Tal como se esperaba, el Banco Central elevó las tasas de las Lebac para contrarrestar el efecto que tendrá la devaluación. El incremento se trasladará a las colocaciones de plazos fijos, pero también a préstamos y tarjetas de crédito. En la City creen que el efecto durará un par de meses
En el marco de un fortalecimiento del dólar a nivel mundial y de un atraso cambiario a nivel local, el gobierno planea devaluar el peso en las próximas horas. No será una sorpresa para el mercado ya que en campaña, el ahora presidente, Mauricio Macri, lo había prometido. Pero el movimiento será acompañado por un incremento de las tasas de interés para desalentar la especulación en torno al nuevo valor del dólar. De hecho, ayer el Banco Central (BCRA) convalidó una suba de las tasas de las Lebac, instrumento por el cual le paga a los bancos para retirar el excedente de pesos y evitar que derive en más inflación. A 35 días se fijó el 38% y el resto de los plazos se pactó en torno a 37%, 8 puntos porcentuales más que los 29% en los que arrancaban los plazos de 90 días la semana pasada. Así es como, a mejor pago, más pesos se captan. No obstante, ese aumento se trasladará a los demás mecanismos de financiación y es ahí donde el consumidor y las empresas empiezan a sufrir los efectos. De todas maneras, restará ver si el gobierno impondrá algún tipo de límite, sea techo o piso, para los préstamos y plazos fijos, respectivamente, al igual que lo hacía la administración kirchnerista.
«Cuando un país devalúa necesita que la gente que tiene pesos no se vaya al dólar, porque esa demanda hace que el dólar empiece a valer más. Si suben las tasas, y así las opciones de inversión en pesos, se puede hacer una diferencia y desistir de la apuesta por el dólar», explicó el director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, Mariano Otálora.
Si bien la expectativa de los analistas y banqueros es que se trata de una transición rápida, lo cierto es que al menos durará «unos dos o tres meses». En ese periodo, hay que tener en cuenta cómo se moverán las tasas de plazos fijos, préstamos y, en lo que es tarjetas de créditos, el financiamiento y los pagos en cuotas.
* Plazos Fijos: Serán más atractivos, al igual que un fideicomiso o un Fondo de Inversión en pesos. Si bien durante el gobierno kirchnerista la devaluación de un 20% en enero de 2014 se hizo con un incremento de tasas, no fue suficiente. Tal como apuntó Otálora, para encontrar un efecto satisfactorio hay que retroceder a 2002, luego de la salida de la convertibilidad los bancos ofrecieron tasas de hasta 90% que convencieron al inversor de «quedarse en pesos». La idea es que entre dólar y tasa, se elija tasa. «Los aumentos fuertes son los de corto plazo, para capturar ahí el efecto de la devaluación», subrayó el economista de Econviews, Eric Ritondale.
* Préstamos: las tasas de los créditos también van a subir, y por encima de los plazos fijos, ya que el negocio de los bancos es pagar por depósitos, prestar esos fondos y obtener una diferencia. «Obviamente los créditos se van a encarecer, incluso ahora las tasas ya están por encima de la inflación. Igualmente el fenómeno tendría que durar tan solo unos meses», dijo Ritondale, aunque aclaró que «los plazos largos, por ejemplo a 5 años, no deberían encarecerse». Cabe recordar que son los préstamos nuevos los afectados, ya que quien tomó uno a tasa fija no sufrirá modificaciones. Por otro lado, los bancos «viven» del crédito; el sector financiero ansía llegar pronto a la siguiente etapa, en la que el crecimiento sea por la generación de créditos, por volumen, que el margen de ganancia sea menor pero que se crezca por cantidad de colocaciones. Para eso, será necesaria una tasa accesible.
* Tarjetas de crédito: el «revolving», es decir lo que se deja financiando mes a mes, será el mayor golpe al bolsillo en esta etapa. Quienes pagan solo el mínimo de la tarjeta se exponen a una tasa variable. «Este es el vaso medio vacío de las medidas que se deben tomar», graficó el economista de Econviews. No obstante, en la City aseguran que, como se trata de un negocio importante para los bancos, «no se asfixiará» a los consumidores. En cuanto a las cuotas, desde un banco de primera línea aseguran que no se prevén cambios en este tema, más que nada porque es el precio el que se ajusta, luego es ese importe, con el interés incorporado, el que se reparte en distintas cuotas. Sin ir más lejos, ayer se confirmó la extensión del programa «Ahora 12» hasta fines de marzo e incluso los bancos seguirían ofreciendo promociones, según las estrategias de cada uno.