Por Luis Secco
La Argentina ha intentado de todo en materia de arreglos cambiarios (tipo de cambio fijo, tipo de cambio flotante, tipo de cambio libre, tipo de cambio administrado, crawling-pegs, caja de conversión, cepo, supercepo) y ninguno ha logrado funcionar salvo por algún tiempo. La volatilidad ha sido la norma más que la excepción, y el régimen cambiario lejos de contribuir al normal funcionamiento de la economía ha operado como un obstáculo muchas veces insalvable para la previsibilidad y el cálculo económico.