Por ventas del Banco Central, la tasa más corta llegó ayer al 26%, subió 20 puntos básicos en el día y está 50 puntos básicos por encima del valor al que se emitió en junio. Creen que Sturzenegger busca contener expectativas de inflación incrementadas por el avance de la divisa.
Con los datos de inflación de junio algo más altos de lo esperado, aumentos que complican el panorama de cara a este mes y un avance del dólar que puede tener algún traslado a precios, el Banco Central (BCRA) tuvo que salir a pagar más tasa por las Lebac que coloca en el mercado secundario. La venta de letras de la entidad conducida por Federico Sturzenegger es algo habitual en el mercado secundario, pero en las últimas ruedas los volúmenes vendidos fueron algo mayores y la tasa más corta subió hasta el 26% anual, medio punto porcentual por encima del valor al que había sido colocada en la última licitación. Operadores señalaron que la suba de tasas no parece una reacción al avance del dólar, porque en ese caso debería ser mucho más drástica, aunque sí tiene sentido para limitar el traspaso a precios de las subas que experimentó la divisa estadounidense en las últimas ruedas.
«Vimos que vendió unos $ 4400 millones en letras en los distintos plazos, es una intervención un poco más fuerte de lo habitual», dijeron en la mesa de un banco. «Se puede ver como una reacción a la suba del dólar, pero no como un intento de frenarlo en lo inmediato, para eso tendrían que subir mucho más fuerte la tasa de Lebac. Más bien entendemos que están conteniendo un traspaso a precios de la suba del dólar que a la suba de la divisa en sí», agregaron.
El dólar mayorista sube 8% desde el 19 de junio pasado, momento en que arrancó la escalada que ayer lo llevó a su récord histórico de $ 17,14 para la venta (el minorista quedó en $ 17,39). La suba está lejos de asustar a los operadores, porque apenas es una recuperación de un activo que corría de atrás a una inflación que acumula alrededor de 12,6% en seis meses según cálculos privados.
Pero lo que sí preocupa es que el salto de la divisa pueda trasladarse a precios a través del impacto en insumos importados, bienes transables y contagio de otros sectores.
El Banco Itaú resaltó ese riesgo ayer en una nota de análisis distribuida entre sus clientes. «Un peso argentino más débil es negativo para el proceso de desinflación», afirma el texto que lleva la firma de Joao Pedro Bumachar Resende, Juan Carlos Barboza y Diego Ciongo. «El mercado espera que el proceso de desinflación continúe pero a un paso más lento que la meta del BCRA. Es improbable que haya recortes de tasa en julio», añadieron.
La tasa de la Lebac más corta, vence el 19 de este mes, subió 20 puntos básicos de 25,80% a 26% ayer (implica una suba de 50 puntos básicos respecto del precio al que había sido colocada el 19 de junio pasado). La que vence en agosto 25 puntos hasta 25,75% (50 puntos básicos por encima de la licitación) y la de 77 días a septiembre 40 puntos básicos a 25,30% (55 puntos básicos por sobre la licitación). Los otros seis plazos subieron entre 20 y 30 puntos básicos cada uno, aunque el grueso de las ventas oficiales se concentró en los plazos más cortos.
«Aumentos como los de la nafta, las expensas y el dólar no estaban descontados por el mercado y aumentan expectativas de inflación», analizó el administrador de un fondo común de inversión. «La suba de las tasas de las Lebac marca que se retrasaría el recorte de tasa de referencia un poco más», agregó.
El BCRA subió el centro del corredor de pases a 7 días al 26,25% en abril pasado y, desde entonces, los operadores esperan una vuelta a los recortes de tasa que no se concreta.
Primero, esperaban que tras un trimestre febrero a abril complicado por aumentos de tarifas, mayo mostrara una baja en la inflación suficiente como para justificar bajas de tasa en junio. Eso no se concretó y las expectativas se mudaron a este mes. «Creemos que el Central la mantendrá en el nivel actual de 26,25% hasta agosto», afirmó ayer un reporte de Econviews.