La estrategia oficial de utilizar la devaluación gradual para ponerle freno a la inflación empieza a reflejarse en un deterioro de la competitividad cambiaria
Amparado por un estricto control de cambios, el Banco Central habilita a cuentagotas el ascenso del dólar mayorista, que es el que se utiliza para las transacciones de comercio exterior. Se trata de una estrategia gradual que utiliza al tipo de cambio como “ancla” para ponerle un freno a la inflación y tranquilizar las expectativas de devaluación de los agentes económicos.
Pero dicha estrategia tiene consecuencias y costos, que no son visibles en lo inmediato, pero pueden acechar en los próximos meses, pues el desacoplar el precio del dólar oficial respecto del resto de los precios de la economía, los que mide el INDEC en la inflación, desemboca en un atraso cambiario que termina perjudicando a la actividad.
En este aspecto, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que mide el Banco Central retrocedió 11 puntos, a 113 unidades esta semana, desde los 124 puntos con los que inició el 2021.
El ITCRM tiene una base 100, establecida el 17 de diciembre de 2015, cuando la administración de Mauricio Macri eliminó los anteriores controles cambiarios. Puede decirse entonces que el dólar oficial en Argentina todavía es competitivo y que está un 13% por encima del valor de equilibrio, aunque esta competitividad se viene deteriorando rápido. Y dados los numerosos sectores cuyas ventas son gravadas con derechos de exportación, la ventaja cambiaria queda reducida mucho más.
El ITCRM es el más bajo desde el 25 de mayo del año pasado, cuando una fuerte depreciación del real brasileño -principal socio comercial de la Argentina-, impactó en la competitividad cambiaria en el plano doméstico, mientras el mundo transitaba el piso de la recesión por el impacto económico del coronavirus.
En lo que va de 2021 la inflación en Argentina supera el 25%, mientras que el dólar mayorista registra un incremento de 14,6 por ciento. Y en una comparación interanual, la inflación atravesó la barrera del 50%, mientras que el tipo de cambio oficial aumentó 34,3%, de 71,78 a 96,40 pesos.
Los analistas de Abeceb prevén un importante superávit comercial para 2021, del orden de los USD 13.600 millones, aunque en junio observó que en junio el superávit comercial próximo a los USD 1.000 millones, estuvo “por debajo de las expectativas de mercado (USD 1.250 millones) y fue 30% menor a junio 2020″.
Abeceb indicó que “las importaciones registraron una importante aceleración, para acumular ocho meses de alzas interanuales y llegar al mayor valor para el mes desde 2017. Registraron una suba del 79% interanual traccionadas principalmente por mayores volúmenes. Esto muestra el rebote de la actividad luego del año de la pandemia y una recuperación de la inversión, junto a una posible mayor flexibilización en los permisos de importación y un adelantamiento de importaciones frente a un tipo de cambio moviéndose en la zona del 1% mensual”.
“En el primer trimestre del año, Argentina estuvo en una situación de pax cambiaria, -tanto en el dólar oficial como en el resto de las cotizaciones-, situación que comenzó a modificarse en los últimos días con un aumento considerable en los dólares alternativos”, indicó un informe de Torino Economics, con sede en Nueva York.
“Es posible que a partir de este mes de julio comience a observarse una mayor presión sobre el mercado cambiario, con el peligro de una ampliación de la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo, amenazando así la estabilidad de precios”, analizó Torino Economics.
“A comienzos del año que viene, tanto el dólar oficial como las tarifas de servicios públicos demandarían algunas correcciones, en línea con las recomendaciones del FMI -con quien esperamos un acuerdo en el arranque de 2022-”, evaluaron desde Ecolatina.