Un sondeo realizado entre bancos y fondos detectó que continúa firme la estrategia de apostar por las Lebac del Central, a pesar de las pérdidas del mes pasado. Creen que la tasa del 25% compensa el riesgo de una devaluación mayor. El año pasado ganaron 33% en «verdes»
“Y…alguna vez nos iba a tocar perder. No podés ganar siempre».
Así, con estas palabras, un importante banquero se refirió al «cachetazo» que recibieron los inversores que apostaron por la tan mentada «bicicleta financiera» durante el mes pasado.
En su concepción más difundida (aunque no muy precisa) la misma consiste en:
-Desarmar posiciones en dólares
-Adquirir Lebac
-Aprovechar las altas tasas de interés en pesos
-Con lo obtenido, recomprar más billetes verdes
Esta sencilla operatoria les permite incrementar sus patrimonios en «moneda dura».
Claramente, mayo fue un mes poco conveniente para esta maniobra, que requiere de un tipo de cambio estable para hacer una buena diferencia.
Lejos de permanecer invariable, el dólar subió 4,5% en el segmento mayorista. Y, con este repunte, les borró la ganancia mensual a quienes apuestan por las Letras que emite Federico Sturzenegger.
«Nadie puede llorar por perder un mes. Desde hace mucho tiempo se han venido cosechando excelentes rendimientos y sin interrupciones», afirmó un conocido banquero en su despacho ubicado en plena City porteña.
«En el panorama global, el que apostó por las altas tasas en pesos se hizo de una fortuna en dólares», refrendó.
Papel y lápiz en mano, anotó una cifra: 33,6%. Ese es el rendimiento anual efectivo de las Lebac en 2016, nivel que viene a ser una enormidad también en términos de dólar.
¿Se frenó ahora la «bicicleta»? El mercado no cree que esto haya pasado.
Más bien al contrario, la visión que predomina es que los inversores no dejarán de «pedalear» y seguirán comprando Lebac para beneficiarse con tasas superiores al 25%, pese al tropiezo de mayo.
Según un sondeo realizado por iProfesional entre los ejecutivos de importantes bancos y fondos locales, lejos de haber perdido atractivo, ahora hay más clientes que antes tratando de adquirir estos títulos.
Tienen, al menos, cuatro fundamentos para hacerlo:
1. Dólar: la reciente suba «depuró» el mercado. Tras haberse corregido (un poco) el atraso cambiario, de haber nuevas alzas del billete verde ya no serán tan pronunciadas.
2. Stock: el total de Lebac y pases supera la friolera de $900.000 millones. Se estima que terminará el año bien arriba de los $1,3 billones. Semejante cantidad le quita al BCRA margen de maniobra para torcer voluntades.
3. Tasa: de no pagar intereses muy altos, difícilmente el Banco Central logre conseguir la suficiente cantidad de compradores de estos títulos. En otras palabras, el crecimiento exponencial hace cada vez más necesario su refinanciamiento.
4. Vencimientos: existe un riesgo de muy corto plazo, vinculado con el cronograma de cancelaciones. Es que el 85% de ese abultado stock tiene un horizonte de apenas sesenta días de plazo.
Por estas cuatro razones, en el mercado apuestan a que Sturzenegger no podrá bajar mucho las tasas, si es que quiere asegurarse un roll-over de la deuda. Es decir, ir «pedaleando» las cancelaciones.
«El Central no puede darse el lujo de no renovar una parte importante en cada vencimiento. Si no consigue quien los quiera, se vería obligado a emitir pesos para comprarlos. Y esa emisión aumentaría la inflación y lo alejaría de la meta prevista», señaló un operador cambiario.
Él es de los que cree que el BCRA está jugando muy fino y que está en una encrucijada difícil: «Si baja la tasa, no logra renovar todo. Si la mantiene, sigue ahogando a la economía y entran dólares para la bicicleta».
¿No aumentó el riesgo a perder con esta maniobra?, preguntó iProfesional a un ex banquero de Wall Street que volvió a la Argentina para fundar su consultora.
«Una tasa del 25% es un premio más que suficiente como para tomar ese riesgo. Ninguno de los fondos de inversión a los que asesoro me pidió bajarse de las Lebac, sino todo lo contrario. Más que nunca, ahora quieren comprar», indicó.
¿Cómo repercute el calendario electoral?, indagó iProfesional. «Con los bonos no se podrá hacer una buena diferencia. Las acciones ya han venido ganando 30% en dólares en el año, ¿Cuánto más le quedan? Para los inversores de afuera, la gran alternativa pasa por seguir apostando a las tasas de estos títulos», remarcó.
