El Contado Con Liquidación superó ayer los $ 79 y ya está 29% arriba del tipo de cambio oficial. Las distorsiones que se generan en los distintos mercados de divisas obligarían a endurecer los requisitos para la compra de dólares después de las elecciones
Tal como se esperaba, los días previos a las elecciones están castigando con dureza a todos los activos argentinos. Mientras que el riesgo país volvió a superar los 2.000 puntos básicos, el dólar continuó con su escalada alcista llegando a nuevos niveles récord, especialmente en el mercado “libre”, es decir, aquellos que están fuera de la intervención del Central.
Aunque todavía no hay información oficial, se calcula además que el BCRA tuvo que vender alrededor de USD 300 millones para evitar que se dispare el dólar en el mercado oficial. En caso de confirmarse esta cifra, sería la mayor intervención de parte de la entidad que preside Guido Sandleris desde que se impusieron los controles cambiarios, a fin de agosto. Finalmente, el mayorista terminó con una suba leve, hasta $ 58,65.
La decisión del Gobierno es vender todas las reservas necesarias para evitar que el dólar “vuele” en los días previos a las elecciones ante el fuerte aumento de la demanda de inversores en busca de protección. Claro que semejante comportamiento genera la inevitable pregunta: ¿puede permanecer el control de cambios sin alteraciones, teniendo en cuenta la cantidad de reservas que le cuesta diariamente al Central?
El dólar “oficial” se mantiene con escasas alteraciones por la oferta de parte del BCRA y ayer cerró a $ 61,32, un incremento de apenas 0,5%. Pero en los otros mercados donde operan otros inversores y no participa el BCRA, la historia es diferente. Como no hay casi oferta, toda la demanda de divisas se traslada al precio. El dólar “libre”, que se opera en el mercado informal, terminó a $ 68,75, una suba de prácticamente dos pesos en relación al nivel anterior.
El “Contado con Liquidación”, que es tipo de cambio implícito a quienes se quieren dolarizar a través del mercado bursátil, tuvo un vuelo todavía mayor y ayer superó los $ 79, cuando había arrancado la semana levemente abajo de $ 75.
Esta gran presión sobre el “Contado con Liqui” refleja la demanda de dólares de empresas, que quieren cubrirse antes de las elecciones. Las compañías no tienen acceso al mercado oficial de cambios, salvo que sea recurran a él para operaciones de comercio exterior. Por lo tanto, para desprenderse de pesos y esperar dolarizados ayer ya estaban dispuestos a pagar casi 30% que el precio del dólar oficial.
El fuerte aumento de la brecha entre el tipo de cambio oficial y los “otros” dólares genera a su vez fuertes distorsiones. Por ejemplo, hay más incentivo para efectuar la práctica conocida como “puré”, es decir la compra de dólares en el mercado oficial para luego venderlos en el paralelo. Este esquema permite una rentabilidad superior ya al 11%. Teniendo en cuenta que el límite de compra mensual es de 10.000 dólares mensuales, esta operatoria especulativa permitiría ganar hasta 70.000 pesos adicionales por mes.
Todo indica que en los tres últimos días hábiles antes de las elecciones continuará una presión similar en el mercado cambiario. Pero a partir del 28 de octubre todo pasará a depender de las señales que empiece a dar el presidente electo, si es que no hay ballotage. En el escenario de una victoria en primera vuelta de Alberto Fernández, pasará a ser él el único capaz de empezar a calmar la ansiedad de los inversores.
Hasta ahora, hubo escasos datos concretos sobre lo que quiere hacer el candidato de Frente de Todos en caso de ganar, más allá de algunas frases de campaña. Será importante tanto a quiénes designe en el ministerio de Economía y en el Banco Central como los planes que tiene en distintas áreas: qué pasará con las cuentas públicas, hasta dónde podría llegar la emisión monetaria antes de fin de año y cómo será el proceso de renegociación de la deuda. Además, también será clave de qué manera se encarará la relación con el FMI, aunque se descuenta que será un proceso largo de renegociación.