubiera con qué financiarla en términos genuinos. El problema es que el Gobierno optó por hacerlo con inflación y los recursos de los primos ricos del Estado: la Anses y el BCRA".