La AFIP además resolvió extender la medida a las operaciones de adquisición de moneda extranjera para gastos de turismo y viajes.
La proporción obligatoria de biodiésel en el gasoil pasará del 8% actual a 9% en 2014 y 10% en 2015. El ministro de Planificación, Julio De Vido, anunció hoy la medida y dijo que no tendría ningún efecto en el costo de los combustibles. Según los cálculos de De Vido, la proporción de biodiésel argentino que se vende en el mercado interno pasará del 21% actual a un 33%.
La disposición tendría un doble objetivo: reducir la importación de combustibles (y los dólares del Banco Central que se van por ahí); y dar un estímulo a los productores locales de biodiésel, muy castigados por las barreras no arancelarias que el mercado europeo impuso en represalia por la estatización de YPF.
En otra medida para evitar importaciones de combustibles, el Gobierno postergó en noviembre la entrada en vigencia de una serie de normas técnicas para los vehículos de carga y pasajeros que alentaban el consumo de gasoil de mejor calidad y menos contaminante. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable decidió aplazar, por tercera vez en los últimos cuatro años, la aplicación de las normas europeas sobre los límites de las emisiones contaminantes de los camiones y ómnibus que debían empezar a cumplir en enero las terminales automotrices.
Las reservas del Central
El Banco Central cerró noviembre con una pérdida de US$ 2.132 millones en las reservas. Es 40% más de lo que se había ido en octubre y la peor baja desde 2008. Así, pese a que el Gobierno decidió acelerar el ritmo de devaluación, dejando subir al dólar 3,8% en noviembre, no logró detener la sangría de divisas. Parte de la caída se debió a un pago de bonos que, en su mayoría, está en manos de la ANSeS y esos dólares podrían regresar. Las reservas quedaron en US$ 31.100 millones, a niveles de 2006. Los economistas, que calculaban un cierre de 2013 con reservas en US$ 32.000 millones, tendrán que recalcular. En el año, se perdieron US$ 12.190 millones.
Si en noviembre se marcó un récord de caída de reservas, también fue un hito para la devaluación del peso, que se aceleró a partir del martes 19, el primer día de la gestión de Juan Carlos Fábrega al frente del Central. El billete mayorista –que compran y venden las grandes empresas y bancos– anotó en noviembre la mayor ganancia para un mes desde marzo de 2009. Avanzó 22,90 centavos o 3,87% en el mes, casi el doble que el 2,05% del mes anterior y el mayor registro desde el 4,33% de marzo de 2009.
Barreras al biodiésel argentino
Tras el notable despegue registrado en los últimos cinco años, la industria del biodiésel se encuentra en una verdadera encrucijada. La suba de aranceles dispuesta por la Unión Europea, por considerar que el precio del biodiésel argentino está por debajo del costo de producción, implica el virtual cierre de ese mercado.
La disputa comercial se inició en mayo, en sintonía con los reclamos de productores europeos por el bajo precio del biodiésel argentino. De este modo y en forma provisoria, se aplicó un arancel de entre el 6 y el 10%, un cambio que produjo una brusca caída en la actividad. De enero a agosto, según revela un estudio de la consultora IES (Investigaciones Económicas Sectoriales), la producción de biodiésel cayó un 39,7%, y las exportaciones, un 58,4%.
La joven industria del biodiésel creció en forma notable, favorecida por la demanda interna y la externa, principalmente desde Europa. Las exportaciones sobre todo, crecieron exponencialmente en los últimos años. De acuerdo con una estadística de la Carbio (Cámara Argentina de Biocombustibles), de 2007 a 2012 las ventas al exterior se multiplicaron por 10 (de 168.365 toneladas a casi 1,6 millones).
En la actualidad, hay 29 plantas funcionando, 11 de las cuales son consideradas “grandes”, esto es, que cuentan con una capacidad para producir al menos 200.000 toneladas. Casi todas pertenecen a grupos agroindustriales exportadores, como Cargill, Bunge, AGD (Aceitera General Deheza), Molinos y Vicentín. Hay otros, como Patagonia Bioenergía y Unitec Bio (del grupo Eurnekián), que se sumaron a la movida atraídos por la alta rentabilidad del negocio.