Con los ganadores de las elecciones legislativas ya definidos, el mercado de cambios pudo disfrutar -en líneas generales-de un clima de negocios más calmo. El dólar “caliente”, el blue, llegó incluso a ceder 30 centavos ayer: perforó la barrera de los $10, valor al que había retornado días atrás, y se ubicó en un casi desafiante $ 9,75. En cambio, en el terreno oficial fue necesaria la participación del Banco Central (BCRA) para que el alza de la divisa estadounidense fuera moderada. La entidad tuvo que desembolsar alrededor de u$s 120 millones según fuentes de la city, aunque desde el BCRA informaron, como de costumbre, una suma inferior, de u$s 80 millones. La intervención impactó en las reservas, pero además se realizó un pago de energía que promovió el quiebre de los u$s 34.000 millones. Al cierre, las arcas quedaron en u$s 33.714 millones.
El dólar oficial avanzó seis milésimas, hasta quedar en $5,892, lo que llevó a las pizarras a una nueva marca psicológica de $ 5,90.
“El mercado estuvo tomador y por momentos indeciso, porque a pesar de que el Central intervino de entrada, después era fundamental que volviera a aparecer para frenar la suba”, comentó un operador.
En tanto, el blue fue muy poco demandado. En las mesas de dinero aseguraron que se traró tan solo de un “relajamiento postelectoral” del mercado, pero además el dólar paralelo cayó independientemente de la presión oficial. Es que aunque los inspectores de la AFIP y el BCRA estuvieron recorriendo la calle Florida, no había arbolitos a quienes perseguir, no se veía actividad. La última vez que el blue cedió por motivos ajenos a los controles fue en septiembre, cuando los inversores decidieron desprenderse del billete verde para apostar al alza de la Bolsa. Éste no fue el caso, dado que el índice porteño perdió 1%.
“El viernes muchos liquidaron con fecha de hoy (por ayer) y se quedaron sin pesos para comprar. Pensaron que el dólar iba a abrir en $ 11 y como no se dio, tuvieron que pagar”, explicó un operador que pidió no ser identificado.
Por otro lado, una fuente señaló que se “desinflaron” los compradores: “La semana pasada hubo demanda por prevención, por temor a cómo iban a salir las elecciones, lo que generó una presión adicional. Ahora que pasó, se tranquilizó todo”.
Con esta quita, el billete verde volvió a niveles de diez días atrás. De todas formas, es poco probable que el precio se mantenga en ese rango por mucho tiempo, ya sea porque no hubo cambios estructurales que lo avalen como por la cercanía de las fiestas y las vacaciones, época en las que las compras se incrementan.
En sintonía, el “contado con liqui” también retrocedió, pero con menos ímpetu. El dólar que resulta de la venta de activos locales en el exterior terminó a $ 9,30, diez centavos menos de lo que valía en la víspera.
La caída del mercado informal y el alza del mercado formal hizo que la brecha se recortara al 65%.
El volumen de contado ascendió a u$s 280 millones, de los cuales u$s 216 millones se registraron en el Siopel y u$s 64 millones en el Mercado Electrónico de Cambios (MEC).
A pocas ruedas del cierre de mes, el monto negociado en futuros fue mínimo, u$s 60 millones. Así queda en evidencia que el BCRA prácticamente no vendió contratos. Sin embargo, en la city confirmaron que estuvo presente “marcando precios”, aunque sin concretar operaciones. Para fin de mes se pactó $ 5,905, mientras que para fines de diciembre se fijó en $ 6,20.