En coincidencia, un experimentado operador de una financiera sostuvo: «El negocio en la Argentina son las Lebac y, por ahora, no hay con qué darle».
Según detallan en la City, hay muchos fondos del exterior subidos a estos títulos. Si bien el Central limitó las compras de los no residentes (en mayo del año pasado), los grandes jugadores se las ingeniaron para mantenerse activos.
Concretamente, tal como requiere la normativa actual, abrieron cuentas en la Argentina para poder operar las Letras vía un banco corresponsal, quedando así habilitados para adquirirlas.
«No pueden creer el regalo que les ofrecen. Se tiran de cabeza para comprarlas. De mi cartera de clientes, nadie se bajó», expresaron desde un banco privado de capitales locales que opera con fondos del exterior.
Pulseada mediática
Varios funcionarios del Banco Central salieron recientemente a jactarse de quienes habían comprado Letras (en pesos) para incrementar sus patrimonios (en dólares).
Pese a que fue el único mes del 2017 en el que esta apuesta salió mal, quisieron salir al cruce luego de las permanentes críticas recibidas, por «derecha y por izquierda».
Incluso, algunos redoblaron su apuesta al desmentir la existencia de una «bicicleta financiera».
Desde la entidad señalaron que apostar por esta maniobra conlleva un riesgo: «El inversor no conoce con certeza el precio de recompra de los dólares», al momento de dar inicio a esta estrategia.
«¿De qué se habla cuando se hace mención a la ‘bicicleta financiera’? Básicamente, a posicionarse en pesos, sin cobertura cambiaria, especulando a que el tipo de cambio se mantenga estable», expresaron.
De este modo, los funcionarios apuntaron a una discusión semántica, al diferenciar una apuesta con «cobertura» y otra en la que no hay reaseguro alguno sobre el precio del billete verde al momento de salir.
Para el Banco Central, la «bicicleta» no existe, ya que los inversores no compran dólar futuro para resguardarse. Así las cosas, catalogan a esta operatoria como un «carry trade descubierto».
La intención de los hombres del Central es clara: no quedar expuestos ante las críticas en el sentido de que se les está regalando ganancias en divisas estadounidenses a los inversores, al mantener las tasas altas.
«Si vos sabés hacia dónde va a ir el dólar, decímelo porque yo no sé», chicaneó Demian Reidel, vicepresidente segundo del Banco Central, al ser consultado por las utilidades en «moneda dura» que pueden deparar las Lebac.
Consideró que no hay «regalo» alguno si no existe plena certeza sobre el precio al que se podrán comprar billetes verdes tras obtener las ganancias en pesos.
Algunos en el mercado creen que la referencia que intentan hacer los integrantes del Central se vincula con el temor de que -en un futuro- sean acusados de entregar altos retornos a bancos y fondos.
Algunas fuentes hicieron referencia a que no quieren pasar por la situación de Alejandro Vanoli -ex presidente del BCRA con el kirchnerismo- quién «obsequió» billetes verdes a futuro a un precio artificialmente bajo.
Lluvia de dólares (a pesos)
Lo cierto que el ingreso de dólares al país (para apostar por activos en pesos) está en niveles récord. Los datos del propio Banco Central así lo confirman.
En el mes de abril ingresaron fondos del exterior para inversiones de cartera en pesos por unos u$s3.600 millones, a través del mercado de cambios.
El monto es aún más impactante si se mira la película completa: desde mayo de 2016 hasta abril (último dato oficial disponible), esa entrada fue nada menos que de u$s22.600 millones.
En el mercado coinciden en afirmar que ese flujo de dinero continuará fluyendo hacia las Lebac, en un contexto en el que semejantes rendimientos son imposibles de conseguir en otras latitudes.
«No hay nada que te pague tanto con este nivel de riesgo algo acotado. Lo que pasó en mayo fue una alerta, pero la gran mayoría venía de conseguir ganancias acumuladas muy altas. Ese tropiezo sólo redujo una abultada rentabilidad», aseguraron desde un banco local.
Claro que siempre estará latente la posibilidad de que al mercado le toque una mala mano en el reparto de cartas.
A esto se refiere Mario Blejer, ex presidente del BCRA, al señalar que el juego de la bicicleta financiera «se basa en supuestos sobre cómo sigue el dólar». Si su valor aumenta, el inversor puede «quedar atrapado».
«Alguien se va a quemar los dedos al final, no siempre se puede ganar, el que siga apostando va a perder», vaticinó Blejer.
Sin embargo, el premio es tan tentador que al mercado, por ahora, le encanta seguir jugando con fuego.