Aunque se considera imposible hacerlo en el corto plazo, ayer Milei aseguró que es uno de sus principales objetivos “para que la economía vuelva a crecer”. Massa había planteado un horizonte de un año. El desarme de restricciones cambiarias requiere previamente un plan de estabilización
El futuro de las restricciones cambiarias volvió a escena a pocos días del balotaje, lo que genera un nuevo factor de incertidumbre respecto a lo que podría pasar con el dólar a partir de la semana que viene. Javier Milei, candidato presidencial de La Libertad Avanza, retomó este tema ayer en su encuentro con más de 300 empresarios: “Es imposible crecer con cepo, como ya quedó demostrado en los gobiernos kirchneristas. Además, al haber un dólar más barato que el de mercado da lugar a posibles hechos de corrupción”.
El libertario buscó diferenciarse de Sergio Massa, candidato de Unión por Todos, quien había manifestado que una eventual salida del cepo si le toca gobernar sería “a fines de 2024, cuando hayamos acumulado reservas”. El ministro de Economía y candidato dejó en claro que no se trata de una sus prioridades e incluso supeditó su levantamiento a otras variables.
La acumulación de reservas no aparece como una posibilidad demasiado concreta por lo que en realidad no hay certeza alguna de lo que podría suceder con el cepo si finalmente es él quien llega a la Casa Rosada. En principio, la apuesta sería conseguir un colchón de dólares a partir de la cosecha de soja del año próximo.
Milei ayer aseguró que “no va a alcanzar con la próxima cosecha, porque los desequilibrios y obligaciones en dólares son muy grandes”, diferenciándose de la postura de Massa. Y fue un poco más allá al hablar de la necesidad de un “shock” para enfrentar la crisis económica. Incluso, advirtió que el país vuelve a estar en las puertas de un Rodrigazo, ante el atraso de precios relativos, incluyendo el aspecto cambiario.
Massa arrancó hoy con el ajuste gradual de dólar oficial, llevándolo de $ 350 a $ 355, tras un congelamiento de tres meses y en línea con lo negociado con el FMI. Sin embargo, el incremento de 3% mensual sería muy difícil de sostener en un contexto de una inflación que es el triple. Ese esquema solo aumentaría el ya notable atraso cambiario, que implica un fuerte perjuicio para los exportadores.
De esta forma, el ministro y candidato da a entender que se irá manejando con el esquema actual, aunque muchos creen que el desdoblamiento cambiario será aún más explícito. Existe una alta probabilidad que no acelere al principio un ajuste fuerte del dólar oficial.
Pero sí es más factible que mantenga un cambio diferencial para exportadores, considerando que el esquema “70%/30%” que permite liquidar parte de las divisas a través del contado con liquidación sea reeditado. O en todo caso que sea el propio Central el que se haga cargo de mantener ese tipo de cambio hoy algo superior a los $ 500 en vez de $ 353.
Milei, por su parte, también reconoció que la bola de nieve de las Leliq impiden salir del cepo de la noche a la mañana. “La magnitud de los pesos excedentes es enorme y eso es lo que hay que manejar cuidadosamente, porque de lo contrario se generaría una hiperinflación”.
La salida del cepo presenta grandes desafíos y sin dudas luce más compleja que en 2015: en aquel momento, cuando asumió Mauricio Macri la brecha era de solo 40% y ahora llega al 150%. Esto implica que un sinceramiento cambiario resulta mucho más complejo y el traspaso a la inflación sustancialmente mayor que en aquella ocasión. Por otro lado, para eliminar las restricciones primero habría quedarle alguna solución a las Leliq, que suman 23 billones de pesos y que también representan una potencial demanda de dólares.
Por eso, cualquier idea en esta dirección requerirá previamente un plan de estabilización y un horizonte claro hacia el equilibrio fiscal, algo que tanto Massa como Milei reiteraron en varias ocasiones.