El gobierno y el Banco Central de Argentina dan señales cada vez más evidentes de que se proponen poner fin a más de tres lustros de reinado de las Lebac como el principal instrumento de política monetaria del país.
El stock emitido en estas letras alcanza hoy a $1,1 billones y ya supera a todo el dinero en circulación de la economía (base monetaria), según el BCRA. Una deuda en estos niveles, con tasas de interés anual al 26%, impone al ente emisor un gran costo de esterilización y un alto riesgo de refinanciamiento.
En el mercado ya se ven los primeros indicios de lo que podría ser el certificado de defunción de estas letras, creadas y lanzadas en 2002 durante el gobierno de Eduardo Duhalde. Sin ellas como protagonistas, la política monetaria quedaría determinada por las operaciones en Leliq y Pases, además de Letes, divisas y redescuentos. La agencia Bloomberg enumeró seis señales que podrían anticipar el final de estas letras:
- BCRA tienta a bancos con Leliq a 7 días. El jueves, BCRA inauguró la «Leliq», un título de deuda de cortísimo plazo, que rinde 27,25% anual. Este instrumento es más atractivo que la tasa de Pase, tomada como referencia por el emisor, porque no paga impuestos, y ofrece mejores retornos que todas las Lebac, que hoy tienen rendimientos inferior a 26,2%.
«El BCRA quiere que los bancos se concentren en las letras a 7 días. Este instrumento va a ganar relevancia pura y exclusivamente en el manejo de la liquidez», dijo en entrevista telefónica Emiliano Merenda, socio de Max Valores. «Es probable que el stock de Lebac quede reducido a un tercio a mitad de año», estimó.
- Tesoro con Letes en pesos. Desde la primera semana de diciembre el Ministerio de Finanzas comenzó a emitir letras con plazos de 3 y 9 meses, idénticos a los de las Lebac, buscando competir en el mercado dominado hasta ahora por BCRA. En cada licitación de Letes, los rendimientos de estos títulos han sido más atractivos que los ofrecidos por las letras del BCRA. El mercado se ha visto inducido a desplazarse hacia el nuevo instrumento ofrecido por el Tesoro Nacional.
- Lebac con impuesto. El gobierno logró que el Congreso aprobara el 27 de diciembre un impuesto de 5% sobre la renta obtenida en las Lebac, una decisión que afectó sus rendimientos. Ajustadas por este nuevo gravamen, las letras que vencen en septiembre rinden hoy 24,2% anual y lucen menos tentadoras que el 25,6% ofrecido por el gobierno en Letes del mismo plazo.
- Prohibición a las aseguradoras. Una normativa de la Superintendencia de Seguros prohibió en noviembre a las aseguradoras del país invertir en letras del BCRA. La restricción provocó un desplazamiento de estas compañías hacia las letras del Tesoro Nacional. El cambio provocó que la demanda por los títulos del gobierno aumentara en el mercado secundario, llevando sus rendimientos a niveles inferiores a los de las Lebac.
- Nueva curva de rendimientos. El BCRA intervino con emisiones de letras en los plazos más cortos de Lebac para estimular así sus rendimientos y evitar que los inversionistas optaran por títulos de más largo vencimiento. La pendiente de la curva pasó de ser plana a negativa desde los días previos al 28 de diciembre cuando el gobierno anunció su ajuste de meta de inflación para 2018.
- Sugestivo cronograma de Lebac. El ente emisor solía publicar y distribuir entre las mesas de dinero un cronograma de licitaciones de letras para todo el año, detallando cada vencimiento. El último calendario emitido el 19 de diciembre define las subastas hasta junio de este año y carece de precisiones sobre los diferentes plazos.