El 3,1% de diciembre fue mayor a la esperada. El piso para el primer cuatrimestre del año ya es de 4,6% por los aumentos de servicios, y podría alcanzar el 8,1%
El IPC de diciembre a nivel nacional marcó 3,1%, el índice más elevado de todo el año pasado. Con esta suba, 2017 cerró con una inflación de 24,8% en todo el país, según difundió ayer el Indec. El indicador de GBA, que integra el índice, en diciembre trepó 3,4% y, en la variación anual, alcanzó el 25%.
El año pasado terminó muy cerca de la meta de 2016, que fue de 25%, y casi ocho puntos por arriba del objetivo de 2017, de 17%.
Un dato que sobresalió de las cifras de diciembre fue el de la inflación núcleo, que se aceleró luego del 1,3% de noviembre y alcanzó el 1,7%, la más elevada desde julio. En todo 2017 fue de 21,1%.
Junto con el notorio desvío de las metas, la preocupación de estas cifras es que se sumarán a lo previsto para los próximos meses para los aumentos en los denominados «regulados»: los de electricidad (42% febrero), gas (32% abril), transporte (32% febrero y 15% abril), prepagas (4% febrero), combustibles (4% febrero) ya le ponen un piso de inflación de 4,6% al primer cuatrimestre, con lo cual los analistas calculan ya una acumulada de 8,1% para el período, según los cálculos de la consultora LCG.
Para llegar a este resultado en diciembre, la causa más directa fue la de los incrementos de la electricidad, gas y las prepagas.
De hecho, dentro del IPC, el rubro «vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles» se disparó un 17,8% en diciembre. Y también fue lo que más subió en todo el año, un 55,6%.
«Lo más fuerte es la inflación subyacente en 1,7%. Los regulados tienen su dinámica propia pero la núcleo es mejor indicador de la velocidad crucero a la que viene variando el índice de precios», sostuvo Miguel Zielonka, de EconViews. Para este año estima que la meta oficial de 15% es de muy difícil cumplimiento; proyecta un 19%.
Fausto Spotorno explicó que dentro de la núcleo se incluyen bienes relacionados con «las fiestas, por ejemplo, hay aumentos fuertes en comidas para llevar, en azúcar. También el incremento de salario en personal doméstico está dentro de la núcleo».
Otro aspecto que también incidió en la núcleo fue el aumento de las expensas. «El cálculo de este ítem está compuesto en parte por los servicios públicos. Entonces aumentos de tarifas llevan a incrementos. Y además se aceleró equipamiento y mantenimiento del hogar, que lo conforman electrodomésticos, muebles y demás, también parte de la núcleo», agregó Nicolás Abuchar, de Elypsis.
Hernán Hirsch identificó que hay cierta tendencia a un menor impacto de suba de tarifas sobre la núcleo en el tiempo. Lo dijo en base a comparar el efecto del tarifazo en el segundo semestre respecto al primero.
De hecho, en el blog que mantienen en el Banco Central ayer publicaron una nota sobre la inflación subyacente. «Se observa que cuando durante un mes los precios regulados suben por encima de la inflación núcleo del mes anterior, se produce una suba de la inflación núcleo en ese período. Este fenómeno parece captar los efectos directos que los precios regulados tienen en la inflación núcleo. Eso mismo parece haber ocurrido en diciembre de 2017: el aumento de precios regulados, muy superior a la inflación núcleo de noviembre, parece haber tenido un impacto sobre la inflación núcleo de diciembre», describieron.
Martín Vauthier, de EcoGo, también puso el foco en la núcleo, y dijo que «hay que tener en cuenta que los procesos de desinflación nunca son continuos y siempre hay altibajos. Así como un dato de inflación núcleo más bajo no implica que se haya iniciado un sendero sostenido de baja, un dato más alto tampoco implica necesariamente que el proceso se interrumpa. De todos modos, y más allá de la volatilidad mensual, creo que el dato ilustra que la Argentina todavía no pudo quebrar la inercia y en todo caso volvió a la inflación de los años previos, lo que había sido interrumpido por el overshooting cambiario de 2016», señaló.
En cambio, desde Ecolatina resaltaron que «la elevada inflación de diciembre muestra que el proceso de desinflación aún no está consolidado: en los meses que hay ajuste de tarifas de servicios públicos (para bajar los subsidios económicos) la suba de precios se acelera».
Todos los analistas coinciden en señalar que la inflación de diciembre le genera una dificultad al Banco Central a la hora de ejecutar un nuevo recorte en la tasa de política monetaria. «Si se aspira a algo sustentable, deberá ser más lento. Hay un trade-off entre sustentabilidad y velocidad», sostuvo Gabriel Caamaño Gómez, de Consultora Ledesma.
Melisa Sala, de LCG, destacó que 2017 cerró con inflación de 24,8% anual y «culmina el 13´ año consecutivo con inflación de dos dígitos».