Los bancos empezaron a descontar ayer que el nuevo Banco Central se verá forzado a subir las tasas de interés a casi el 40% anual para poder llevar adelante la devaluación. La expectativa se notó en los últimos negocios que hicieron las entidades en el mercado secundario, sobre el final de la tarde, con las letras del Banco Central (Lebac). Si bien hubo poco volumen, los últimos movimientos terminaron de anticipar algunos pronósticos que el sector tiene en mente: para los títulos de deuda que vencen a fin de marzo del año próximo, los rendimientos llegaron a tocar ayer el 38% anual; y para los que lo hacen en junio, el 40%.
El comportamiento profundiza las presunciones que ya habían insinuado los bancos en la última licitación semanal de Lebac, cuando la reticencia a suscribirlas obligó al presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, a inyectar más de $ 7.000 millones en la economía. Una expansión de liquidez en estos niveles complica enormemente los esfuerzos oficiales para moderar la presión cambiaria que hace perder reservas al organismo.
El mercado entero cree que, ante las dificultades cambiarias que tendrá que asumir, el nuevo Banco Central se verá forzado a devaluar fuertemente la moneda y a acompañar ese movimiento con un ajuste abrupto sobre las tasas de interés. La inquietud, ahora, empieza a trasladarse a los precios del mercado.
Los valores que ayer se vieron en las pantallas están en sintonía con las tasas que se estima que va a determinar Federico Sturzenegger cuando se sincere la devaluación. Pero parecen todavía muy lejos de los niveles de entre el 28% y el 32% anual que se vieron en la última colocación.
Para empezar a desactivar de a poco la corrida cambiaria y el cepo que rige desde hace cuatro años en las operaciones con divisas, el plan del macrismo es poner en orden las variables del mercado y llevar el tipo de cambio en un nivel en torno de los $ 14,50. Simultáneamente, el organismo debería acompañar ese salto con un aumento de tasas y, quizá, de los encajes de bancarios. La eliminación de las trabas cambiarias quedaría, entonces, para después de las fiestas.
Ayer, mientras tanto, siguieron los esfuerzos del nuevo equipo económico para tomar el comando del BCRA. Sin cargo formal y sin decreto que lo haya designado todavía al frente de la institución, Sturzenegger estuvo prácticamente en funciones durante la tarde con reuniones en las oficinas de Reconquista 266. Por esas horas recibió la visita de Lucas Llach, el economista y profesor de la universidad de Di Tella que hoy sería designado como su vicepresidente.
En el directorio, mientras tanto, empezaron a liberarse algunas sillas que necesita el macrismo para poder tomar decisiones con más tranquilidad. A la renuncia de Flavia Marrodán, conocida este miércoles, le siguieron ayer las del vicepresidente primero Miguel Pesce y su segundo, Sebastián Aguilera. Quedan aún en funciones los cinco miembros que responden a Axel Kicillof. Pero dos de ellos, si bien continuarán ocupando su lugar en el directorio, presentaron ayer sus renuncias a la superintendencia de Entidades Financieras: el titular del área, German Feldman; y su vice, Pedro Biscay. Así y todo, por la carta orgánica, la nueva gestión podrá tomar decisiones de urgencia sin necesidad de reunir al directorio, y sólo en consulta con el vice de la entidad y un director.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=819480