El banco central dejó que el franco fluctúe para que no siguiera devaluándose junto al euro. Pero a la vez recortó las tasas a -0,75% en un intento por moderar la suba
El Banco Nacional de Suiza (BNS) revolucionó ayer al mercado al quitarle el mínimo impuesto al franco de 1,2 por euro y recortar la tasa de interés a los depósitos extranjeros en medio punto porcentual y dejarla en 0,75% negativo. La respuesta fue inmediata: la moneda del país se disparó hasta un 28%, aunque cerró con un revalorización de 19%, en 0,972 por euro, mientras que la bolsa de Zurich se desplomó 8,7%, lo que significó la peor caída desde 1991.
La intención del banco central fue dar marcha atrás con el precio fijado en 2011 y así evitar que el franco suizo sea arrastrado por el euro cuando el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda, una medida que debilitará aún más a la moneda común. A la vez, el BNS recortó la tasa, que de todas formas ya era negativa, para desalentar al capital extranjero a invertir en el franco.
El franco estaba anclado en un mínimo de 1,2 por euro desde septiembre 2011, momento en que se profundizó la crisis de la eurozona, con el fin de proteger los efectos de la sobrevaloración de la divisa frente al euro.
Es que históricamente la divisa suiza era demandada por los inversores como refugio, por lo que un incremento de su valor la hace aún más atractiva.
La tasa negativa se aplica desde diciembre del año pasado a las cuentas de bancos, operadores financieros, aseguradoras y otros bancos centrales y organismos internacionales, pero no a las cuentas en francos suizos de instituciones de la Confederación Helvética o del ámbito doméstico.
"Mantener el tipo mínimo de cambio para el franco frente al euro ya no está justificado", indicó el BNS. Si bien el especialista en mercado internacional Luis Palma Cané coincide, opina que el tipo de cambio era "ficticio" y que la medida tendría que haberse llevado a cabo antes.
A su vez, el BNS sostuvo que la reducción significativa de la tasa es "para asegurar que la interrupción del tipo de cambio mínimo del franco no provoque un inapropiado endurecimiento de las condiciones monetarias".
Suiza no quiere un endurecimiento porque al igual que otros países de Europa también sufre presiones deflacionarias y un fortalecimiento de la moneda lo único que hace es pronunciar esta situación.
Años atrás la autoridad monetaria suiza quería un tipo de cambio estable. Al respecto, el presidente del BNS, Thomas Jordan, dijo que 2011 había una sobrevaloración excepcional del franco y un "extremadamente alto nivel de incertidumbre en los mercados", sin embargo detalla que ahora, a casi cuatro años, entiende que la situación "se ha calmado lo suficiente como para conceder una libertad absoluta a la moneda".
Con los cambios el banco central quiere recuperar su independencia monetaria y dejar de sostener su economía sobre un tipo de cambio intervenido. Por otro lado, deja en evidencia que el BCE deberá anunciar su plan de compra de bonos en la reunión del próximo jueves, algo que los mercados anticipaban pero que desde el organismo aún no confirmaron.
El costo de la nueva estrategia lo pagarán las exportaciones y el turismo. El 40% de las exportaciones suizas se destinan a Europa, y gran parte de los turistas también vienen del continente. Por eso no es de extrañar que las acciones se hundieran y que las casas de cambio dejaran de operar hasta que el mercado de cambios abandonara la volatilidad
Más allá del derrumbe del índice de Zurich, también cedieron el resto de las bolsas europeas, aunque lograron revertir el primer cimbronazo y terminar en terreno positivo antes del cierre de los negocios: las de Italia y Francia ganaron 2,4%, la de Alemania creció 2,2% y la de España sumó 1,4%.
En tanto, el oro al contado subió un 3% hasta los u$s 1.266,11 la onza, su nivel más alto desde el 8 de septiembre, porque mientras dure la incertidumbre volvió a ser el refugio de los inversores.