La núcleo saltó a 4,1% en un mes que los mayoristas se recalentaron al 6,5%. Se prevén índices no menores a 2% en los próximos meses, salvo que se enfríe actividad
La devaluación del peso aceleró la inflación en junio, que alcanzó 3,7% a nivel nacional, según informó ayer el Indec. Esa alza de precios afectó especialmente a los alimentos y bebidas, que el mes pasado subieron 5,2%, y al transporte, con 5,9%. El salto que pegó la inflación núcleo a 4,1% y el recalentamiento de los precios mayoristas a 6,5% permiten prever que el IPC persistirá en niveles altos en los próximos meses.
El efecto de la fuerte depreciación del peso se percibe en que los bienes aumentaron 4,3% el mes pasado, sobre los servicios, afectados por los aumentos de tarifas, que subieron 2,6%. En lo que va del año se emparejaron, 15,7% y 16,8%, respectivamente, pero en términos interanuales, todavía los servicios lideran con 35,8% sobre 26,2%.
El IPC acumula así un 16% en el primer semestre y trepó al 29,5% interanual, tras trepar 1,3 puntos en el mes y alcanzar el mayor nivel en 25 meses.
Con todo, la inflación del GBA superó a la nacional al alcanzar el 3,9%. Le siguieron la región pampeana (3,7%), Cuyo (3,6%), Noroeste (3,4%), Patagonia (3,3%), Noreste (3,1%).
«La suba de junio arrastra el efecto del deslizamiento del tipo de cambio, explicando la aceleración de la inflación núcleo, el aumento del transporte (12% en el GBA) y otros aumentos puntuales como combustibles (+5%) y prepagas (7,5%)», explica un informa de LCG.
El rubro de los alimentos registró los mayores aumentos de precios y aportó 1,3 punto al índice general, impulsado por harinas, pan, aceite e infusiones: el 5,2% a nivel nacional fue superado por el 5,8% en la región Pampeana y el 6% en Cuyo. En el GBA alcanzó 4,7% mensual. «Dado el efecto directo de este tipo de productos sobre los sectores más vulnerables, su comportamiento señala que la reducción de la pobreza registrada en la segunda parte de 2017 no se repetirá en la primera parte de 2018», dijo un informe de Ecolatina.
El índice también se vio afectado por los rubros transporte (que incidió especialmente en GBA), salud (4,3%) y equipamiento y mantenimiento para el hogar (4%).
Lo que preocupa es que la inflación núcleo duplicó el ritmo promedio que registró entre diciembre y mayo (2,1%), y muestra la dificultad para quebrar la inercia inflacionaria, cuando restan aumentos de servicios públicos y posibles nuevas variaciones del tipo de cambio.
En tanto, entre los precios mayoristas, los de los productos importados avanzaron 10,9% mientras que los de los nacionales, 6,2% (porque los primarios aumentaron 5,8% y las manufacturas, 6,5%).
«Más allá de que los datos de alta frecuencia de julio muestran señales favorables, una inflación mayorista que se ubicó en 6,5% m/m en junio y una depreciación de 4,5% m/m para el tipo de cambio promedio en este mes ameritan mantener la cautela», advirtió un informe de SBS. «Un BCRA manteniendo una postura restrictiva será fundamental no sólo para calmar la volatilidad nominal sino también para minimizar el traslado a precios de la depreciación del peso», agregó. Ya que estima una depreciación del 69,5% para fin de año y aumentos de regulados de 36 a 38%.
Para julio, Elypsis espera una inflación cercana al 3%: «El registro se explica principalmente por persistencia de la inflación núcleo, la continuación del efecto «pass-through» y el incremento en Combustibles y Cigarrillos», dice un informe.
Para LCG, en julio la inflación estará entre 2,5 y 2,7%: «Pero el apretón monetario del BCRA y el efecto recesivo que esperamos para los próximos meses podrían no convalidar una disparada de los precios. Asumiendo que no se suspenderán los aumentos de las tarifas previstos para fin de año en gas y electricidad (a lo sumo se moderarán en el margen) y que el Gobierno logra asegurar la paridad real del dólar en los niveles actuales, estimamos que la inflación se ubicará algo por encima del 30% anual a diciembre».
Para la consultora ACM, la dinámica de los precios estará sujeta a la inercia por el ajuste del tipo de cambio, de los precios regulados y a las revisiones salariales: «Si bien no descartamos la posibilidad de cumplir con el objetivo incluido en el acuerdo con el FMI, lo cierto es que el mismo es altamente desafiante, y requerirá de un fuerte enfriamiento del nivel de actividad, más en línea con la previsión del FMI (0,4%) que con las expectativas vertidas por el Ministro Dujovne (1%)».