La elección de los especialistas pasa, por cómoda mayoría, por un mix equilibrado entre inversiones en pesos y en dólares.
¿Pesos o dólares?, ¿renta fija o variable?, ¿corto o mediano plazo?, ¿sector público o deuda privada? Y las preguntas de este tipo podrían abundar mucho más. La cuestión es que actualmente existen en el mercado financiero local opciones para todo tipo de inversor, ya sea el conservador del plazo fijo como bandera o con diferentes grados de audacia.
La abundancia relativa de instrumentos de inversión confunde al más pintado. A los bonos en pesos y en dólares de la Nación, hay que sumarles los atractivos títulos provinciales, por lo general con rendimientos superiores. Tampoco hay que olvidar las renacidas emisiones de deuda de las empresas privadas.
En todo caso, siempre habrá que tener en cuenta que habitualmente cuanto mayor sea la ganancia, más alto sería el riesgo de la inversión. Así como no apostar todo el capital a un sólo instrumento, sino diversificar el dinero en diferentes canastas.
Sobre este punto, el temblor que sacudió al mercado la semana pasada cuando el Morgan Stanley Capital Investment (MSCI) mantuvo a la Argentina como “mercado de frontera”, a pesar de su corta duración, exhibió la fragilidad del dinero.
Por otra parte, actualmente se puede acceder a muchos instrumentos financieros a partir de las páginas de home banking de la mayoría de los bancos locales. Tanto desde las pantallas como en los chats que ofrecen las entidades o en las sucursales bancarias, los inversores minoristas pueden acceder a instrumentos más sofisticados, esos que antes eran privativos de los expertos.
Los que saben
En general, los especialistas sugieren “quedarse en pesos” en el corto plazo, ya sea en FCI o Lebac, y pasarse a instrumentos dolarizados para el mediano y largo plazo.
Gustavo Stilfaro, subgerente de Finanzas del Banco Ciudad, explica que “en general, hay propuestas para todo tipo de inversor. Tanto los plazos fijos tradicionales y los precancelables como los que ajustan por UVA, o sea por inflación, que tienen un plazo mínimo de 180 días. También están los Fondos Comunes de Inversión (FCI) que abarcan desde activos de renta variable o fija. Y donde, además, se puede optar por hacer la inversión en pesos o en dólares”. Y asegura que la entidad dispone de “idóneos” que le explican al cliente las diversas alternativas, “pero el que decide en última instancia es el inversor”.
Para Osvaldo Rovagnati, agente bursátil, no es prudente apostar todo el capital a un único instrumento. “Mi recomendación es derivar a las acciones entre un 35% a 40% del capital. Y el resto en bonos. En el mediano y largo plazo, las acciones siempre le ganaron al resto de las inversiones, pero hay que tener las manos muy firmes y no asustarse por las bajas circunstanciales, como las de esta semana, que pueden ocasionar ventas apresuradas y a pérdida”. Las ganancias pueden ser muy importantes, pero las pérdidas también. Su recomendación de inversiones pasa por los papeles de compañías de energía, los sectores vinculados al campo y la maquinaría agrícola y compañías vinculadas al rubro inmobiliario.
“Para el corto plazo, nosotros recomendamos Lebac y para el mediano, dolarizar para resguardarse”, asegura Pablo Castagna, director del segmento Individuos de Puente. Y explica que “hay que hacer las cuentas del almacenero y tener en cuenta el riesgo cambiario”.
El portafolio al que puede acceder un inversor es muy amplio. “Hay opciones de bonos en pesos a tasa fija, otros ajustan por inflación y también están los que se actualizan por Badlar (tasas para grandes inversores) y los que se ajustan por la tasa de pases (préstamos de muy corto plazo entre bancos) que fija el BCRA”. Castagna señala un tema no menor: “Las letes, Lebac y bonos no tienen carga impositiva”. Su cartera de inversión sugerida incluye un 20% de bonos en pesos; un 65% de títulos públicos dolarizados y un 15% en acciones.
Las posibilidades son muchas. Se puede comprar una Letra del Tesoro (Lete) en dólares y tener una ganancia de 3% o 3,30% anual. También se puede comprar la Letra en pesos al tipo de cambio mayorista, más barato que el de pizarra. El Bonar 2027 (vence ese año) rinde aproximadamente el 7% en dólares y el 2023, el 6,25% al año.
Lucas Gardiner, de Portfolio Personal, propone, en primer lugar, conocer el nivel de riesgo al que quiere acceder el inversor. “En promedio, para una persona que busca dormir tranquilo, la cartera elegida sería: 20%-25% en acciones, otro tanto en Lebac y el resto en bonos en dólares. En términos conceptuales “quedarse en pesos en el corto y en dólares para el mediano y largo”. Sugiere que más allá de alguna cuestión coyuntural, “hay que pensar siempre en el mediano plazo” y, sobre todo, “tener una cartera compensada que equilibre caídas bruscas”. En el rubro variables, opta por las acciones de los bancos y las vinculadas a la energía.
