El Indec informó que las exportaciones cayeron 15,7% y las importaciones el 13,8% en todo el año; en diciembre hubo un saldo negativo de USD 364 millones por el intercambio de bienes
El Intercambio Comercial Argentino (ICA) alcanzó un saldo negativo de USD 344 millones en el último mes del 2020, con un desplome de 34,1%en las exportaciones en la comparación interanual. Se trató del primer resultado negativo desde agosto de 2018, más de dos años atrás.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en los doce meses de 2020, el superávit comercial acumuló USD 12.528 millones, un 21,6% por debajo del superávit de 15.990 millones de 2019: en 2020 las exportaciones cayeron 15,7% y las importaciones el 13,8 por ciento.
En diciembre de 2020, las exportaciones alcanzaron USD 3.544 millones y las importaciones, 3.908 millones de dólares. En valor, las exportaciones disminuyeron 34,1% respecto a igual mes de 2019 (-USD 1.830 millones), pues en cantidades cayeron 33,8% y los precios, un 0,4 por ciento.
Hay que subrayar que en diciembre se registró el valor mensual más bajo de exportaciones del año debido al paro de aceiteros y portuarios que paralizó la actividad por tres semanas y que redundó en una “baja en las operaciones de exportación de las aduanas de San Lorenzo, Rosario y Bahía Blanca principalmente”, explicó el INDEC.
En el último mes del año, hubo contracción en todos los rubros exportadores: productos primarios (PP), 45,3%; las manufacturas de origen agropecuario (MOA), 44,2%; las manufacturas de origen industrial (MOI), 18,3%; y los combustibles y energía (CyE), un 10 por ciento.
En cuanto a las importaciones de diciembre, éstas aumentaron 24,7% respecto a igual mes del año anterior (USD 775 millones). Las cantidades aumentaron 30,2% y los precios disminuyeron 4,2 por ciento.
Un análisis de Abeceb.com enfatizó que las exportaciones argentinas disminuyeron un 15% durante 2020, un retroceso que postergó a las ventas externas a niveles de 2007, 2009 o 2015, para interrumpir cuatro años consecutivos de crecimiento.
“Los magros resultados se debieron principalmente a la irrupción de la pandemia a nivel global y los confinamientos inherentes a la emergencia sanitaria de manera sincronizada. No obstante, las condiciones económicas locales también tuvieron impacto sobre la evolución de las cuentas externas”, sentenció Abeceb, entre las que identificó la el aumento de las retenciones al agro, la brecha cambiaria que llegó a superar el 100 por ciento en octubre, y un endurecimiento del cepo.
Marcelo Elizondo, director consultora DNI, estimó que “en 2020 unos 40.000 millones de dólares en exportaciones estuvieron compuestos por exportaciones de origen agroalimenticio -con diversos grados de manufacturación-, lo que supone 72% del total, una cifra porcentual nunca antes alcanzada en lo transcurrido del siglo XXI y que solo puede compararse con las que se obtenían hace unos 35 años”.
“En particular los mayores rubros exportadores argentinos en 2020 fueron los cereales -USD 9.100 millones exportados-, las harinas de soja -USD 8.700 millones-, las grasas y aceites -USD 4.900 millones- y semillas oleaginosas -USD 3.800 millones-”.
Fue, justamente, ese aporte de las ventas del agro, hoy con sus mejores precios internacionales en casi siete años, lo que sostuvo en el superávit comercial en el año.
“Vemos una paulatina recuperación de las exportaciones impulsadas por las ventas al exterior de las manufacturas de origen agropecuario”, afirmó Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso. Otro factor que ayudó fue “en menor medida, los productos primarios y las manufacturas de origen industrial por la magra reactivación de la actividad económica interna”, añadió Motyl.
En diciembre de 2019, la balanza comercial de Argentina registró un superávit de USD 2.241 millones, mientras que en noviembre del 2020 alcanzó un superávit de apenas 271 millones de dólares.
“Hasta febrero vemos que la recuperación de nuestros principales socios comerciales como China y Brasil van a marcar el crecimiento de las ventas al exterior de nuestros productos. Además, el alza de los precios de las commodities (…) van a favorecer las exportaciones”, remarcó Motyl.
Ecolatina advirtió que “el impacto de la brecha cambiaria continuaría latente”, en la medida en que la expectativa de devaluación “podría incentivar a determinadas empresas a adelantar producción y compra de insumos, alentando una recomposición más rápida de las importaciones. A contramano, seguiría actuando como fuerte desaliento a las ventas al exterior, deteriorando el superávit comercial y poniendo un freno para una recuperación sostenida”.