Soplan vientos de cambio en las finanzas públicas internacionales: cada vez más países buscan fomentar que su deuda soberana quede en manos de inversores locales, en lugar de impulsar que más extranjeros sean tenedores de bonos nacionales. El principal motivo tiene que ver con el significativo crecimiento que se ha venido dando en los niveles de endeudamiento (y por ende en los ratios de deuda en relación con el PIB), fomentado principalmente por la necesidad de tomar deuda para financiar programas de apoyo a particulares y empresas a partir de la crisis financiera internacional de 2008. Hoy, a diferencia del pasado, está visto como algo positivo que un país tenga un elevado nivel de ahorro nacional que le permita financiarse sin recurrir a los mercados internacionales, percibidos como más volátiles y exigentes a la hora de revisar las cuentas fiscales.
Si antes era vista como una señal de confianza que la deuda estuviera en poder de inversores extranjeros, hoy ha cambiado la percepción para buscar la protección de los mismos contribuyentes, quienes están resultando ser más tolerantes y solidarios a la hora de sostener los déficits fiscales y, a veces, niveles de deuda respecto del PIB considerados tradicionalmente como riesgosos por lo elevados.
Hoy, frente a necesidades de financiamiento significativas, estos países se cuestionan respecto de su capacidad para conservar una importante base de inversores perenne, a fin de preservar condiciones de financiamiento compatibles con la sustentabilidad? de su deuda soberana?, sostiene un reciente informe publicado por el banco francés Société Génerale.
La realidad de estos últimos cinco años de crisis en las economías desarrolladas da muestra de que el paradigma de globalización financiera que se dio en las décadas anteriores al estallido subprime está siendo profundamente transformado. Si antes los inversores no residentes tuvieron un papel fundamental en el financiamiento de los Estados, dentro de un contexto de fuertes desequilibrios de las balanzas de pagos corrientes, ahora estos extranjeros se han ?replegado? hacia aquellos bonos considerados como más seguros (Bonos del Tesoro estadounidense, principalmente, pero también Bunds alemanes y de Suiza).
De la misma forma, los distintos gobiernos han fomentado el ahorro nacional, como fuente de financiamiento menos volátil y a menor costo. Es así como Italia lanzó en 2011 la campaña ?Bot day? (siglas de ?Buoni Ordinari del Tesoro?) para fomentar un día de compra de títulos públicos por parte de los pequeños inversores italianos.
El éxito de esta iniciativa fue tal que se logró colocar deuda a una tasa menor que la prevista y también se pudo disminuir el ratio de deuda en manos de tenedores no italianos (hoy alcanza al 35% del total, cuando antes de 2008 llegaba al 45%).
La parte de los inversores no residentes es esencial. En general, son los primeros en vender sus títulos públicos en cuanto surgen inquietudes respecto del país, lo que constituye una fuente de financiamiento más inestable. La crisis de la deuda soberana en la periferia de la zona euro puso este tema de vuelta sobre la mesa?, afirmó Audrey Gasteuil-Rougier, autora del informe.
De acuerdo con la especialista, el problema surge porque cuanto mayor es la participación de extranjeros en el financiamiento de un país, mayores deberán ser los planes de ajuste fiscal para evitar que los inversores no residentes se desprendan de sus activos en renta fija locales en caso de incertidumbre. De ahí que el riesgo de default también crezca, porque los programas de austeridad tienen que ser más severos para no perder la confianza de estos inversores y evitar una corrida financiera.
En este sentido, el modelo a seguir es Japón, donde los inversores nacionales (principalmente bancos) poseen hasta el 95% de la deuda soberana japonesa. China también califica como uno de los países menos abiertos? al financiamiento externo, puesto que la parte de la deuda en poder de no residentes alcanza al… ¡0,01% del total! Por supuesto, en una economía tan cerrada como la china, la deuda sigue en poder del mismo Estado, a diferencia de Japón donde la deuda está diseminada entre compañías y particulares.
Sin embargo, el gobierno nipón podría tener que prestar atención al perfil de sus acreedores, puesto que las recientes medidas del Banco de Japón tendientes a fomentar la inflación podrían generar un movimiento inverso en sus tenencias de deuda soberana. Hay que recordar que la deuda pública alcanza al 230% del PIB (un nivel considerado riesgoso) y si la moneda pierde valor por un incremento de la inflación, el financiamiento podría complicarse más adelante.
Si la participación del ahorro nacional está mejorando en muchos países, se debe también al rol hiperactivo de varios de los principales bancos centrales del mundo. En EE.UU., la Reserva Federal ha venido comprando mucha deuda pública últimamente, y si su participación se mantiene estable (un 15% del total), es porque la deuda estadounidense también creció. En cambio, en el Reino Unido, el Banco de Inglaterra ha sido mucho más agresivo con sus compras de títulos, por lo que hoy posee casi un tercio del total de la deuda emitida.
En este ranking, la Argentina también se ubica en una buena posición, con un 33% del total de su deuda en manos de no residentes (en Brasil alcanza al 12% solamente). Pero con la gran diferencia de que esta desextranjerización? se realizó de manera forzada en nuestro país, a través del default de 2001 y, luego, con el pago de la deuda con los organismos internacionales en 2005. Si en la Argentina también soplan los mismos vientos de cambio financiero, los motivos, como sucede a menudo en nuestro país, son profundamente distintos.
Fuente:
http://www.cronista.com/finanzasmercados/Se-receta-des-extranjerizar-Los-gobiernos-ahora-fomentan-que-la-deuda-soberana-quede-en-manos-de-inversores-locales-20130515-0015.html