“Los fundamentos están bien, por eso la tormenta de la semana pasada se resolvió rápido”, expresó Roberto Drimer, director de la consultora VatNet, respecto del fuerte bajón de los activos financieros cuando la Argentina no “subió” a la categoría de emergente. De todas maneras, se cuida en salud y recomienda “bonos en dólares, para mí son la mejor opción. Todavía están baratos respecto al rendimiento que tienen los títulos de otros países de la región, y en algún momento se encarecerán. Por otra parte, el dólar no siempre se mantendrá tan barato”. Respecto del tema de las acciones, “hay que estar muy atento. Como inversión de largo plazo no está mal, pero si uno quiere sacarle diferencias, debe mirar día a día el mercado y hacer trading (compra/venta de papeles) de manera permanente”. Y respecto de los sectores no duda: servicios públicos, bancos y agropecuarios.
Miguel Angel Boggiano, titular de Carta Financiera, elige una salida ecuménica: mitad en dólares y mitad en pesos. “La verdad es que no creo que las elecciones de octubre influyan mucho en el ánimo de los inversores, aunque es posible que haya alguna turbulencia. Pero sí existe la posibilidad de una revaluación del dólar y de una baja en las tasas una vez que el Banco Central registre algunos meses con una inflación menor al 1%”. En ese contexto, opta por fondos de renta fija para evitar volatilidades innecesarias.
Fuera de este breve panorama financiero hay otras variantes que merecen ser tenidas en cuenta. Entre ellas se destacan los Fondos Comunes de Inversión (FCI), en los cuales el inversor “compra” la cuota-parte de un capital mucho más grande.
Hay FCI de corto y largo plazo, de bonos públicos y de deuda privada, de Lebac y de Letes. También de acciones y hasta de plazos fijos. Los hay en pesos y en dólares.
El mercado de capitales local ganó en profundidad. Es momento de zambullirse.
Diccionario básico
A continuación, algunos conceptos básicos del mercado de capitales. Por ejemplo, Renta fija es aquella que queda fijada una ver realizada la operación. Es el caso de los plazos fijos y de aquellos bonos en pesos y dólares que tienen una ganancia ya estipulada. Renta variable, en cambio, remite a las acciones, cuya rentabilidad no se puede fijar a priori. Podrían incluirse en este capítulo los bonos que ajustan por algún de indicador, como los UVA o tasa Badlar (que se usa en los depósitos superiores al millón de pesos).
Las Letras del Banco Central, Lebac, lucen como una joyita del mercado. Son a tasa fija (más alta que cualquier plazo fijo) y la mayoría se suscriben a corto plazo. Tienen la ventaja, además, de que muchos bancos habilitaron su compra a través del home banking.
Las Letes, por su parte, son las Letras del Tesoro y están nominadas en dólares aunque pueden comprarse en pesos. En este caso, la ventaja para el minorista es que se utiliza la cotización del dólar mayorista, más baja que la del mostrador. En este caso, el rendimiento está entre el 2% o 3% en dólares a seis meses de plazo.
La duration de un bono es el tiempo que se tarda en recuperar la inversión original cobrando apenas los intereses. Y la Tasa Interna de Retorno (TIR) es la verdadera ganancia que se obtiene cruzando el valor de compra del papel y la tasa de interés que ofrece el emisor.
El campo siempre rinde bien
No es necesario tener cientos o miles de hectáreas para disfrutar de la bonanza del sector primario. “El campo es negocio porque la tasa de retorno es interesante. Claro que hay muchas cosas para tomar en cuenta a la hora de invertir”, aclara Pablo Adreani, titular de una consultora que se dedica al análisis financiero y de proyectos de inversión agrícola.
Lo primero que se debe considerar es que la forma de invertir en el campo es a través de un fondo cerrado, o sea, que el dinero debe mantenerse hasta el final de todo el proceso, más o menos un año. También hay que considerar el resto de las inversiones en las que opera ese fondo. “La idea es minimizar los riesgos apostando a varios campos y productos. De esta manera, una inundación o alguna plaga de las plantas se compensará con el buen rendimiento de otras explotaciones”.
Las cuotapartes para invertir van de los US$1.000 a US$100.000, en promedio. El plazo es habitualmente de un año o un ciclo de lo que se trata, que puede ser agrícola o ganadero. Y la rentabilidad normal, de 10% a 15% en un año “normal” y de hasta un 25% en un año excepcional, esos en los cuales los precios vuelan y hay demanda asegurada.
El sector agropecuario genera entre US$40.000 y US$50.000 millones al año y mueve unos US$ 10.000 millones en costos de producción. De estos, algo así como la mitad se financian por las vías habituales y “en el resto de esos costos, también hay oportunidades de inversión más que interesantes y que tienen la rentabilidad asegurada.
“Hay mucha gente armando fondos y habrá más porque el campo es la mejor y la más segura de las inversiones posibles.”
Fuente: https://www.ieco.clarin.com/ieco/tasa-acciones-bonos-dolares-poner-plata_0_Hy4xCRcXZ.html