La mayor tranquilidad con el dólar de las últimas semanas fue el antídoto necesario para que se empezaran a ver mejoras en el resto de los activos argentinos.
No sólo eso, también dio lugar a una baja de las tasas de interés desde niveles insólitos que ahogan a la ya frágil economía; y una reducción del riesgo país (también determinante para el costo financiero no sólo del Gobierno sino de las empresas).
¿Qué pasó durante la semana «soñada» para el Gobierno? Según detallan desde el Grupo SBS, la compañía de la que fuera socio el actual vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, todos los astros se alinearon:
1.- El índice Merval cerró el viernes con una suba del 0,19%, con $614 millones negociados. Nuevamente lo más operado fue YPF y Grupo Financiero Galicia que, en conjunto, reunieron el 27% del volumen total. De esta manera, el saldo semanal arrojó un alza de casi el 6% del índice Merval, evidenciando un nivel de transacciones mayor al habitual. Los papeles destacados de la semana fueron los de las utilities, con Distribuidora de Gas Cuyana a la cabeza.
2.- Por el lado de los títulos públicos, cerraron con un repunte de 25 centavos promedio (mediano y largo plazo), acumulando en la semana una mejora de alrededor de 1,5 dólares (aun soportando un pésimo arranque el lunes y martes). Del segmento pesos, tanto los ajustables por CER como por BADLAR continuaron con demanda firme, con subas de alrededor del 1,5% en todos los tramos.
3.- El mercado de Lebac evidenció una baja de tasas de 300 puntos básicos desde los máximos de la semana anterior, y de 200 puntos desde la última licitación, situándose en niveles de 44/45% anual en los tramos cortos.
4.- El dólar descendió el viernes unos 8 centavos, cerrando en $27,325 y operando entre $27,44 y $27,30 durante esa jornada. Elbalance semanal fue una baja de 24 centavos (ahora lucen más lejanos los $29 vistos a fin de junio).
5.- Durante el pico máximo del «overshooting» con el tipo de cambio mayorista en $28 a principios de julio, las tasas implícitas de los futuros de dólar superaron el nivel del 48% (aunque durante la fase inicial de la corrida, las tasas tocaron el 100%). Desde hace dos semanas se observó un paulatino retroceso, ubicándose ahora en torno al 40%.
6.- El riesgo país de la Argentina, medido por el JP Morgan, pasó de los 575 puntos básicos -al inicio de la semana anterior- a 525 unidades al cierre del viernes. Venía de picos de 610 puntos a finales de junio.
«Las últimas semanas fueron un bálsamo para el mercado argentino. La tregua comenzó con el tipo de cambio. El peso se fortaleció frente a la divisa norteamericana y la volatilidad fue la menor desde principios de junio. Paralelamente, verificamos un descenso en las tasas de los futuros y los rendimientos de Lebac», coincide Nery Persichini, gerente de inversiones de GMA Capital.
«Creemos que las expectativas se estabilizaron y comienzan a mejorar. Los inversores están más dispuestos a tomar dosis adicionales de riesgo, incluso en moneda local», acotó.
El especialista prioriza los bonos en dólares, porque considera que el escenario actual sienta las bases para que los rendimientos de los títulos soberanos emprendan un camino descendente.
Desde GMA Capital señalan que la volatilidad del tipo de cambio, que es fundamental para dilucidar la suerte del resto de los activos financieros, es la más baja en un mes y medio (comparable con las semanas en las cuales el BCRA mantenía una oferta de u$s5.000 millones a $25 en el mercado cambiario y le ponía un techo a la divisa). Yendo más atrás, la volatilidad actual es similar a la que empezó a experimentar el país al inicio de la corrida a fines de abril.
«Que el dólar se mueva menos durante estos días resulta saludable para las expectativas de los agentes económicos y de los inversores. En la economía real, las listas de precios aparecen y las operaciones se pueden concretar. En la Bolsa, los movimientos defensivos comienzan a ceder y la liquidez en moneda dura empieza a fluir buscando nuevos horizontes», dice Persichini.
Hacia adelante, hay algunas claves que seguirán viendo los operadores para determinar si la semana que concluyó fue sólo un brote verde o un cambio de tendencia. Por ejemplo, de cara al cierre del mes, siempre hay más presiones cambiarias y eso podría hacer que la tregua con el dólar se corte momentáneamente.
«Ojo que hay un poco más de ingreso de divisas de exportadores y se revirtió la salida de fondos. De hecho, estamos viendo cierto flujo positivo de inversores de afuera para posicionarse en las tasas altas en pesos», explica el gerente de un banco extranjero, quien cree que este fin de mes podría no haber sobresaltos con el billete verde.
El banquero además da cuenta de algunas apuestas por los bonos con CER o Badlar para aprovechar las tasas. «En dólares, los bonos cortos son una buena alternativa. También el bono Dual que emite Hacienda y que permite cobertura cambiaria», agrega.
Hay consenso de que tanto los bonos como las acciones tienen precios atractivos. Rendimientos de los primeros en torno al 9% en dólares, y valuaciones muy inferiores a sus pares de la región para las empresas cotizantes, forman parte del panorama que tienen los inversores a mano.
Es más, ya que el dólar bajó, la ganancia en esa moneda se incrementó este mes. Por ejemplo, el Merval subió 23% (en dólares) y algunos bonos, más acotados, muestran ganancias de hasta el 11% en el mejor de los casos.
Si bien en la City confían en que el escenario se estabilizó, no dejan de recomendar cautela. Desde Delphos Investment creen que hay signos favorables que sugieren una mayor estabilización y normalización de las condiciones locales. «Sin embargo, continuamos sosteniendo que el contexto actual indica posiciones cortas y con elevada liquidez», aconsejan.
El mismo concepto esgrimieron desde Portfolio Personal. «Hay que ser cautos, el escenario no deja de ser complejo en lo local, aunque estemos en el camino correcto», afirma Pablo Castagna, director de Portfolio.
Más allá de esto, el cierre del mes y el inicio de agosto podría ser un punto de inflexión para los inversores. Que continúe la paz cambiaria y el escenario global acompañe serán fundamentales para que los grandes jugadores se animen a redoblar apuestas, en un año que en términos de obtener rentabilidades viene cuesta arriba.