En una encuesta realizada por Deutsche Bank, el 56% de los inversores habló de una «burbuja» y estimó que la criptomoneda sufrirá una corrección en su valor en los próximos 12 meses.
La mayoría de los inversores consultados en una encuesta estimaron que bitcoin está en una burbuja y señalaron que es probable que el valor de la criptomoneda se reduzca a la mitad en los próximos 12 meses.
Los datos se desprenden de un sondeo realizado por Deutsche Bank, donde el 56% de los participantes se inclinó por una depreciación.
Bitcoin alcanzó los u$s40.000 a principios de este mes, subiendo más de un 900% desde un mínimo en marzo. Superó el umbral de los u$s30.000 por primera vez el 2 de enero, tras haber traspasado los u$s20.000 el 16 de diciembre.
En una economía mundial afectada por la situación sanitaria, los mercados bursátiles están en plena forma, una «desconexión» que no preocupa a los financieros pero sí a algunos economistas, que la ven como el presagio de una gran crisis.
Desde Europa hasta Asia, pasando por Estados Unidos, los índices bursátiles parecen inmunes a las malas noticias que se acumulan en este principio de año, desde los planes de despido en grandes compañías -Michelin, Accor, Ford, Air Canada- hasta la preocupación por las nuevas variantes de covid-19.
El economista y profesor de la escuela de comercio EM-Lyon, Pierre-Yves Gómez, consideró que «hay una burbuja en el sector de la tecnología».
Por su parte, el economista Thomas Piketty viene advirtiendo desde hace diez años de los efectos nocivos de esta «orgía de creación de dinero» que «contribuye al enriquecimiento de los más ricos» al aumentar «los precios de las acciones y de los inmuebles».
Piketty recordó en su blog que la fortuna de «los 500 franceses más ricos ha pasado de 210.000 millones a 730.000 millones de euros (de 250.000 millones a 880.000 millones de dólares) entre 2010 y 2020» y concluye que «un desarrollo así es social y políticamente insostenible».
Laurence Boone, la economista jefe de la OCDE, advierte por su parte del riesgo de adicción al dinero barato.
Después de la crisis, «la gente se va a preguntar de dónde viene todo este dinero» y por qué no se está gastando más en la lucha contra el cambio climático o la desigualdad, advirtió en una entrevista con el Financial Times a principios de enero.
«Las valoraciones son altas» en los mercados, reconoce Gilles Moec, economista jefe de Axa Investment Managers, pero «esto forma parte de los efectos secundarios» del tratamiento macroeconómico de la crisis, y «lamentarlo no tiene realmente sentido».