Por Claudio Zuchovicki
Con el placer de saludarlos, quiero recibirlos en este espacio con la siguiente historia. Un día, el gerente de Recursos Humanos de una empresa familiar, líder en el mercado, le dice al dueño: “Mire, don Roque, yo sé lo que usted quiere a su hijo, pero me está ocasionando un gran problema en la compañía. Llega tarde, no respeta los espacios comunes, deja las máquinas encendidas y encima es algo soberbio con los clientes. Resulta un mal ejemplo para el resto de los empleados, y me cuesta exigir disciplina si el hijo del dueño es el primero en no respetar las reglas”.