El Central ganó $ 78.124 millones en 2014 gracias a la devaluación sobre las reservas y los títulos públicos, pero erosionado por los intereses de las letras para retirar los pesos
El Banco Central (BCRA) publicó ayer su balance de 2014, por lo que mostró cómo las ganancias contables por la devaluación del año pasado sobre activos poco líquidos, como son los títulos que le coloca el Tesoro a cambio de divisas, y las reservas internacionales fueron erosionadas por pérdidas reales, como es el interés que debe la entidad monetaria por las letras que emite para retirar los pesos que también transfiere al fisco.
El deterioro de su patrimonio se completa con que el BCRA ya transfirió al Tesoro el resultado positivo por $ 78.124 millones, en vez de capitalizarlo. Las utilidades que obtuvo el Central el año pasado quedaron levemente por debajo que las obtenidas en 2013 ($ 78.418 millones). La caída en términos reales puede explicarse por dos grandes renglones en el estado de resultados de su balance.
Uno muestra las ganancias netas no realizables por diferencias de cotización (en 2014 el BCRA devaluó un 31% la moneda) por $ 114,8 mil millones (el año anterior habían ascendido a $ 88,4 mil millones). Los dos activos en dólares más importantes sobre los que ganó esa diferencia son las reservas internacionales en divisas ($ 41 mil millones) y los títulos públicos nacionales ($ 92,8 mil millones). Pero ese stock de bonos incluye las letras intransferibles y no negociables -por lo tanto, de poco valor- que el Tesoro le colocó al Central en 2005 para pagar al FMI y desde 2010 para pagar deuda pública con reservas.
El segundo es la pérdida neta real por intereses por $ 40,15 mil millones versus los $ 12,9 mil millones que había registrado el año anterior por la diferencia entre los que percibe principalmente por tenencia de títulos públicos menos los que paga por las Lebac que utiliza para esterilizar moneda. El año pasado, tras la devaluación, el Central incrementó diez puntos las tasas de interés de estos títulos y duplicó la emisión de esas letras para que la base monetaria creciera por debajo de la inflación.
«El cómputo de estas ganancias ficticias o meramente contables no acarrearía problemas patrimoniales al BCRA si sus autoridades no las distribuyeran, sino que se capitalizaran totalmente para engrosar el patrimonio neto», dijo el economista Federico Muñoz. Y recordó que el gobierno hablaba del vaciamiento de YPF cuando Repsol instauró la política de distribución del 90% de sus utilidades anuales. «¿Cómo debiéramos llamar a la cesión sistemática del total de las utilidades del BCRA al Tesoro?», preguntó.
Aunque el presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, declaró en mayo pasado que el patrimonio del banco es positivo y denunció un doble discurso a la hora de evaluar su balance, el mercado piensa que el patrimonio neto descontando los títulos públicos es negativo, lo que deteriora la confianza en el peso y eleva la inflación.
En el balance de 2015, se estima que las utilidades van a descender o incluso podrían desaparecer si continúa el atraso cambiario y la fuerte emisión de Lebacs por parte del Central. «No me preocupa tanto qué va a pasar con el resultado del BCRA, sino que a esta altura queda claro que no se puede seguir pesificando el déficit fiscal. Aún si hubiera utilidades, sería esperable que el BCRA las capitalizara, si aspiramos a recuperar la salud del peso y bajar la inflación. El fisco va a tener que buscar una fuente genuina de financiamiento», dijo Muñoz.