En medio de la tormenta cambiaria actual, el Gobierno se mantiene tranquilo en el mercado que más le preocupa por la consideración del principal cliente del Banco Central.
El Rofex, el mercado a futuros más importante del país, aunque operó al alza, lo hizo de manera mucho más prudente que el resto de los ámbitos de negociación de la divisa. E incluso, en la posición más corta de tiempo (julio 2027), lo hizo a la baja. Y todo esto, sin que haya intervenido la entidad que maneja Miguel Pesce y con volúmenes de operación inferiores a los de un año atrás.
La interpretación que se hace desde el oficialismo ante este panorama, es que a futuro el mercado no percibe alteraciones importantes en cuanto a la política cambiaria del dólar oficial; y que el gobierno de Alberto Fernández podrá mantener el precio de la divisa que rige el comercio exterior bajo control. Sólo con esto, desde el equipo económico se interpreta que la suerte de los dólares financieros y del blue tienen razones de incrementos diferentes e individuales, que no tienen que ver con la manera en que Martín Guzmán, Pesce y el resto de sus integrantes manejan la macro.
Y que, las insistencias y convicciones de sostenimiento del tipo de cambio y la negativa reiterada a planes devaluatorios del oficial por encima de los planes trazados y los proyectos para el 2022; no tienen asidero. O, dicho de otra manera (al menos para la convicción oficial), los exportadores y operadores financieros incluidos al Rofex (muy cercanos al comercio exterior) le creen al oficialismo cuando se habla del sostenimiento de la política cambiaria ante la divisa oficial. Y que la cantidad de reservas que viene obteniendo el Central en el primer semestre, le otorga el suficiente poder de fuego para los próximos meses (un año máximo), como para controlar cualquier atisbo de corrida. Al menos en el oficial.
La información que maneja este mercado de futuros, históricamente bastante conservador, es que el BCRA realizó su última intervención directa en mayo pasado; cuando la entidad estaba en su mejor mes en cuanto a la cantidad de compras de divisas. Luego se retiró en junio, y en lo que va de julio no hubo apariciones del banco que maneja Pesce. Aun cuando sus primos del CCL y el MEP ya mostraban alteraciones al alza y la entidad diseñaba trabas para la operatoria del primero. Incluso se esperaba la aparición del Central entre el lunes y el martes, cuando la divisa comenzó a acelerar su alza en la bolsa de comercio.
La interpretación dentro del Rofex, es que la llegada del BCRA es una bala que el gobierno jugaría sólo en el momento adecuado para enviar una señal a todo el mercado cambiario, de ratificación fáctica de lo que se afirma de manera pública: no se debe esperar una devaluación del oficial. Y, si hay atisbos de presiones de privados en este sentido, el desembarco sobre el Rofex está a disposición de la fuerza de acción bajo la decisión de los hombres de Pesce.
Todo esto hizo que este mercado con sede en Rosario, trabaje en la semana con alzas más bien moderadas (al menos en comparación con el resto del mercado), incluyendo una baja de 0,2% para la posición julio, cerrando a $97,07. Para diciembre el valor creció 2,4% a $114,95; 3,9% para marzo, a $130,4 y $139,35 para mayo con un alza de 4,4%; lo que representa la mayor suba de todo el cronograma de cotizaciones. Esto quiere decir que, al plazo más largo, a mayo del año próximo, los apostadores del Rofex creen que la divisa no superará los 140 dólares; lo que implica una evolución inflacionaria incluso menor a la actual.
El oficialismo mira con confianza esta evolución, y considera que el incremento es justificado y, fundamentalmente, controlable. Y que trae tranquilidad a los operadores a los que más le interesa al gobierno que mantengan la calma y la confianza sobre el dólar oficial: los exportadores sojeros y de commodities.
Dentro de los futuros financieros, Rofex es el único mercado institucionalizado del país. Entre sus contratos se destaca el futuro de dólar, uno de los 7 contratos de futuros de divisas más negociados en el mundo. En Rofex se negocian contratos de futuros y opciones sobre trigo, maíz y soja. Sobre cada uno de estos productos hay contratos de futuros con entrega y con cancelación en efectivo (cash settlement).