Los portafolios de inversión deben adaptarse al límite que el Banco Central le puso al dólar. Con la certeza de un techo, la tasa en pesos y el carry trade vuelven a ganar terreno
Las tres intervenciones del Banco Central (BCRA) en el mercado de cambios durante esta semana dieron un mensaje claro: en el corto plazo, el dólar no pasará de $ 20,50. La nueva situación obliga a repensar las carteras de inversión, ya que los rendimientos en pesos vuelven a ser atractivos.
A fines del año pasado, los asesores de inversiones habían recomendado dolarizar los portafolios locales ante una probable aceleración de la volatilidad del tipo de cambio argentino. La presunción se verificó, ya que en lo que va de 2018, el peso se devaluó un 9,6% y el BCRA dejó subir al dólar sin intervenciones hasta esta semana, en la que con tres ventas buscó mantener la divisa debajo de los $ 20,50. «Si uno mira la historia, de diciembre a febrero son meses críticos en cuanto a tipo de cambio. Marzo es el punto de inflexión y el BCRA está tendiendo un puente hasta que lleguen los dólares del campo, que pueden empezar a entrar hacia fines de este mes», señaló Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment.
En este contexto, las recomendaciones cambian. Desde Balanz Capital, Daniel Vicien, director comercial de Fondos Comunes de Inversión, analizó: «Vemos que la devaluación está atada más que nada a la tasa de inflación. El año pasado hubo un atraso que se recuperó en el último trimestre. Esa tendencia siguió en los dos primeros meses de 2018, en los que Argentina tuvo inflación alta y entonces hubo una suba rápida del dólar. Sin embargo, teniendo en cuenta que la política del BCRA es mantener una tasa real positiva en las Lebac corta, se puede inferir que en los próximos meses habrá posibilidades de carry, más con esta flotación cambiaria un poco controlada».
Chialva también se manifestó a favor de las inversiones en pesos, aunque recomendó mantener una parte del portafolio en moneda dura: «Es un momento de pesificación de portafolios para hacer carry trade por 3, 4 o 5 meses. El tiempo de permanencia dependerá del riesgo que cada inversor esté dispuesto a asumir porque estar invertido en pesos es asumir un mayor riesgo. Si los mercados externos, la tasa afuera, la situación de Brasil y el gobierno de Trump se mantienen en relativa normalidad, uno debería ganar mucho más estando en pesos que en dólares». Entre los activos en moneda local, el analista se inclinó por las Lebac, el título con cláusula gatillo y los bonos que ajustan por CER.
Teniendo en cuenta las previsiones, el dólar (que ayer cerró a $ 20,67) ya habría hecho en estos dos meses buena parte de la suba que se esperaba para todo 2018, por lo que el panorama parece favorable para la tasa en pesos. En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), los analistas esperaban un dólar de $ 22 para diciembre (+6,43% que el cierre de ayer). Más optimistas fueron los participantes de la última encuesta de FocusEconomics, que calcularon que la divisa cerrará el año en $ 21,77 (+5,32% respecto de ayer). En Morgan Stanley, en tanto, esta semana publicaron un escenario base según el cual el peso terminaría el año a $ 21,50 (+4% en comparación con el precio de ayer).
Aun la previsión más pesimista, que son los contratos a futuro a diciembre que se negociaron ayer a $ 23,83, anticipa un avance del 15% para el tipo de cambio en los casi 10 meses que restan de 2018. «La tasa de futuros anualizada es de 20%. La Lebac tiene una rentabilidad positiva superior en más de 6 puntos, por lo que todavía hay posibilidades de carry. La recomendación sí sería posicionarse en instrumentos cortos y tomar coberturas con futuros», indicó Vicien.
En tanto, Gustavo Neffa, socio y director de Research for Traders, coincidió en que «el tipo de cambio puede empatar con la inflación pero no le va a ganar a la tasa de interés». Y afirmó: «Nosotros recomendamos tener un 60% de la cartera en pesos, donde la mitad o dos terceras partes son Lebac y el resto está integrado por bonos que ajustan por CER (como el TC20 y TC21) y el título que ajusta por tasa de política monetaria».