Las cotizaciones de los dólares alternativos son las que marcan los tiempos. Los permanentes controles hablan de la deficiencia de mantener este cepo cambiario y de las consecuencias no cerrar la negociación de la deuda
Todos mantienen sus posiciones en bonos y acciones, salvo los más cautos que siguen refugiándose en el dólar y que día a día lo están acercando a sus valores históricos más altos. Pero no debe extrañar que los mercados se muevan de esta manera. El riesgo de demorar la negociación de la deuda se traduce en la pérdida de reservas y la presión cambiaria que después se traslada a los precios.
Si la Argentina hubiera negociado en el plazo que se planteó cuando inició las conversaciones, las reservas serían más altas y la economía más previsible porque se podrían haber evitado costos innecesarios.
Pero no solo no negoció en ese momento, sino que carece de plan económico. Las consecuencias están a la vista. Los precios de los alimentos tienen subas ocultas que se manifiestan en la reducción de los contenidos de los envases. También se nota la escasez de productos de algunas marcas y crecientes huelgas en el rubro como la de los portuarios que impiden entrar la pescas y en el sector de los lácteos. No es casualidad que los más rebeldes sean los gremios de la alimentación, porque es el que menos padeció los costos de la pandemia.
Los dólares alternativos son los que están marcando los tiempos. El dólar Bolsa o MEP sumó un aumento de $1,24 (+1,2%) y cerró a $119,97. En dos días subió $2,40. El contado con liquidación no se quedó atrás y avanzó $1,33 (+1,3%) a $113,06. En los dos primeros días de la semana el aumento fue de $3,58. La brecha se agranda y presiona sobre el dólar oficial que sigue creciendo a un ritmo de 0,10% diario promedio.
En la plaza mayorista donde se negociaron USD 554 millones que le permitieron comprar al Banco Central alrededor de USD 60 millones, el dólar aumentó 6 centavos a $71,30. En bancos y casas de cambio, la suba fue de 11 centavos a $75,09 lo que elevó el valor del dólar solidario a $97,50. El dólar libre, que sigue de cerca este precio se mantuvo en $127. La diferencia entre ambos tipos de cambio marca la demanda del dólar regulado, que creció tanto que obligó al Banco Central a auditar movimientos de cuentas y bloquearlas porque recibían dólares de cuentas de terceros contratados para vulnerar el cupo mensual. Que haya acudir a estos controles habla de la deficiencia de mantener este cepo cambiario y de no cerrar la negociación de la deuda.
Las reservas, en tanto, subieron USD 34 millones a 43.311 millones.
Los bonos en dólares tuvieron retrocesos. Los que tienen legislación argentina tuvieron caídas importantes. El Bonar 2020 cedió 2,22%, mientras el Bonar 2024, perdió 3,01%. Los de legislación extranjera, en particular los de más largo plazo que son los que influyen en el indicador del riesgo país, tuvieron retrocesos dispares. El Discount cedió apenas 0,70% pero el Par bajó 3,67%. Pero como el Discount es el de mayor ponderación, el riesgo país aumentó 54 puntos (+2,5%) a 2.375 puntos básicos.
La Bolsa, tuvo una rueda con exagerados altibajos. El S&P Merval, el indicador de las acciones líderes, comenzó con un alza de 0,64% que a las 12.33 se transformó en una baja de 0,58%. A partir de ese momento comenzó una escalada que hizo que cerrara con un aumento de 1,77% con un volumen 30% inferior al del día anterior.
Lo mejor pasó por YPF que aumentó 4,10%. Banco Supervielle lo siguió con 3,98% y Ternium con 3,48%. Solo tres acciones bajaron. Las más afectadas fueron las de Edenor (-1,49%) porque Standard & Poor’s Global Ratings bajó la calificación a los bonos de su deuda en dólares.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en Wall Street- tuvieron una rueda donde predominaron levemente las bajas. Acá Edenor fue la gran perdedora con 9,78%. IRSA (-4,10%) padeció una toma de ganancias después de la fuerte suba del día anterior. En cambio, IRSA Propiedades Comerciales siguió su crecimiento y aumentó 3,03%.
Para hoy se espera otra rueda donde los inversores esperarán noticias de la deuda y no romperán sus posiciones en acciones y bonos. Mientras tanto los que miran la negociación de afuera seguirán demandando dólares alternativos que seguirán despegándose del oficial agrandando peligrosamente la brecha que ya está en 58%.