La Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) celebró ayer la subasta que definió el pago a los tenedores de los seguros contra un default argentino (CDS), un mes después de que determinara que el país había incurrido en un evento crediticio.
Los operadores que participaron de la subasta fijaron un precio final para la deuda argentina a u$s 39,50 por cada u$s 100 adeudados, lo que significa que los vendedores de los swaps -quienes pagan a los compradores el valor nominal menos el precio del bono fijado en la subasta – tendrán que desembolsar u$s 60,50.
El precio final de la subasta estuvo impulsada por la decisión de ISDA de incluir los bonos Par denominados en yenes con vencimiento en 2033 y 2038, que cotizan a un nivel menor que el resto de los activos argentinos, para ser entregados como obligaciones de pago.
De hecho, como se esperaba que el pago de los CDS se definiera a partir de estos bonos, los activos pasaron de cotizar en dos semanas entre u$s 20 y u$s 25 a u$s 40 el día anterior a la subasta. Sin embargo, también estaban incluidos el resto de los títulos de ley extranjera entregados en los canjes de 2005 y 2010 (los Global 17, las otras versiones de Par 2038 y cinco de Discount 2033).
Según explicó Daniel Chodos, estratega de deuda soberana de Credit Suisse, el precio de la subasta fue un poco más bajo de lo esperado, ya que quedó cerca del nivel en el que estaban cotizando los Par en yenes durante los últimos días.
“En la primera etapa de la subasta, hubo más compradores que vendedores de bonos. Este desbalance no fue grande pero debería haber generado un precio más alto en la segunda parte. Esto se puede explicar por el hecho de que la demanda total de bonos fue cercana al monto en circulación de bonos Par en yenes”, explicó Chodos.
Incluso los operadores habían establecido un valor inicial de u$s 40,25 por cada u$s 100 luego de la primera ronda de la subasta, según los datos de Markit Group Ltd. and Creditex Group Inc., las compañías que se encargaron de llevar a cabo la ejecución de los derivados de crédito.
“Al parecer hubieron uno o más inversores que tenían un bloque grande de bonos y que vieron esta oportunidad para vender todas sus tenencias de Par en yenes, sacrificando precio para asegurarse la cantidad”, agregó Chodos.
La subasta fue una oportunidad para vender estos bonos que son muy ilíquidos y que de otra forma hubiera sido muy difícil vender. La cantidad de estos títulos alcanzan un total de apenas u$s 206 millones.
Según Russ Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets, el punto más importante de la subasta es que sólo u$s 17 millones de bonos fueron ofrecidos para el physical settlement, es decir, para intercambiar los contratos por títulos, lo que significa que el precio de u$s 39,5 fue demasiado bajo para vender los bonos – excepto para quien tenía en posesión los títulos denominados en yenes japoneses.
“Debido a la situación inusual de pago de intereses, los inversores se aferrarán a sus bonos y tratarán de cobrar sus cupones en Argentina a través del canje local en el momento en que puedan ser pagados”, analizó Dallen.
Según los datos del Depository Trust & Clearing Corp, que lleva el registro central que capta la mayoría de las operaciones, habían 2.903 contratos de CDS argentinos que fueron disparados por más de u$s 880 millones a partir del 29 de agosto. Además, había en juego unos u$s 690 millones por los índices de CDS, donde Argentina tiene una ponderación del 4% al 6% dependiendo de la serie.